Salvar el planeta es una tarea ímproba, qué duda cabe, y poco podemos hacer cada uno de nosotros para lograrlo. Sin embargo, la pequeña contribución que hagamos de formacotidiana es la única manera de dar un paso adelante que haga la diferencia a largo plazo.
Al margen de la enorme responsabilidad y culpa atribuible a poderes fácticos e intereses económicos de mil y un tipos, entre los que la industria ocupa un papel protagonista, en cada uno de nosotros está el poder del cambio a nivel global.
Aprovechando la nueva entrada de año y sus tradicionales buenospropósitos, enumeraremos diez ejemplos de posibles resoluciones que iniciar para convertirlos en eco gestos tan fáciles de aplicar como cualquier hábito.
No en vano, la rutina tiene esta ventaja. Si bien es un tanto mecánico y monótono, por otra parte nos asegura resultados interesantes. Con la ventaja, en este caso, de aportarnos un punto de novedad a nuestras vidas que, sencillamente, nos traerá cambios que nos ayudarán a decir adiós al aburrimiento.
Bajar nuestra huella de carbono
No tenemos millones de dólares como Bill Gates para financiar la investigación en materia de energías verdes, pero sí está en nuestra mano tomar decisiones interesantes al respecto. Si estamos pensando comprar un coche y el presupuesto nos lo permite, primero los eléctricos, los híbridos o, al menos, aquellos que menos contaminen o, aún mejor, optemos por soluciones de movilidad sostenible que impliquen renunciar al coche.
Si queremos usar energías verdes pero no entra en nuestros planes instalar un panel solar o una turbina de viento, pongamos por caso, tarde o temprano encontraremos la manera de hacerlo de forma indirecta. Por ejemplo, contratando un hosting ecológico, es decir, aquel cuyo mantenimiento se basa en energía que procede de fuentes renovables, entre otros aspectos que conviene estudiar.
Por pasiva también se puede avanzar y los ejemplos también son innumerables. Poco a poco iremos descubriendo nuevas oportunidades de actuar sin hacerlo. Entre otras, lograremos mucho no contribuyendo al uso innecesario de energíasfósiles a la hora de viajar (el avión dispara nuestra huella de carbono), de hacer compras o de buscar una mayor eficiencia energética en el hogar.
Ahorrar agua
El ahorro de agua es un típico tópico que, por mucho que siga sonándonos a la cantinela de siempre, sigue siendo una tarea pendiente para muchas personas, familias o empresas. Sencillamente, se trata de revisar nuestros hábitos y mejorarlos.
En el día a día hay muchas oportunidades para ir ahorrando, gota a gota, una gran cantidad de agua de la que estar orgullosos a finales de año. Entre otras buenas prácticas, mejor la ducha que el baño, y dentro de aquella opción, no eternizarnos debajo de la alcachofa.
No mantener el grifo abierto cuando estamos enjabonándonos en la ducha, lavándonos los dientes o realizando cualquier otra actividad de aseo personal o limpieza del hogar es otra buena manera de ahorrar agua. Y, por supuesto, será interesante predicar con el ejemplo si hay niños en casa o, entre otras posibilidades, recoger agua de lluvia para regar.
Apuesta por el comercio justo
El comercio justo es un circuito comercial que nos ofrece alimentos y otros productos, por lo general artesanos y en muchas ocasiones también realizados con materias primas orgánicas. Comprarlos es apostar por un mundo mejor en muchos sentidos.
Sin embargo, lo cierto es que sus precios son elevados, pero también ofrecen una calidad en forma de buenas materias primas, artesanía, etc. que realmente valen la pena. Será fácil encontrar algunos de ellos en las mismas estanterías de nuestro super habitual, si bien hay más oferta en grandes superficies y tiendas online.
Si no tienes presupuesto para pagar los precios de los productos que pertenecen a este circuito no lo descartes del todo y recurre a él en momentosespeciales. También será un gesto importante de cara a cuidar el planeta y poner tu granito de arena en favor de un mundo más igualitario.
Seguir las tres erres
Las tres erres de la ecología (reducir, reutilizar y reciclar) siguen siendo una máxima que raramente se cumple. En una sociedad de consumo como la nuestra, hay que reconocer que se precisa de una fuerza de voluntad importante para tener una actitud adecuada al respecto.
