7 de octubre de 2020

La humanidad está perdiendo la carrera contra el calentamiento global

 Agrega esto a la larga lista de rarezas que nos está trayendo 2020: se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) experimentarán su caída más pronunciada en la historia moderna, mientras que el mundo sigue en camino de marcar uno de sus dos años más calurosos.

La humanidad está perdiendo la carrera contra el calentamiento global

Los 2 hechos demuestran lo implacable que es el cambio climático y que vamos a tener que aplicar medidas extremas para frenarlo. Es una carrera perversacuanto más tarde reduzcamos las emisiones, más rápido se calentará el Planeta. Y a día de hoy, la humanidad está perdiendo esta carrera.

Aunque sabemos que las temperaturas pueden variar de un año a otro, la tendencia es claranueve de los 10 años más calurosos registrados han ocurrido en lo que llevamos de este siglo.

Los confinamientos de la población debidos a la pandemia Covid-19 y la consiguiente caída de la actividad económica consiguieron una reducción de emisiones de un 17% en abril en comparación con el año anterior, según el informe de United in Science 2020 publicado a través de la Organización Meteorológica Mundial.

Pero no, no te alegres mucho, ya estamos de nuevo en los a los niveles de 2019, y el nivel de CO2 continuará subiendo mientras nosotros lo sigamos emitiendo a la atmósfera sin contemplaciones.

En el caso de que emprendiéramos esta misión de reducción de emisiones de carbonoéstas deberían reducirse a cero en 2050 para mantener el calentamiento por debajo de 1,5° C que marca el Acuerdo de Parísde 2015Eso requerirá una disminución del 7% cada año durante esta década.

Quizás te parezca poco 1,5° C de calentamiento, pero este incremento provocará que algunas partes del Planeta sean irreconocibles. Los escenarios con incremento o mantenimiento de las emisiones son desastrosos y dejan en un cuento de niños las consecuencias de la actual pandemia que estamos viviendo.

Incendios devastadores en Siberia, verano 2019

Una cuestión que nos preocupa especialmente es que el Ártico se está calentando más rápido que el resto del mundo. Este año, la región va camino de su peor temporada de incendios forestales registrada en su historia, superando un récord establecido en 2019, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.

Además, no todos estos incendios forestales son nuevos. Se pensaba que algunos se apagaron después de la caída de temperaturas del invierno pasado, pero, según parece, continuaron ardiendo bajo la nievealimentados por depósitos de metano y turba. Una vez que regresó el clima cálido, se reavivaron estos incendios que se creían extinguidos.

Los incendios forestales en el Ártico emitieron el equivalente a 244 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono de enero a agosto, en comparación con 181 millones de toneladas en todo 2019, según el Servicio de Monitorización de la Atmósfera de Copérnico de Europa.

Otro efecto negativo es que las partículas de color oscuro de los incendios forestales puede aterrizar sobre la nieve y el hielo, absorbiendo la luz solar que de otro modo se reflejaría en la superficie blanca, lo que realimenta el calentamiento de la superficie y el derretimiento del hielo.

Las columnas de humo de los incendios siberianos cubrieron el equivalente a más de un tercio de Canadá

Aunque a la mayoría de nosotros el Ártico nos parezca un territorio lejano, lo que sucede en los polos nos afecta al resto de nosotros, ya que el sistema climático está intrínsecamente acoplado.

Otra cuestión a tener en cuenta es que los océanos reciben más calor, sufriendo éstos los incrementos de temperatura más dramáticos. Durante décadas, mares y océanos han absorbido la mayor parte del calor adicional atrapado por la atmósfera, amortiguando los efectos del cambio climático.

El 93% del calor capturado por los gases de efecto invernadero desde la década de 1970 ha sido absorbido por los océanos

Los científicos saben que la capacidad de los océanos para capturar y almacenar dióxido de carbono dejó de seguir el ritmo de las emisiones en la década de 1990. Un informe publicado en junio concluyó que la capacidad de los océanos de actuar como una esponja seguirá disminuyendo, incluso cuando el mundo intente reducir las emisiones a cero para 2050.

