Los océanos se acidifican a velocidades sin precedentes en los últimos 300 millones de años, según corrobora un estudio internacional en que participan investigadores españoles, y que advierte de un gran cambio de la química marina causado por las emisiones de CO2.
Además de provocar el calentamiento global, las emisiones de CO2 alteran la química de las aguas de los mares y los océanos conduciéndolas hacia una progresiva acidificación, lo que tiene "importantes repercusiones" sobre los organismos y ecosistemas marinos, según señalan los autores del estudio que publica 'Science'.
El trabajo concluye que a lo largo de los últimos 300 millones de la historia de la Tierra la química oceánica ha sufrido "cambios profundos", pero ninguno de ellos parece haber sido tan rápido, global y de tanta magnitud como el que está sucediendo en la actualidad.
La acidificación marina se produce a medida que el CO2 emitido por las actividades humanas, derivado fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles, se diluye en los océanos.
Más del 30% de las emisiones antropogénicas de CO2 pasa directamente a los océanos, que se vuelven progresivamente más ácidos, lo que perjudica al desarrollo de especies que construyen cáscaras o esqueletos de carbonato cálcico, como los corales y moluscos.
También puede afectar especies del fitoplancton, del que dependen los peces, crustáceos y otras especies.
El estudio, en el que han participado investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) evidencia la "magnitud y gravedad" del cambio antropogénico en la química marina.
El registro geológico mediante análisis paleontológicas y geoquímicas y se han buscado eventos pasados de acidificación para detectar posibles efectos en la biota marina
Además de provocar el calentamiento global, las emisiones de CO2 alteran la química de las aguas de los mares y los océanos conduciéndolas hacia una progresiva acidificación, lo que tiene "importantes repercusiones" sobre los organismos y ecosistemas marinos, según señalan los autores del estudio que publica 'Science'.
El trabajo concluye que a lo largo de los últimos 300 millones de la historia de la Tierra la química oceánica ha sufrido "cambios profundos", pero ninguno de ellos parece haber sido tan rápido, global y de tanta magnitud como el que está sucediendo en la actualidad.
La acidificación marina se produce a medida que el CO2 emitido por las actividades humanas, derivado fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles, se diluye en los océanos.
Más del 30% de las emisiones antropogénicas de CO2 pasa directamente a los océanos, que se vuelven progresivamente más ácidos, lo que perjudica al desarrollo de especies que construyen cáscaras o esqueletos de carbonato cálcico, como los corales y moluscos.
También puede afectar especies del fitoplancton, del que dependen los peces, crustáceos y otras especies.
El estudio, en el que han participado investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) evidencia la "magnitud y gravedad" del cambio antropogénico en la química marina.
El registro geológico mediante análisis paleontológicas y geoquímicas y se han buscado eventos pasados de acidificación para detectar posibles efectos en la biota marina
Judith Tobeñas
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