La pérdida mundial de bosques alcanzó máximos históricos en 2024, impulsada por un aumento catastrófico de incendios masivos. La tendencia general se encamina en una dirección preocupante, alertó el análisis anual de Global Forest Watch (GFW), iniciativa del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
“Si esta tendencia continúa, podría transformar permanentemente áreas naturales críticas y liberar grandes cantidades de carbono, intensificando el cambio climático y alimentando incendios aún más extremos," señaló Peter Potapov, codirector del laboratorio Global Land Analysis and Discovery (GLAD), del Departamento de Ciencias Geográficas de la Universidad de Maryland. "Es un peligroso círculo vicioso que no podemos permitirnos desencadenar más”.
Basado en datos del laboratorio GLAD, el informe de GFW señala que, por primera vez en sus registros, los incendios, y no la agricultura, fueron la causa principal de la pérdida de bosques primarios tropicales, representando casi el 50% de toda la destrucción forestal. Esto marca un cambio drástico con respecto a los últimos años, cuando los incendios promediaban el 20%.
“Este nivel de pérdida de bosques no se parece a nada que hayamos visto en más de 20 años de datos. Es una alerta roja global, un llamado colectivo a la acción para todos los países, empresas y personas que se preocupan por un planeta habitable”, afirmó Elizabeth Goldman, codirectora de GFW.
En 2024, el año más caluroso registrado, las condiciones extremas impulsadas por el cambio climático y el fenómeno de El Niño hicieron que los incendios fueran más intensos y difíciles de controlar. Si bien los bosques tienen la capacidad de recuperarse, la presión combinada de la conversión de tierras y el cambio climático obstaculizan esta recuperación y aumentan la probabilidad de incendios futuros.
A nivel mundial, los incendios emitieron 4.1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero (GEI), liberando más de cuatro veces las emisiones de todos los vuelos comerciales en 2023. Estos eventos empeoraron la calidad del aire, afectaron el suministro de agua, y amenazaron la vida y el sustento de millones de especies, incluida la humana.
La importancia de los bosques primarios
Los bosques primarios, también conocidos como vírgenes, primigenios o antiguos, son ecosistemas intactos, desarrollados naturalmente, sin intervención humana. Existen en zonas tropicales, templadas y boreales. Por el contrario, los bosques secundarios son aquellos que se desarrollan en áreas donde el bosque primario ha sido alterado o deforestado por actividades humanas; son valiosos si se regeneran naturalmente y su recuperación es sostenida. La biomasa, al igual que otros aspectos, puede recuperarse, pero se necesita un gran bosque primario para mantener el sistema en su conjunto.
Los datos de GFW se enfocan en la pérdida de bosques primarios tropicales, debido a que “estos representan la mayor biomasa, mayor biodiversidad y, en consecuencia, se trata de los bosques con mayor valor de conservación y servicios ecosistémicos. Recuperar un bosque primario y todas sus funciones, una vez talado, no es viable. Además, es en estos ecosistemas donde se produce más del 94% de la deforestación", comentó en conferencia el doctor Matt Hansen, profesor de la Universidad de Maryland y codirector del Laboratorio GLAD.
Los datos señalan que, en 2024, la pérdida de bosques primarios tropicales aumentó el 80% en comparación con 2023, alcanzando 6.7 millones de hectáreas, el equivalente a 18 campos de fútbol por minuto. Además de los incendios masivos, la pérdida de bosque primario tropical impulsada por otras causas (deforestación para agricultura, minería, etc.) aumentó un 14%, el mayor incremento desde 2016.
El análisis señala que, si bien los incendios son fenómenos naturales en algunos ecosistemas, los que se producen en los bosques tropicales son, en su mayoría, provocados por actividad humana, a menudo con el fin de preparar nuevas áreas para la agricultura.
El aumento de la pérdida de bosques también se extendió más allá de los trópicos. El planeta experimentó un aumento del 5% en la pérdida total de cobertura arbórea en comparación con 2023, alcanzando 30 millones de hectáreas, un área equivalente a Italia. Este aumento se debió en parte a las intensas temporadas de incendios en Canadá y Rusia, lo que marcó la primera vez que grandes incendios azotaron tanto los trópicos como los bosques boreales desde que comenzó el registro de GFW.
Principales países con pérdida de bosques
Brasil, el país con la mayor superficie de bosque tropical y que será sede de la COP30, representó el 42% de la pérdida global de bosque primario tropical en 2024. Los incendios, alimentados por la peor sequía registrada, causaron el 66% de la pérdida forestal nacional, un aumento de más de seis veces con respecto a 2023, mientras que la Amazonia experimentó su mayor pérdida de cobertura arbórea desde 2016. Además, la pérdida por otras causas también aumentó un 13%, principalmente debido a la agricultura a gran escala para la producción de soja y la ganadería.