El aumento del nivel del mar pone en peligro las áreas a baja altitud

Las aguas más cálidas dan lugar a la formación de más y más huracanes, que cada vez serán más devastadores. Los meteorólogos esperan ahora alrededor de dos docenas de tormentas con nombre cada año, lo que supone aproximadamente el doble del promedio de los últimos 30 años.

El calentamiento global está alterando los patrones conocidos. Es cada vez más frecuente luchar contra sequías e inundaciones mortales. Las cadenas de suministro de alimentos y materias primas se están interrumpiendo, y el comercio a veces se paraliza en lugares clave. A medida que aumenta la escala de estos impactos, será más difícil nuestra adaptación.

Una reducción del 20% en las precipitaciones y un aumento del 10% en las tasas de evaporación en el área del Canal de Panamá en 2019 han provocado que el agua en una de las rutas comerciales más transitadas del mundo caiga por debajo de los niveles óptimos.

Eso está obligando a los barcos de casco más profundo a transportar menos carga o emplear rutas alternativas, ambas soluciones muchos más costosas. En enero, la Autoridad del Canal de Panamá anunció un incremento en sus tarifas.

Los niveles de agua en el río Paraná en América del Sur, la principal ruta de exportación para de los cultivos argentinos, valorados en 20.000 millones de dólares, se encuentran en su nivel más bajo en 50 años. En abril, los niveles de agua eran de solo 78 centímetros en Rosario, el centro comercial de grano del país. En mayo, un barco que transportaba soja encalló dos veces en una semana, interrumpiendo la navegación durante días.

Es fácil apreciar que las olas de calor son cada vez más intensas y frecuentes a medida que el planeta se calienta, y eso no solo se refleja en los termómetros. El mayor uso de aire acondicionado en los países desarrollados conduce a picos bruscos en la demanda de electricidad durante los eventos de calor extremo.

Durante los últimos 30 años, los equipos de climatización se han vuelto cada vez más eficientes energéticamente y, también, más baratos. Actualmente, los aparatos de aire acondicionado son responsables de aproximadamente el 9% de la demanda mundial de electricidad.

Teniendo en cuenta las mejoras de eficiencia, se espera que esa cifra aumente al 13% para 2050, un aumento que es casi equivalente al consumo total de electricidad actual de la Unión Europea, según BloombergNEF

En Arabia Saudita, rica en petróleo, las plantas de energía queman petróleo para satisfacer la demanda adicional en verano, por lo que la contaminación del aire aumenta con las olas de calor. En julio, Riad, la capital, registró la peor calidad del aire del año, ya que la temperatura alta promedio alcanzó los 43 °C.

Altas temperaturas que se alcanzan en Murcia (España)

Incluso envueltos en la peor crisis en la historia para el turismo, las tasas de ocupación de Airbnb muestran que muchos de nosotros hemos abandonado o evitado estar en ciudades durante los calurosos meses de verano.

Las áreas urbanas, que ya albergan a más de la mitad de la población mundial, tienden a tener temperaturas más elevadas que las áreas rurales, ya que las primeras están cubiertas de materiales, como puede ser el cemento, que absorben el calor de la luz solar. Estas llamadas islas de calor urbanas aumentan aún más los riesgos del calentamiento global.

Escapar del calor de la ciudad y correr hacia destinos más frescos durante las semanas más calurosas del año es una solución a corto plazo disponible solo para unos pocos. Las ciudades seguirán creciendo para albergar al 68% de la población mundial en 2050, según una estimación de las Naciones Unidas.

Algunos países están tomando medidas drásticas para tratar de adaptar las áreas urbanas contra el cambio climático, incluido el traslado de sus capitales a lugares más resilientes. Pero sin una acción inmediata y drástica, la única solución viable será pasar de la mitigación a la adaptación.

Así, los países pobres que no pueden pagar la factura que supone el aire acondicionado serán los más afectados, según un estudio reciente del Climate Impact Lab. Para el 2100, el calor puede casar tantas muertes como las que causan las afecciones cardiacas, la mayor causa de muerte de personas.

A pesar de todos los datos que tenemos y las nuevas formas que se nos han ocurrido para interpretarlos, algo nos impide actuar de manera decidida para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarnos a sus consecuencias.

