10 de mayo de 2024

Día Mundial de las Aves Migratorias

 una fecha que nos recuerda la maravilla de la naturaleza y el viaje épico que estas aves emprenden cada año. A través de sus migraciones, nos enseñan sobre la interconexión de los ecosistemas y nos alertan sobre los cambios en el clima y el medioambiente




8 de mayo de 2024

Los riesgos para la biodiversidad y la salud humana de tener animales salvajes como mascotas

 El cambio climático es percibido por parte de la población como un fenómeno abstracto o distante, una amenaza lejana que es irrelevante personalmente. En la otra cara de la moneda, dentro de las variables que suelen influir sobre la percepción de riesgo que supone, se encuentran aquellas relacionadas con los procesos afectivos, emocionales, motivacionales y sociales. 

La evidencia científica muestra que la relevancia personal (requisito cognitivo para que se produzca una emoción) marca nuestra interpretación de esta amenaza. Por ejemplo, las personas que experimentan fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, tienen mayor percepción de riesgo (evitan viajar a determinados destinos), más sentimientos negativos sobre el clima (ansiedad climática) y mayor compromiso emocional con el tema. 

El papel del grupo

Sin embargo, esto no siempre se traduce en una acción o comportamiento proactivo, ya que en ocasiones “ignorar el riesgo del cambio climático tiene beneficios a corto plazo, porque las personas no tienen que cambiar su comportamiento y sus rutinas diarias”.

Por tanto, es necesario considerar otros factores, como las normas sociales, las emociones grupales, las motivaciones o la influencia de los medios que pueden incitarnos a actuar. Es más probable que las personas realicen comportamientos que apoyen la mitigación del cambio climático cuando perciben que las normas sociales apoyan este tipo de conductas. 

Esto ocurre también cuando personas cercanas como amigos y familiares se preocupan por el tema (norma subjetiva). Por ejemplo, los resultados de un estudiotranscultural en 32 países señala una relación entre las normas sociales y la ansiedad climática, especialmente la creencia de que las personas importantes también están angustiadas por el cambio climático. 

Emociones negativas, en su justa medida

Por otra parte, las emociones grupales se experimentan en función de la pertenencia a un grupo social. En este sentido, es útil activar identidades compartidas que destaquen el “nosotros” preocupado por el medio ambiente

La pertenencia es un motivo muy relevante para las personas, por lo que ser aceptado por el grupo –a través del cumplimiento de normas sociales– se convierte en un impulsor del comportamiento positivo o negativo ante el cambio climático. 

Algunas investigaciones consideran que las emociones negativas son impulsoras de la acción humana y, por tanto, este tipo de respuestas ante la crisis climática pueden producir cambios políticos y sociales (como el uso de transporte público). No obstante, también podrían provocar rechazo o negación, siendo contraproducentes para una acción más proactiva. 


Leer más: Interés, inercia y miedo: por qué nos cuesta actuar contra el cambio climático


Así, otras investigaciones recomiendan el uso de emociones positivas (orgullo, optimismo) y enfatizar sentimientos agradables relacionados con un estilo de vida respetuoso con el clima y la anticipación de futuras emociones positivas.

Asimismo, emociones como la preocupación y la esperanza se relacionan con el apoyo a políticas públicas relacionadas con el cambio climático. La evidencia señala que es recomendable usar una “esperanza constructiva” en los mensajes dirigidos a acciones, pues está relacionada con la confianza en que el problema puede mitigarse por la acción colectiva, lo que beneficia el apoyo de compromisos estatales y comportamientos proambientales. 




Aquellas emociones relacionadas directamente con la cuestión ambiental son las que tienen mayores efectos conductuales. Sin embargo, es necesario considerar el carácter transitorio de las respuestas emocionales: mientras más tiempo pase entre estas y la acción o conducta que se requiera (por ejemplo, reducir la huella de carbono) menos efectiva será esa intervención.