Sin embargo, resulta más fácil de lo que uno imagina. Sin que ello signifique ser inflexibles, lo cierto es que encontraremos un sinfín de ocasiones a lo largo del día para practicarlas, teniendo en cuenta el orden en el que se enumeran para tomar decisiones verdes.
Seguirlas nos ayudará a ahorrar dinero y evitar una buenacantidad de desechos domésticos. Será importante centrarse en aspectos clave como son los envases, las bolsas de plástico, los envoltorios, la organización a la hora de comprar lo justo y necesario, primar los paquetes familiares y, en suma, no caer en una dinámica consumista.
Pasarse al reciclaje creativo
Si somos manitas lo tendremos más fácil, pero no serlo tampoco supone un inconveniente. Se trata, en suma, de tener la posible opción en cuenta y también nuestras posibilidades a nivel de disposición de tiempo y destreza.
Siempre habrá posibilidades que ni imaginamos para reutilizar o reciclar haciendo pequeños cambios a nuestro alcance. No olvidemos que el ingenio y la imaginación son características propias del reciclaje creativo que, entre otras cosas, permiten ir mejorando con el tiempo. Además, nos dará pequeñas grandes alegrías, pues crear es un modo de alimentar el ego de una forma realmente sana y, por último pero no menor en importancia, ahorraremos un buen dinerito.
La pesca con redes agalleras y la polución del agua por pesticidas procedentes de la agricultura son sus principales amenazas. En particular, el uso de estas redes para pescar el pez totoaba de forma ilegal está capturando también a las vaquitas.
El pez totoaba también está en peligro de extinción, y su pesca clandestina obedece a la demanda que la vejiga de este pez tiene en China y Japón para su uso en la medicina tradicional asiática.
Al compartir ecosistema con la vaquita marina las redes capturan también a ésta, y si bien ambas especies están en la cuerda floja, el estado crítico de esta última es muchomáspreocupante.
Intentos por salvarla
Entre otras iniciativas, los drones han captado la atención mediática. En concreto, se busca crear un sistema de vigilancia que realmente funcione y los drones han venido que ni pintados.
Es un proyecto reciente, implementado por las fuerzas armadas de México para evitar la pesca ilegal y si bien representa una gran ayuda, también es cierto que quedan muy pocos ejemplares.
Evitar que la población siga mermando es un objetivo prioritario, el único, a día de hoy, en realidad. Con este fin, el FondoMundial para la Naturaleza (WWF) ataca la raíz del problema. Es decir, pide que se detenga la pesca del pez totoaba. Se trata, sin embargo, de un problema de difícil consecución.
El mercado negro que actúa de motor para su pesca en aguas de México y Estados Unidos es una cuestión peliaguda que difícilmente puede atajarse. Para conseguirlo, el WWF reclama el cierre de pesquerías, buscando una solución que cortará lamasacre y empezará a dar sus frutos a largo plazo.
De igual manera, otras organizaciones conservacionistas, como Greenpeace o Sea Shepherd, están comprometidas con esta lucha. Difunden la situación extrema que está sufriendo la especie, incidiendo en la importancia de actuar de forma rápida. De otro modo, los números cantarán, y la melodía será de requiem. Como es fácil adivinar, las matemáticas en este caso parece que solo saben restar.
Por su parte, el gobierno mexicano puso en marcha un plan de protección hace alrededor de año y medio, prohibiendo las redes agalleras y ofreciendo una compensación económica a las pesqueras damnificadas. Una medida interesante en teoría, pero en la práctica continúan las capturas.
Buscando el apoyo internacional, desde el Instituto Nacional de Ecología de México se lanzó un SOS a distintos países, entre ellos Estados Unidos y China para reducir cuanto antes el tráfico ilegal del pez totoaba. Con el añadido de que respetando esta especieamenazada estamos ayudando a que la vaquita pueda salvarse.
Esta semana México ha dado un paso de gigante que podría hacer una gran diferencia. Se trata de la firma de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) para salvar a la vaquita marina, apoyada por 182 países.
Este cetáceo, el más pequeño y amenazado del mundo podría tener en esta iniciativa su última esperanza para no acabar borrado del mapa. Dicha propuesta se adoptó en la decimoséptima reunión de las CITES que acoge Johannesburgo.