Los números nos abruman y descubren un futuro repleto de incertidumbre que sobrepasa a la mayoría de los mortales

Además, algunas de las conclusiones científicas más sólidas extraídas de los datos disponibles tienen puntos ciegos que nos pueden llevar a escenarios diferentes a los previstos, en la mayoría de los casos peores a los supuestos.

Pero quizás el punto de inflexión ocurra cuando cada uno de nosotros aborde de manera individual y decidida la reducción de las emisiones que provoca y adopte un estilo de vida sostenible y compatible con el Planeta.

¡Desgraciadamente cuando nos decidamos a ponernos manos a la obra, quizás ya sea un poco tarde!

Este artículo es una traducción libre y adaptada del original publicado por Laura Millan Lombrana, Akshat Rathi y Hayley Warren en Bloomberg Green y titulado It’s a Race Against Heat, and Humanity Is Losing.


¿Qué hacemos con todo el aceite usado que producimos?

 Para ganar una disputa con Poseidón por la protección de una ciudad, la diosa Atenea hizo brotar un olivo. De él se podría obtener aceite para utilizarlo como alimento, remedio para las heridas y oleo de unción. Gracias a las virtudes del árbol y su producto, Atenea venció. Desde entonces se le conoce como la diosa de la sabiduría y la ciudad recibió el nombre de Atenas. 

El aceite apareció como un paso natural tras el invento de la agricultura. La humanidad domesticó plantas –como el olivo, la soja, el girasol– y animales para extraer sus aceites y grasas, respectivamente, y emplearlos tanto en alimentación como en la industria .

Desde la antigua Grecia y las primeras civilizaciones agrícolas, la humanidad ha desarrollado habilidades industriales de producción de estas sustancias que dejarían asombrado al propio Zeus. 

En España, por ejemplo, consumimos cerca de 850 0000 t de aceite al año. Esta producción masiva de aceite viene asociada a una producción de residuos proporcional. EE. UU. genera cerca de 11 000 millones de litros de aceite usado, mientras que en Europa esta cifra asciende a 1 000 millones. España genera unos 150 millones de litros de aceite vegetal usado

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Con respecto a las grasas animales residuales, solo en EE. UU. se desecharon 2,6 millones de toneladas (grasa de ternera, cerdo, oveja, etc.). 

Ambas sustancias se generan principalmente a partir de industrias de procesamiento de alimentos, restaurantes y en nuestros hogares.

Los restaurantes generan grandes cantidades de residuos de aceite. Marco Verch Professional Photographer Seguir/FlickrCC BY

Gestión de un residuo contaminante

Los residuos de aceites y grasas deben desecharse de forma separada a los residuos orgánicos generados durante el cocinado. Jamás deben ser vertidos a la red de desagües, ya que su capacidad de contaminación es elevada. Un vertido o mala gestión de estos residuos representa un verdadero peligro; se estima que un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua.

Debido a su inmiscibilidad, estas sustancias crean una película superficial impidiendo el intercambio de oxígeno en los medios acuáticos. Producen así la degradación de ríos, lagos, acuíferos y afectan a los suelos, ecosistemas y, por ende, a la agricultura. Su persistencia provoca el incremento de los costes de las infraestructuras necesarias para la remediación de los suelos contaminados y el depurado de aguas.

Tradicionalmente, una forma casera de reciclado ha sido la producción de jabón. Al combinar el aceite residual con sosa caústica y aplicar calor se produce la reacción de saponificación. Los más osados también pueden producir su propio combustible produciendo biodiesel casero. 

Sin embargo, la vida moderna es difícilmente compatible con la elaboración artesanal. Por eso, lo mejor es dejar el reciclaje de estos residuos en manos especializadas, que realizarán una recogida controlada. 

Algunas iniciativas como Madre Coraje o empresas especializadas en recogida de aceite se encargan este trabajo. Para ello, han instalado contenedores específicos, que suelen mostrar colores llamativos como el naranja. En estos contenedores se deposita el aceite usado, previamente acumulado en casa en botellas usadas. 