El mejor abordaje desde los medios de comunicación

En este contexto, la evidencia sobre la influencia de los medios no es tan clara, probablemente porque los estudios se han centrado más en la cobertura del tema y no tanto en el contenido y la valencia (positiva o negativa) de la información que se transmite. 

Algunas investigaciones consideran que exponerse a información sobre los impactos del cambio climático puede producir emociones negativas y aumentar la percepción de riesgo. 


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Los medios también influyen sobre la necesidad de comprensión de los individuos (cómo y por qué suceden las cosas), un motivo importante a la hora de actuar, por lo que se sugiere comunicar de forma clara sobre el tema. De igual manera, es útil recurrir a historias personales que incrementan la preocupación y la compasión y que promuevan la autoeficacia de las personas (con comportamientos sencillos proambientales). 

Todos estos pequeños pasos pueden favorecer comportamientos más complejos, como el activismo social, ante los problemas del cambio climático.

1 de mayo de 2024

¿Puede la contaminación acústica afectar también a los pájaros?

 La contaminación acústica es el exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente de una determinada zona. Además, también afecta a nuestra salud. Pero, ¿influye de alguna forma en las aves? La respuesta es sí, y de manera bastante negativa.

La pandemia de COVID-19 llevó en 2020 a ceses de actividad humana sin precedentes. Eso supuso que los pájaros cantaran más bajo y se comunicaran mejor. Fue la conclusión de un estudio publicado en Science, que observó este efecto en los gorriones corona blanca (Zonotrichia leucophrys) en la bahía de San Francisco (California, Estados Unidos). Dado que el ruido del tráfico se produce dentro de un rango que interfiere con el mayor rendimiento y el canto más efectivo, nuestro ‘silencio’ en meses de confinamiento permitió a las aves llenar rápidamente ese vacío de forma más eficaz, según explican los autores.

Mientras que el silencio facilita el cante a las aves, parece que el ruido las hace más agresivas. Por ejemplo, se ha comprobado que los petirrojos europeos (Erithacus rubecula) urbanos son más agresivos que los rurales, como indica un estudio científico del año 2022. Los investigadores comprobaron experimentalmente que, al generar ruido, los petirrojos de campo se volvían más violentos. Los petirrojos urbanos también disminuyeron su ritmo de canto en respuesta al ruido, pero no los rurales.

“Las aves emiten sonidos para hacerse oír con el objetivo, por ejemplo, de enviar señales de alarma, atraer pareja, señalizar su territorio… Y el ruido de la ciudad resta eficiencia a las comunicaciones vocales”, explica a Maldita.es Luis Martínez Martínez, del Área Social y Biodiversidad Urbana de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). Por ello, continúa, “algunas especies modifican sus cantos o sonidos”: “Por ejemplo emiten en frecuencias más agudas, que se transmiten mejor sobre el ruido urbano; a mayor volumen, al igual que hacemos las personas al hablar en entornos ruidosos; cantando mucho más temprano, cuando la ciudad duerme y permanece silenciosa; o invirtiendo más tiempo en cantar para compensar la pérdida de eficiencia” . En aves que utilizan las señales acústicas para localizar alimento enterrado, como en los petirrojos americanos, el ruido disminuye esta opción, añade el experto. 

Además, al igual que en los seres humanos, se sospecha que el ruido causa en las aves varios efectos adversos, como estrés fisiológico, daño auditivo y exclusión de hábitats importantes. ”A nivel fisiológico, algunos estudios han encontrado que puede existir una correlación con una peor condición biológica y los entornos más ruidosos de la ciudad”, indica Martínez. Por ejemplo, un estudio publicado en Frontiers in Zoology concluyó que en los pinzones cebra (Taeniopygia guttata) expuestos a ruido de tráfico disminuyó la longitud de sus telómeros, los extremos de los cromosomas, cuyo tamaño es un indicador de la esperanza y calidad de vida, aclara Martínez.