Un caso alarmante fue Bolivia, donde se disparó un 200% la pérdida de bosque primario, alcanzando un total de 1.5 millones de hectáreas. Por primera vez ocupó el segundo lugar mundial en pérdida de bosque primario tropical, solo superado por Brasil. Más de la mitad de la pérdida arbórea se debió a incendios, a menudo provocados para despejar tierras para el cultivo de soja, ganado y caña de azúcar.
Perú tuvo un aumento del 135% en la pérdida de bosque primario tropical debido a incendios, principalmente provocados por la quema de bosques para despejar tierras con fines agrícolas. En total perdió 190,000 hectáreas.
En otros países de América Latina los incendios del año pasado igualmente registraron importantes picos en la pérdida de bosques primarios tropicales, como fueron los casos de Guatemala, México y Nicaragua.
Nicaragua registró el mayor porcentaje de pérdida proporcional de área de bosque primario a nivel global, con un 4.7%. El país centroamericano perdió 95,000 hectáreas de bosque primario. En el caso de Guatemala, perdió el 2.7%, principalmente en la zona norte del país.
Colombia, en 2023, registró la mayor disminución en la pérdida de bosque primario en 20 años; sin embargo, para el año siguiente hubo un retroceso, ya que la pérdida aumentó casi un 50%. A diferencia de otras partes de América Latina, los incendios no fueron la causa principal, sino la minería ilegal y la producción de coca.
México se ubicó entre los 10 países con mayor pérdida de cobertura arbórea primaria en 2024, con 93,000 hectáreas. El país experimentó un aumento del 90% en la pérdida de bosque primario tropical entre 2023 y 2024, principalmente debido a incendios, seguido por la agricultura comercial, la ganadería y la soja.
En reportes anteriores, Global Forest Watch ya señalaba una significativa pérdida de cobertura arbórea, especialmente en bosques tropicales. Por ejemplo, durante el periodo 2001-2023, México perdió 4.89 millones de hectáreas de cobertura arbórea, lo que representa una disminución del 9.2% respecto al año 2000. En equivalencia, sería una pérdida de casi cinco veces el tamaño de la Ciudad de México. Este total incluye la pérdida de 793,000 hectáreas de bosques primarios, lo que representa 16% de su pérdida total de cobertura arbórea.
Del otro lado del Atlántico, al igual que la Amazonía, la cuenca del Congo desempeña un papel crucial como sumidero de carbono, pero el aumento de los incendios amenazan su función vital. En la República Democrática del Congo, la pérdida de bosque primario aumentó un 150% en 2024, en comparación con el año anterior, y los incendios causaron el 45% de los daños, agravados por condiciones inusualmente cálidas y secas, por la pobreza, conflictos armados y una profunda dependencia de los bosques para la supervivencia de la población local.
Países sin pérdida de bosques
“No todas son malas noticias. En el Sudeste Asiático hay indicios de progreso. Indonesia redujo la pérdida de bosque primario en un 11%, revirtiendo un aumento constante entre 2021 y 2023, mientras que Malasia experimentó una disminución del 13% y, por primera vez, salió de la lista de los 10 principales países con pérdida de bosque primario tropical”, comentó el doctor Hansen, del Laboratorio GLAD.
A pesar de la sequía, Indonesia registró una baja tasa de pérdidas por incendios forestales gracias a las iniciativas de prevención de incendios, las lluvias tardías y las labores de extinción del sector privado y las comunidades locales.
En Laos, a pesar de una disminución del 15% con respecto a las tasas de 2023, la pérdida total de bosque primario siguió siendo la segunda más alta registrada en la región.
Soluciones contra la pérdida de bosques
En 2021, en el marco de la COP26 (en Glasgow, Reino Unido), más de 140 países se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030; sin embargo, 17 de los 20 signatarios con las mayores áreas de bosque primario están perdiendo árboles a un ritmo mayor que cuando se firmó el acuerdo.
El análisis de GFW indica que para alcanzar el objetivo global de detener la pérdida de bosques para finales de esta década —en escasos cinco años—, el mundo debe reducir la deforestación en un 20% anual, comenzando de inmediato. Desgraciadamente, la realidad opera en contra de este objetivo, tal como exhiben los datos ya repasados en este artículo.
Algunas propuestas de los expertos son: una inversión sostenida en la prevención comunitaria de incendios, sistemas de respuesta a incendios más eficaces, aplicación más estricta de las normas contra la tala ilegal, un enfoque en el uso sostenible de la tierra, cadenas de suministro de productos básicos sin deforestación, una mejor aplicación de las regulaciones comerciales y un mayor financiamiento para la protección forestal, especialmente las iniciativas lideradas por pueblos indígenas.
Otras soluciones son reforzar los sistemas de monitoreo forestal globales, nacionales y estatales, tal como es el caso de GFW, una iniciativa esencial para conocer el estado de los bosques. Mediante el uso de tecnología satelital, GFW facilita el monitoreo forestal casi en tiempo real, genera datos e información sobre dónde, cómo y por qué están cambiando los bosques. Desde su lanzamiento en 2014, más de 7 millones de personas en todo el mundo han visitado su plataforma digital.
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