La empresa guipuzcoana Eko3r ha dado un paso adelante desarrollando contenedores inteligentes mejorando de esta forma la eficiencia de la recogida.

Contenedor de recogida de aceite usado. Flickr/Gabriel MgCC BY-NC

Una segunda vida para aceites y grasas

La comunidad científica está intentando dar un valor a estos residuos, de forma que, a través de una serie de transformaciones, se puedan aprovechar para otros propósitos.

La reutilización o reciclaje, que viene a ser la puesta en valor de estos residuos, se enmarca dentro del modelo de economía circular. Esto se realiza a través de un modelo de biorrefinería. En estas instalaciones se obtienen una variedad de productos y bioenergía a partir de biomasa (o residuos vegetales o animales). 

El proceso es similar a las refinerías tradicionales, pero más sostenible. Optar por esta alternativa permite mitigar nuestra dependencia del petróleo, su impacto medio ambiental y reducir el impacto de verter estos residuos alimentarios.

Las otras vidas del aceite. Miguel CarmonaAuthor provided

Fabricación de biocombustibles

Las grasas y los aceites son sustancias llamadas ésteres. Generalmente, están formadas por tres ácidos grasos (que pueden tener mayor grado de saturación o insaturación) y una molécula de glicerina. A este tipo de éster lo denominamos triglicérido y su síntesis en la naturaleza está relacionada con el almacenamiento de energía para épocas de escasez. 

Los triglicéridos son sintetizados por bacterias, hongos, vegetales, animales y seres humanos. Si a temperatura ambiente están en estado líquido son aceites y si están en estado sólido son grasas.

El aceite puede ser usado como combustible para motores diésel. De hecho, el motor que inventó Rudolf Diesel y que presentó en 1900 en la Exposición Universal de París empleaba aceite de cacahuete como combustible. 

Sin embargo, la viscosidad de los aceites es muy alta, lo que hace que se pueda formar carbonilla al quemarlo, entre otros problemas. Para reducirla, se recurre a una reacción de transesterificación. Este proceso consiste básicamente en sustituir la molécula de glicerina por otro alcohol más ligero, transformando el éster en biodiésel. Así se consigue reducir la viscosidad y producir un combustible con propiedades similares al gasóleo. 

El biodiésel ha ido perdiendo peso como combustible alternativo, ya que su producción suele partir de aceites vegetales y podría, por tanto, competir con su uso en alimentación. 

La utilización de aceites residuales puede solucionar este conflicto, ya que se ha demostrado que el biodiésel obtenido tiene igual calidad que el procedente de aceites vegetales. 

En el Grupo de investigación BIOSAHE hemos producido biodiésel de distintos aceites y grasas: aceites reciclados, aceites vegetales no comestibles, aceites extraídos de la basura y grasas de kebab

Por otro lado, la irrupción de los coches eléctricos y otros combustibles alternativos como el hidrógeno puede disminuir más aún la necesidad del biodiésel, reduciendo su utilización a aquellas situaciones en que no pueda ser usada otra fuente libre de emisiones. 

Otros usos: biolubricantes y bioplásticos

Aceites y grasas pueden también ser empleados para la lubricación. Con un proceso similar al de la producción de biodiésel, se han obtenido nuevos biolubricantes, que son biodegradables y menos contaminantes que los aceites minerales.

Además de aplicaciones en el sector automovilístico, estos residuos pueden ser utilizados en el sector farmacéutico y nutraceútico. La producción de jabones vía saponificación ya es un hecho desde hace mucho tiempo, pero se ha observado que la composición de muchos de estos residuos es rica en antioxidantes y que puede ayudar en el tratamiento de muchas enfermedades. 

En cuanto a la industria del procesado de pescado, hemos descubierto que los residuos son ricos en ácidos grasos omega-3, que poseen un alto valor añadido para combatir, por ejemplo, el colesterol.

Un uso de gran valor para desarrollar en los próximos años es la producción de bioplásticos a partir de microorganismos alimentados con aceites residuales. 

Muchas bacterias tienen la habilidad de degradar los triglicéridos e incluirlos en su metabolismo (gracias a la secreción de una enzima llamada lipasa y a un proceso metabólico llamado β-oxidación, que los humanos utilizamos para perder peso). Así, son capaces de transformarlos en otras sustancias como pueden ser los bioplásticos. 