Que el ruido de la ciudad enmascare los sonidos de las aves tiene repercusiones negativas para toda la población de pájaros, según el ornitólogo, puesto que el sonido de las aves generalmente está relacionado con situaciones de riesgo o con la reproducción. “La mayor parte de las aves viven en pequeñas ‘islas’ de vegetación no conectadas unas con otras (fragmentación del hábitat urbano), lo que puede tenerrepercusiones en el aprendizaje y el intercambio de los sonidos”. 

Cantar más alto o durante más tiempo supone mayor gasto de energía y mayor exposición a los depredadores, que pueden detectar más fácilmente a sus presas. “El tiempo que dedican a cantar va en detrimento del tiempo que dedican a vigilar, lo que puede afectar a la supervivencia de los individuos”, añade el experto. 


Primera fecha de publicación de este artículo: 14/03/2023

El cambio climático está haciendo inviables muchas zonas vinícolas en el mundo

 La crisis climática actual afecta todos los ámbitos de la sociedad moderna. Desde el comercio a la seguridad alimenticia, el transporte, la salud, nuestros medios de subsistencia, nuestras actividades y nuestros hogares, son blanco de un gran abanico de impactos, la mayoría negativos, que este proceso de cambio climático está causando que debamos modificar nuestra forma de enfrentar la vida.

Una de las características de este proceso de cambio climático antrópico, es decir, causado por el hombre (para diferenciarlo de otros eventos de calentamiento o enfriamiento planetarios observados en la historia del planeta y que responden a causas naturales), es que los veranos se alargan y los inviernos se acortan; los patrones de precipitación se modifican haciendo que algunas zonas sean más proclives a procesos de desertificación y otras tengan precipitaciones en exceso.

Baco, dios del vino
Baco, dios romano del vino, la vinicultura y de la alegría de vivir. Aquí representado magistralmente por Diego Velázquez en su obra "El triunfo de Baco" de 1629, conservada en el Museo del Prado en Madrid.

Sin duda que hay sectores o actividades que son más sensibles al clima que otros. La vinicultura es uno de ellos, ya que, si hay algo que es realmente determinante para el correcto desarrollo de la uva, es el clima. 

Y un reciente estudio publicado en la revista Nature, indica que el calentamiento global causado por el hombre y cuya consecuencia directa es el cambio en el clima actual, está alterando de manera significativa las condiciones esenciales para la producción de vino.

Así afecta el cambio climático a la calidad del vino 

El cambio climático afecta en forma directa a la disponibilidad de agua para riego en zonas donde se depende del deshielo para ello. Y las mayores temperaturas además modifican la calidad de las uvas usadas en el proceso de vinificación. Y estos cambios suelen desencadenar cambios químicos que modifican el equilibrio entre el azúcar, los ácidos y los compuestos secundarios de las bayas, modificando finalmente el sabor del vino.

Terruño o Terroir
El terroir, que en francés significa terruño, refiere a la expresión de todo un conjunto de factores, como el suelo, las características topográficas, el clima y hasta las tradiciones de la viticultura de la región, plasmados en un vino. 

Del “terroir” (terruño), palabra francesa que define la combinación de cuatro factores clave en la elaboración de los vinos de calidad (clima, suelo, variedad de uva y la intervención humana), el clima (patrones de precipitación y temperatura a largo plazo) conforma su mayor parte, y lo hace principalmente en los siguientes aspectos del vino:

Mayor graduación alcohólica

    La maduración de la uva se acelera por la continua y directa exposición a los rayos solares. En climas más calurosos o en los que la planta recibe un mayor número de horas de rayos de sol, las uvas tenderán a ser más dulces.

    esa mayor concentración de azúcar no sólo cambia su sabor sino también su contenido de alcohol, disminuyendo su calidad. Las sequías y las mayores temperaturas interfieren en este aspecto.

    Menos taninos

    Los taninos son compuestos orgánicos que se encuentran en la corteza de árboles como el roble, en la piel de frutos como el cacao, los arándanos y también en la uva, con la misión de protegerlos contra agresiones de agentes externos como microorganismos o animales. 