No hay que ir muy lejos para saber qué se pretende. Como no podía ser de otra manera, se aspira a poner fin al comercio de totoaba, cuya vegiga se conoce con el nombre de "cocaína acuática". Su venta a precios exorbitados y su sobrenombre suponen una clara muestra de lo complicado que resultará alcanzar este fin.
En el documento aprobado los tres países que están directamente implicados en su comercio ilegal (México, Estados Unidos y China) se han comprometido a poner más de su parte para "interceptar cargamentos ilegales".
De no emplearse al máximo y prácticamente llevar a término una política de tolerancia cero a la hora de perseguir a los traficantes de la totoaba, de nada servirán los esfuerzos.
Para seguir la evolución de los avances estos países informarán anualmente a la CITES de lo conseguido. Los factores que hay que atacar están claros, y puesto que no hay plan B, salvar a la vaquita implica ayudar a su vez a la totoaba.
Tal y como ha señalado la organización WWF, avanzar es siempre positivo, pero mientras las iniciativas no se traduzcan en hechos la vaquita seguirá en gravísimo peligro. Como tantas veces ocurre, la prohibición es la solución, pero solo si se puede hacer efectiva. He ahí el reto. Difícil, pero no imposible.
Conclusiones
Una situación límite en la que no valen las medias tintas. Sus defensores, asociaciones conservacionistas y, a última hora, también instituciones gubernamentales, saben bien que de no conseguirse resultados cuanto antes será complicado, si no imposiblesalvarla.
Podríamos decir que el futuro de este enternecedor cetáceo está escrito en las estrellas, pero la cosa es más prosaica. Y, sin duda, también mucho menos poética. Su hábitat, las aguas del Golfo de California podrían convertirse en nada en su propia tumba.
De hecho, ya lo ha sido para prácticamente todos sus ejemplares. Los supervivientes de la especie, unos 60, son la únicaesperanza. Veamos qué hay a favor y en contra en tan complicada situación. Aunque, lamentablemente, a día de hoy no es difícil imaginar de qué lado acabará cayendo la moneda.
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En 2010, un ambicioso proyecto se disponía a revertir el destino del próximo icono de la fauna ibérica en extinguirse en la península: el urogallo cantábrico, esa particular subespecie de gallina gigante —puede alcanzar los 110 centímetros— que, por sus características, nunca debió haber aparecido en los montañosos límites entre Castilla y León, Asturias y Cantabria pero lleva allí desde hace, al menos, dos siglos.
El proyecto LIFE+ Urogallo se extendió hasta finales de 2016 y tuvo una financiación de siete millones de euros. La mitad lo pagó Europa y el resto entre la Fundación Biodiversidad —brazo derecho del Ministerio de Medio Ambiente— y los distintos gobiernos regionales. También empresas como Tragsa e Iberdrola u organizaciones como SEO/Birdlife aportaron recursos económicos y humanos a la salvación del urogallo.
Las críticas hacia el proyecto comenzaron antes incluso de su comienzo, se prolongaron durante su desarrollo pero es ahora, tras constatar la falta de resultados tangibles, cuando las dagas han comenzado a volar sin disimulo. El director del programa LIFE+ Urogallo, Ignacio Torres, da la cara: comparte su decepción por algunos de los resultados, asume que la situación del urogallo es "dramática, más que al inicio del proyecto", pero niega que los siete años de intervenciones sobre el hábitat del urogallo no hayan servido para nada.
Urogallos cerca del norte de Minsk (Bielorrusia). (Reuters)
"Gracias al proyecto, ahora somos capaces de hacer cosas que en 2010 no éramos capaces", defiende Torres, biólogo y subdirector de la Fundación Biodiversidad, en conversación con Teknautas. "Hemos sentado las bases de la conservación, hemos generado documentos técnicos en aspectos como mejora de hábitat, competición o depredadores, mejoramiento de población, retirada de puestos del medio silvestre..."
Durante esos seis años, se realizaron en la zona diversas iniciativas como parapetar una central eléctrica para proteger a los urogallos del ruido o señalizar vallados ganaderos para que estas aves no colisionaran contra ellos. También se trabajó en 500 metros cuadrados para aumentar la disponibilidad de arándanos.
