No es que durante el resto del año no se lleve a cabo, pero en verano aumenta la cantidad de inmersiones para disfrutar del fondo marino y, con ello, de buceadores y buceadoras. Sea a nivel de iniciación o profesional, es importante mantener ciertas pautas durante la actividad, de cara a preservar el entorno acuático.
En general, se trata de alterar el fondo marino lo menos posible: no tocar, coger ni romper nada, no alimentar a los animales que podamos encontrar, controlar el aleteo, no alterar el suelo ni levantar arena, recoger la basura que encontremos pero solamente si es pequeña, manejable y no está enganchada en nada y si nos ponemos crema solar que no dañe los arrecifes de coral.
Como señala a Maldita.es Sara Malosetti, bióloga, buceadora científica e instructora de buceo en Open Water La Herradura (Granada), la comunidad de buceo así como el número de centros y lugares habilitados y visitados para llevar a cabo la actividad está creciendo de forma exponencial. La parte negativa es que hay ocasiones en las que no se le da la suficiente importancia a la concienciación ambiental.
“La aglomeración de buceadores en ciertas zonas, sumada a la falta de formación, convierte la actividad en un daño importante en muchas comunidades de animales y plantas que habitan bajo la superficie: desde aletazos en las paredes, hasta el levantamiento de arena del fondo o la alteración de la vida acuática son algunos ejemplos de comportamientos que conllevan un impacto negativo”, explica Malosetti y añade que estos son fácilmente evitables si se tienen en cuenta algunas pautas.
Las más importantes para Paco Pérez, instructor de buceo deportivo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, se resumen en no tocar el fondo marino, no alimentar a los animales que podamos encontrar y no extraer nada (ni vivo ni muerto).
También es importante la técnica a la hora de bucear: tanto la flotabilidad, es decir, la capacidad del cuerpo para sostenerse en la superficie de un líquido (en este caso, el mar) que nos permitirá ascender y descender pequeñas distancias; como el propio aleteo. “La flotabilidad neutra es imprescindible para evitar arrastrarse por el fondo y su alteración. Es una destreza que se trabaja y se consigue con la experiencia y cursos de formación continua”, indica Malosetti. “Por su parte, un aleteo eficaz y consciente va a evitar golpes contra las paredes (y , de nuevo, el fondo)”, añade.
¿Y si encontramos basura durante la actividad? Pérez es claro ante esta posibilidad: podemos recogerla, pero no debemos ‘romper’ nada. “Si es un hilo de pescar o un cabo, es importante prestar atención al lugar donde esté enganchado, pues se puede romper (coral, gorgonia…). Si es una red, mejor no tocarla y dar un aviso al Seprona de la Guardia Civil o a la autoridad territorial competente: las redes son peligrosas tanto para el medio ambiente como para el buceador”, aclara.
Si hablamos del buceo de superficie con gafas y tubo (snorkel), Eduardo Mulero, biólogo, buceador y maldito que también nos ha prestado sus superpoderes, recuerda que es importante utilizar cremas protectoras 'sea friendly' que no afectan a los arrecifes.
Además, incide en que en esta variante del buceo sigue siendo importante no alterar ni tocar el fondo: “No solo se trata de los seres vivos como estrellas de mar, erizos, esponjas marinas, peces o pulpos que podamos encontrar (a los que tampoco hay que molestar), sino que debemos dejar en su sitio conchas, caracolas, piedras bonitas…”, aclara.
“La misión de los buceadores es proteger y cuidar el mar, ya que somos los que tenemos acceso a sus fondos y podemos disfrutar de ellos y de la vida que alberga. Es por esto que, desde las primeras pautas en la formación, uno de los pilares fundamentales es el cuidado del medio ambiente”, apunta Malosetti. Añade un sencillo recordatorio que se puede encontrar en el equipo de buceo de La Herradura: “Toma fotos, deja solo burbujas”.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Paco Pérez y Eduardo Mulero.
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