    En el vino, los taninos vienen no sólo de la piel de la uva, sino de sus pepas y también de los tallos de la vid. El tanino le otorga el sabor y olor amargo que es característico de algunos tipos de vino, y que se puede regular ajustando los tiempos de maceración de las pieles con el jugo.

    PH más alto

    La disminución de la acidez es otro de los factores que está estrechamente ligado con los bajos niveles de taninos. El vino es una bebida ácida (pH entre 2,8 y 3,9), y en particular los vinos blancos (pH 3,0 a 3,3) son más ácidos que los tintos (pH 3,3 a 3,6). En consecuencia, un pH más alto provoca que el vino pueda ser más claro si no se toma acción para modificarlo.

    Muchas zonas productoras desaparecerán

    El estudio, publicado en Nature Reviews Earth & Environment, señala que el cambio climático está afectando al rendimiento de la uva, la composición y la calidad del vino, y como consecuencia de ello, la geografía de la producción de vino está cambiando. 

    El estudio señala que las regiones vitivinícolas actuales se encuentran principalmente en latitudes medias: California, en los EE.UU.; sur de Francia; norte de España e Italia; Barossa, Australia; Stellenbosch en Sudáfrica; y Mendoza, en el centro oeste de Argentina, entre otros;regiones donde el clima es lo suficientemente cálido como para permitir que la uva madure -pero sin calor excesivo-, y relativamente secas como para reducir la presión de enfermedades.

    Abadía Retuerta LeDomaine
    España cuenta con una gran tradición vinífera, que como consecuencia del cambio climático puede experimentar una reducción de su producción de hasta el 90 % para fines de este siglo.

    Destaca que cerca del 90 % de las regiones vinícolas tradicionales en las regiones costeras y bajas de EspañaItaliaGrecia y el sur de California podrían estar en riesgo de desaparecer para finales de siglo debido a la sequía excesiva y las olas de calor más frecuentes como consecuencia del cambio climático. 

    En cambio, las temperaturas más cálidas podrían aumentar la idoneidad para otras zonas (estado de Washington, Oregón, Tasmania, norte de Francia) y están impulsando el surgimiento de nuevas regiones vinícolas, como el sur del Reino Unido, dependiendo del nivel de aumento de temperaturas. 

    Los puntos clave

    Ante esta es situación, conviene resaltar la importancia de adoptar diversas medidas de mitigación en el sector.

    • Es imperioso establecer estrategias de adaptación por parte de los viticultores, ya que el cambio climático modifica las condiciones de producción del vino.
    • La aptitud de las zonas vitivinícolas actuales está cambiando. Aparecerán nuevas regiones vitivinícolas en áreas que antes no eran adecuadas, incluida la expansión a regiones de laderas y áreas naturales, lo que planteará problemas para la preservación del medio ambiente.
    • El aumento de las temperaturas modifica la fenología (ciclo de crecimiento) de la vid. En la mayoría de las regiones vitivinícolas del mundo, las cosechas de uva han avanzado entre 2 y 3 semanas en los últimos 40 años, resultando en cambios de la calidad y el estilo del vino.
    Uvas y cambio climático
    El cambio climático afecta el ciclo de crecimiento de la vid. En los últimos 40 años, la vendimia se ha adelantado hasta 3 semanas. 
    • Adoptar técnicas que retardan la madurez son estrategias efectivas de adaptación a temperaturas más altas hasta alcanzar un cierto nivel de calentamiento.
    • Se requieren de estrategias de adaptación por el aumento de las sequías, ya que reduce el rendimiento y puede provocar pérdidas de sostenibilidad. Se puede lograr mediante la modificación genética o técnicas de agricultura climáticamente inteligente, y mejoras en sistemas de riego. 

    Por sus múltiples consecuencias negativas, el cambio climático es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta la humanidad. Y la industria del vino no es la excepción.

    Referencia de la nota: 
    van Leeuwen, C., Sgubin, G., Bois, B. et al. Climate change impacts and adaptations of wine production. Nat Rev Earth Environ 5, 258–275 (2024). https://doi.org/10.1038/s43017-024-00521-5