Los críticos con el proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico apuntan a que todos los problemas posteriores parten de que estas tesis iniciales, sobre la influencia de los arándanos o el ruido en el declive de la especie, no estaban científicamente validadas.
La crítica principal que hacemos al proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico es que no tiene fundamento científico
El proyecto concluyó el 31 de diciembre de 2016. Cuatro meses después, la revista científica de referencia en el tema, 'Grouse News', publicó un artículo de Torres resumiendo los diez principales logros del programa. En el siguiente número de la revista, cinco científicos españoles rebatieron a Torres lamentando el fracaso del proyecto, y denunciando que las estrategias estaban basadas en observaciones anecdóticas o tradiciones, no en evidencias contrastadas.
"La crítica principal que hacemos al proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico es que no tiene fundamento científico", dice a este periódico Rolando Rodríguez, investigador en la Universidad de Exeter y uno de los autores de la réplica. "Si no hay evidencias de que el problema del urogallo esté en los arándanos o en la densidad del bosque, qué sentido tiene abordarlo si no sabemos ni si es un problema".
"Del proyecto no salvaría nada, no he visto ningún resultado que haya servido para mejorar la situación del urogallo cantábrico".
Ambicioso pero irreal
El primer objetivo del proyecto que se envió a Europa en 2009 era contundente: "Resultados esperados: el declive de población del urogallo cántabro será detenido".
Primer problema. Actualmente no sabemos cuántos urogallos quedan en la Cornisa Cantábrica. Según a quién se pregunte, pueden quedar 300, 400 ó 250. En el fondo, todas las estimaciones se basan en que alrededor de 2005, cuando se realizó el último censo, la cifra estaba en unos 500 ejemplares. Todas las estimaciones actuales vienen de aplicar una tasa de pérdida anual de urogallos, las más conservadoras hablan de una pérdida del 3% y otras, de un declive de más del 9% entre un año y el siguiente.
Un macho de urogallo en celo murió en el municipio pirenaico de Benasque (Huesca) tras ser acosado por grupos de turistas que querían fotografiarlo mientras exhibía su plumaje. (EFE)
"Posiblemente quedan menos de 300 machos en toda la cordillera", dice Torres. "Se han hecho censos parciales, en los cantaderos, pero uno como el que se va a hacer ahora no se hace desde 2005".
El director del proyecto se refiere a un censo que se realizará a lo largo de 2018, en el marco del post-LIFE y financiado enteramente por el Ministerio de Medio Ambiente. El programa de recuperación del urogallo se desarrolló sobre la incertidumbre de no saber cuántos urogallos hay. No se realizó censo alguno. "Era una acción que no se pudo hacer dentro del proyecto porque la Comisión Europea no la financia, no permite hacer inventario de especies", explica Torres.
La afirmación es matizable, dado que la lista de proyectos LIFE+ financiados por la Comisión Europea arroja uno para realizar un inventario de especies marinas en Lituania, financiado con 784.000 euros, y otro para hacer lo propio con ecosistemas marinos en Letonia. Además, en 2014 citaban la importancia del programa para, entre otras cosas, la "mejora de los inventarios" de especies y ecosistemas. Es más, durante el propio proyecto del urogallo cantábrico se realizaron censos parciales (por tanto, no comparables al de 2005, pero censos) en 180 cantaderos de Castilla y León, Asturias y Cantabria.
Desde la Fundación Biodiversidad puntualizan que el programa europeo sólo financia inventarios marinos, y que el gasto total del LIFE+ Urogallo Cantábrico no fue de siete millones, sino de 5,5.
Intereses cruzados
Poco antes del proyecto, la ONG conservacionista SEO/Birdlife había comenzado a preparar materiales sobre el gran gallo de los bosques cantábricos, llegando a recibir financiación de la Fundación Iberdrola. Con la aparición del proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico, decidieron sumarse aportando incluso el dinero recaudado, unos 500.000 euros. SEO (siglas de la Sociedad Española de Ornitología) se encargó de llevar la comunicación y la divulgación.