Los biopolímeros han demostrado tener propiedades similares a los termoplásticos procedentes del petróleo. Por tanto, pueden utilizarse en tecnología, como la impresión 3D, abriendo un increíble abanico de posibilidades.

Como vemos, el aceite que sale de la freidora puede tener miles de vidas. Lo que hoy nos sirvió para cocinar unas fabulosas patatas fritas, mañana puede ser el bioplástico del asa de la sartén. 

A su vez, al desechar este utensilio, otros microorganismos pueden emplear ese bioplástico para producir el hidrógeno que nos lleve al trabajo (en un nuevo motor que aproveche la reacción de hidrógeno y oxígeno para producir energía) y moléculas de agua, que regarán el olivo que hace cientos de años una diosa como Atenea nos regaló. En este caso, el milagro es fruto de la economía circular.

¿Tiene relación la Agenda 2030 con la economía circular?

 En su Agenda 2030, las Naciones Unidas establecen un marco de referencia sobre Desarrollo Sostenible a nivel mundial, pero ¿tiene relación con lo que conocemos como economía circular?

La Agenda 2030 cuenta como aliada con la economía circular

Fue en septiembre de 2015 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó lo que se conoce como Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que consiste en una hoja de ruta con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los 169 hitos a lograr en el horizonte del año 2030.

Titulada como Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, responde a la necesidad internacional de disponer de un marco consensuado para abordar los retos globales de la humanidad.

Es importante resaltar que la complejidad, la globalidad y la complementariedad de esta agenda va más allá de las herramientas que se han aprobado los últimos 50 años.

La Agenda 2030 aborda 5 grandes áreas claves, conocidas como las 5 P (en inglés): Personas (persons), Planeta (Planet), Prosperidad (properity), Paz (peace) y Alianzas (partners)

La Unión Europea toma este documento como referencia y trata de ser pionera en estos ámbitos, incluyendo en sus estrategias y planes los ODS identificados por la ONU.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible

Por su parte, recordemos que la economía circular se basa en 3 principios clave:

  1. Preservar y mejorar el capital natural, controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables.
  2. Optimizar el uso de los recursos, rotando productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en todo momento, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos.
  3. Fomentar la eficacia del sistema, revelando y eliminando externalidades negativas.

Intentando responder nuestra pregunta inicial, podemos decir que la transición hacia un modelo económico más circular está completamente alineada con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

De hecho, la economía circular es una palanca clave para alcanzar los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU:

ODS 7 – Energía asequible y no contaminante

Las 2 principales metas que se buscan con el establecimiento de este ODS son las siguientes:

  1. Aumentar considerablemente la proporción de energías renovables en el conjunto de fuentes energéticas.
  2. Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética.

La transición a un modelo económico circular ayudará a alcanzar la metas del ODS 7, ya que los contaminantes combustibles fósiles serán sustituidos en la producción energética por nuevos recursos y fuentes alternativas de energía.

ODS 9 – Industria, innovación e infraestructura

Las 2 principales metas que se persiguen con el establecimiento de este ODS son las siguientes:

  1. Modernizar las infraestructuras y reconvertir la industria para que sea más sostenible, utilizando los recursos con mayor eficiencia y promoviendo la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y medioambientalmente racionales y responsables, logrando que todos los países tomen medidas de acuerdo con sus capacidades respectivas.
  2. Aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica de los sectores industrialesde todos los países, en particular de los países en desarrollo, fomentando la innovación.

La economía circular tiene uno de sus focos puestos en el aumento de la productividad material, que tendría un impacto directo en la consecución del ODS 9.

La huella ambiental, camino para la Economía Circular

ODS 12 – Producción y consumo responsables

Este ODS se sitúa en el centro de la economía circular.

Su misión es que borremos de nuestra mente y de nuestro vocabulario el concepto de residuo, desecho o desperdicio y que lleguemos a pensar únicamente en recursos.

