Los peces de río de la Península Ibérica se están viendo afectados por los insecticidas piretroides, los cuales pueden tener efectos neurológicos y carcinogénicos en seres humanos, según un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en la revista Environment International. El uso de estos productos es muy habitual en el consumo diario. En el hogar están los antimosquitos o los antipiojos, pero también se utilizan en aplicaciones veterinarias y agrícolas. Sin embargo, es la primera vez que se detectan en peces de río.
Hasta ahora se pensaba que estos insecticidas, por sus compuestos, no dañarían al medio ambiente. Pues sustituyeron a los antiguos pesticidas debido a que los piretroides no son persistentes y se degradan más rápido. Sin embargo, "su uso intenso y habitual hace que siempre estén presentes", según explica a este diario Ethel Eljarrat, científica del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC.
Los investigadores han analizado 42 ejemplares capturados en los ríos Llobregat, Ebro, Júcar y Guadalquivir. "El resultado más sorprendente es que todas las muestras presentan concentraciones detectables de piretroides", apunta la científica. Se trataba de bagres, barbos, truchas, carpas y gobios.
"Nuestro trabajo alerta de que las concentraciones halladas son más elevadas que las de la mayoría de contaminantes emergentes, como los fármacos, los productos de cuidado personal o los retardantes de llama. Por eso, los piretroides deberían incluirse en los estudios de control y de calidad ambiental", concluye.
El desconocimiento de la huella que pueden tener estos productos ha provocado que no haya legislación ni normativa, ya que no se sabía que los piretroides afectaban a los seres vivos. Sin embargo, según advierte Ethel, "aunque los niveles de concentración de insecticidas encontrados en los peces no superan los límites máximos que se marcan su uso en la agricultura, si sigue aumentando el consumo de estos productos también aumentará su concentración en el tejido de esta fauna".
No obstante, aunque los niveles no son dañinos para los seres humanos, sí podrían afectar a los peces. Según cuenta Ethel varios estudios demuestran que los piretroides pueden provocarles dificultades en el movimiento y problemas cardíacos y de crecimiento. Incluso puede provocarles efectos tóxicos como la acumulación de lípidos en el hígado.
Eva Mosquera Rodriguez
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