Estos pacíficos animales que llegan a recorrer 2200 km para alimentarse y que reciben su nombre común de la facilidad de ser cazadas por su confianza, están pasando una ligera recuperación tras una larga persecución.
Parece ser que los grupos de América del Norte están disminuyendo sobretodo por causa de los barcos que les acaban produciendo fuertes heridas, más el ruido; mientras que las poblaciones de los mares meridionales, gracias a una fuerte sensibilización por campañas, se están recuperando.
Lo más curioso es lo que afirman los científicos: Evitando la muerte de 2 hembras, se podría salvar la especie en el Atlántico Norte o almenos variar esa tendencia a la baja.
Esperemos que se pueda solucionar el problema para rescatar a este bello animal.
Nacho Padró
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