Para alcanzar dicho objetivo será necesaria una revisión completa de los patrones lineales de producción y consumo, en favor de un modelo circularun nuevo modelo en el que todos los productos se diseñan y producen considerando su reutilización, su reciclaje, la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales, y la reducción de la generación de residuos.

Realizar este cambio al nuevo modelo sólo será posible gracias a la implicación de las empresas, consumidores y administraciones públicas.

 

Para finalizar, nos gustaría indicar que los ODS se definieron para desarrollar de forma global las dimensiones económica, social y medioambiental (triple balance), y la economía circular se encuentra en la intersección de estas dimensiones de la sostenibilidad.

El desarrollo de la economía circular debe empujar, por su definición, en la consecución de los ODS y contribuir a la reorientación sostenible de los países, generando actividades creadoras de riqueza y empleo de manera global …

…Y sin dejar a nadie atrás!


Frases del cambio climático cortas

Si buscas un slogan sobre el cambio climático para una pancarta o cartel para una manifestación, para tu proyecto sobre este tema o para compartir con tus amistades, toma nota de estas frases cortas sobre el cambio climático:

  • "El clima está cambiando, nosotros también deberíamos."
  • "La herramienta más eficiente para combatir el cambio climático eres tú."
  • "No hay PLANeta B".
  • "Queremos un cambio de sistema, no un cambio climático".
  • "Solo tenemos un planeta. Luchemos hoy por un mañana mejor".
  • "La tierra es más valiosa que el dinero".
  • "Eco, no Ego".
  • "Aquí empieza a hacer demasiado calor...".
  • "Vosotros moriréis a causa de la edad, nosotros moriremos a causa del cambio climático".
  • "El cambio climático tiene un profundo impacto en la supervivencia y el desarrollo de la humanidad. Es un gran desafío para todos los países." Hu Jintao.
  • "El mundo no va a sobrevivir mucho más tiempo como cautivo de la humanidad." Daniel Quinn.
  • “Hacia el año 2000, el clima cambiará”. Lyndon B. Johnson (1965).
  • “El aumento del CO2 provocará un calentamiento global”. Eunice Newton Foote (1856).
  • “El efecto invernadero retiene el calor en la atmósfera”. Jean Baptiste Joseph Fourier (1824).
  • “El cambio climático se debe a la actividad humana”. Svante Arrhenius (1896).
  • “El cambio climático se acelera”. Charles David Keeling (1960).
  • “Si duplicamos las emisiones de CO2, la temperatura subirá 3ºC”. Jule Charney (1972).
  • “Los fenómenos naturales serán cada vez más extremos”. Al Gore (2006).

 

Onze escoles convertides en refugis climàtics

 Durant l’estiu han avançat les intervencions de les onze “Escoles refugi climàtic” les quals formen part del programa Escoles + Sostenibles. Aquests espais serviran per combatre la calor i construir una ciutat més resilient davant l’emergència climàtica.

 

A través del programa Urban Innovation Action (UIA) de la Comissió Europea, l’Ajuntament de Barcelona va presentar el projecte “Adaptar escoles al canvi climàtic a través del verd, el blau i el gris” per intervenir a onze escoles amb un paquet de mesures blaves (incorporació de punts d’aigua), verdes (espais d’ombra i vegetació) i grises (actuacions sobre els edificis per millorar-ne l’aïllament).

Després d’un procés participatiu amb les comunitats educatives de les diferents escoles seleccionades, les obres s’han dut a terme per transformar els centres en refugis climàtics. Tots els projectes utilitzen la natura, el verd, com a part essencial a fi d’assolir una biodiversitat més àmplia als patis de les escoles, a la vegada que s’obtenen nous espais de frescor i ombra. El nombre de nous arbres plantats és considerable i, com a conseqüència, estem reduint el sòl pavimentat per obtenir més sòl natural i transpirable. Pel que fa al vector blau, l’aigua, els projectes incorporen unes solucions que ens aproximen als objectius inicials del projecte i a la vegada s’adapten als desitjos de les escoles; a més, compleixen els requisits tècnics, de sostenibilitat i de salut. El tercer element del projecte, el gris, també s’ha implementat positivament i, en aquest cas, la utilització d’arquitectura passiva ha estat clau.