Las tortugas marinas siempre han estado en el mediterráneo, así como en todos los mares tropicales y subtropicales, con el único problema de la normal supervivencia. Pero desde la aparición del hombre su número ha sido diezmado terriblemente.
En el Mediterráneo destacan dos tipos de tortugas: la Boba (Caretta caretta) y la Verde (Chelonia mydas) que desde la ley 3/1988 del Parlament de Catalunya para la protección de los animlales, en su artículo 18 y anexo 2 las declaran especie protegida y se prohibe su caza, capturam tendencia, tráfico, comercio, venta, importación y exportación así como la exhibición pública.
Y aún así, siguen siendo diezmadas, ¿causa?: la principal son las captuas accidentales mediante las artes de pesca (pensad que en los años 90 sólo la flota italiana y española capturaban entre 20.000 y 25.000 ejemplares) que si bien suelen ser liberados, lo hacen con el anzuelo clavado y con las lesiones de la pesca lo que les provoca una agonia hasta la muerte...
El otro motivo es la pérdida de playas naturales para sus desoves, quedando reducidas en el Mediterráneo a unas muy pocas del Egeo, Chipre y sur de Turquia.
Y por último la ingesta de contaminantes flotantes en el agua (fragmentos de redes, tapones de botellas, bolsas de plástico, envolturas de caramelo... que les destroaza el aparato digestivo al ser engullidos, confundiéndolos con sus presas habituales (como medusas).
Su disminución provoca un aumento de sus presas, entre las que nos molestan y mucho las medusas en verano y que siempre son noticia a principio de temporada.
Sólamente vigilando y recogiendo los plásticos de la playa y no tirando desde los barcos basura, podríamos ayudar a evitar la muerte de esos preciosos reptiles y de paso minimizar las picaduras de las medusas. En nuestras manos está.
Y un consejo que ayuda... si alguna vez comprais packs de latas, al tirar el plástico que las envuelve, cortadlo en pequeñas tiras. Si llega al mar, suele ser consumido por las tortugas y si está pequeño no les pasa nada, sino se les puede enganchar y asfixiar o producir la muerte por hambre.
Nacho Padró