Decir que la crisis climática es uno de los desafíos más importantes a los que se va a enfrentar la humanidad quizás ya no sea algo nuevo, pero si lo van a ser algunos de los efectos de esta crisis que se van a ir acrecentando para provocar que nuestra preocupación vaya en aumento.
Es muy probable que pasemos de hablar de crisis para hacerlo de emergencia planetaria, lo que requerirá elaborar nuevas estrategias y planes que supondrán unos esfuerzos y sacrificios nada desdeñables.
La verdad es que todo esto sería más fácil de abordar si nos decidiéramos a hacer las paces con la naturaleza y apostáramos por trazar un camino claro hacia un futuro sostenible, caracterizado por nuevas posibilidades y oportunidades compatibles con nuestra existencia en el Planeta.
En palabras de António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, … la humanidad ha declarado la guerra a la naturaleza, algo que es tan insensato como suicida. Las consecuencias de nuestra temeridad ya están provocando sufrimiento humano, importantes pérdidas económicas y un aceleramiento de la erosión de la vida terrestre.
También expone que … poner fin a esta guerra no supone una renuncia a los logros en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir ni a las aspiraciones legítimas de las naciones y personas más pobres a disfrutar de un mejor nivel de vida. Al contrario, hacer las paces con la naturaleza, garantizar su salud y aprovechar los beneficios que aporta resulta fundamental para lograr un futuro próspero y sostenible para todos.
En esta línea desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se ha elaborado un informe, precisamente titulado Hacer las paces con la naturaleza, en el que se recogen estos 5 mensajes clave:
- Los cambios ambientales están socavando los logros en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir, ya que acarrean costes económicos y millones de muertes prematuras al año. Asimismo, impiden que se avance en aras de la erradicación de la pobreza y el hambre, la reducción de las desigualdades y la promoción de un crecimiento económico sostenible, el trabajo decente para todos, y unas sociedades pacíficas e inclusivas.
- El bienestar de los jóvenes de hoy y de las generaciones futuras depende de una ruptura urgente y clara con las tendencias actuales de deterioro del medio ambiente. Los 10 próximos años son cruciales. La sociedad debe reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 45% de aquí a 2030 en comparación con los niveles de 2010 y alcanzar las cero emisiones netas en 2050, a fin de limitar el calentamiento a 1,5 °C en consonancia con el Acuerdo de París y, al mismo tiempo, conservar y restaurar la biodiversidad y minimizar la contaminación y la generación de desechos.
- A fin de lograr la sostenibilidad, las emergencias ambientales de la Tierra y el bienestar humano deben abordarse de forma conjunta. Es menester armonizar la elaboración de los objetivos, metas, compromisos y mecanismos de los principales convenios ambientales y su aplicación para que sean más sinérgicos y eficaces.
- Los sistemas económicos, financieros y productivos pueden y deben transformarse para dirigir e impulsar el cambio hacia la sostenibilidad. La sociedad debe incluir el capital natural en la toma de decisiones, eliminar los subsidios perjudiciales para el medio ambiente e invertir en la transición hacia un futuro sostenible.
- Todo el mundo tiene un papel que desempeñar para conseguir que los conocimientos, la inventiva, la tecnología y la cooperación de los seres humanos pasen de estar al servicio de la transformación de la naturaleza a servir a la transformación de la relación de la humanidad con la naturaleza. La gobernanza policéntrica es clave para que la gente pueda expresarse y actuar de un modo responsable desde el punto de vista ambiental, sin dificultades ni sacrificios personales indebidos.
Lo cierto es que antes de la pandemia de COVID-19, el año 2020 se perfilaba como un punto de inflexión en cuanto a compromisos para conducir a la población de la Tierra hacia la sostenibilidad.
Habían programadas reuniones mundiales para debatir medidas de gran calado encaminadas a afrontar las 3 crisis planetarias a las que se enfrenta la humanidad: crisis climática, crisis de la naturaleza y crisis de la contaminación.
Ante este escenario, por suerte, contamos con argumentos científicos convincentes sobre por qué y cómodebe aplicarse con urgencia esa determinación colectiva para proteger y restaurar nuestro Planeta.
En pocas palabras, necesitamos reparar la Tierra mediante acciones transformadoras que activen la inventiva y la cooperación humanas a fin de asegurar los medios de subsistencia y el bienestar de todos.
Esta reparación comprende soluciones que reconozcan el carácter interconectado de nuestros problemas ambientales, sociales y de desarrollo. La reparación significa cambiar nuestros valores y visiones del mundo, así como nuestros sistemas financieros y económicos. La reparación supone adoptar un enfoque que englobe a toda la sociedad. Y la reparación significa ser justos y equitativos.
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