El proyecto no ha salido como se esperaba, desgraciadamente, pero en ningún caso ha sido un fraude
"El proyecto no ha salido como se esperaba, desgraciadamente, pero en ningún caso ha sido un fraude", defienden desde la organización ante críticas como las vertidas recientemente hacia ellos por la revista cinegética 'Jara y Sedal', que según SEO/Birdlife mantiene contra ellos una histórica animadversión.
Mientras se sentaban a la mesa con representantes autonómicos para salvar al urogallo, planteaban ciclos de recursos contra estas mismas por la construcción de carreteras o granjas eólicas en zonas sensibles para esta especie. Este año, el Tribunal Supremo confirmó la ilegalidad de tres parques eólicos (Valdesamario, La Espina y Peña del Gato) autorizadas en León sin valorar su impacto sobre las poblaciones de urogallo cantábrico.
La relación negativa entre granjas eólicas y urogallos cantábricos está demostrada, por ejemplo, en este trabajo realizado en 2015 y publicado en 'Bird Conservation International'.
Fuentes de SEO/Birdlife insisten a Teknautas en que el proyecto LIFE+ valió la pena "sólo por haber logrado sacar del cajón la Estrategia para la Conservación del Urogallo Cantábrico en España", una hoja de ruta aprobada en 2004 por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza.
Al respecto, Torres señala que "hemos hecho todas las acciones que se podían hacer en el marco de esta estrategia nacional de conservación de la especie".
Un conflicto científico que viene de largo
Los documentos técnicos publicados tras el proyecto apuntan a una alta incertidumbre sobre el éxito del mismo y a ciertas lagunas en la gestión.
Sobre el impacto de los depredadores, su autor escribe: "No compensa hacer estudios a medias. Los estudios deben ser abordados solo si hay objetivos claros y una dirección científica solvente".
Otro de los informes, sobre la cría en cautividad: "Por sí sola, puede retrasar la extinción unos años pero no evitarla, a no ser que se liberaran centenares de juveniles al año y que la medida se perpetuara indefinidamente, lo cual no es recomendable y difícilmente justificable desde distintos puntos de vista", como el económico o el ecológico.
Juveniles urogallos cantábricos nacidos en cautividad en el centro de cría de Sobrescobio dentro del proyecto LIFE. (Fundación Biodiversidad)
Para que la cría en cautividad de urogallos tenga éxito, sería necesario liberar más de 45 polluelos cada año. A lo largo del proyecto LIFE+ Urogallo Cantábrico se consiguió liberar a cinco, de los que cuatro murieron y uno se perdió. Actualmente, el centro de cría de Sobrescobio cuenta con 22 ejemplares.
La intervención que mejores resultados dio fue la de gestionar el hábitat del urogallo (reduciendo la densidad de algunos bosques o priorizando aquellos árboles que le resultan más halagüeños) para facilitar su adaptación al medio. Sin embargo, en las conclusiones se menciona que "en la totalidad de las actuaciones y memoria de obra elaborados no se ha considerado la terminología y normalización planteada en la documentación técnica", así como que "en la ejecución de las diferentes actuaciones no se ha llevado a cabo una dirección facultativa de obra centralizada por parte del LIFE+".
El proyecto del urogallo cantábrico contó con un comité científico. De hecho, Manuel Antonio González, uno de los cinco investigadores críticos que firmaron la réplica en 'Grouse News' formaba parte del mismo al comienzo. "Yo aprecio la crítica constructiva", indica el director del proyecto, "y hemos hablado con los críticos, pero en general sólo nos decían las cosas que no había que hacer, no las que ellos consideraban que había que hacer, porque sobre este tema nadie tiene certezas, a la pregunta de qué harías tú en mi lugar, todos respondían: no sabríamos que hacer", resume Torres.
El papel del comité científico
Desde la dirección del proyecto reiteran que los científicos críticos permanecieron en el comité hasta el final, aportando su visión desde dentro. Algunos de los protagonistas, sin embargo, hablan de un cisma en el que, tras no ser consideradas sus críticas (para ellos, constructivas) se produjo una disolución del comité científico con la salida de la mayoría de los biólogos, "quedando sólo especialistas en manejo forestal sin conocimientos de ecología ni de biología de la conservación".
¿En qué consistieron estas críticas no aceptadas? Según Torres, en una diferencia de enfoque: "Los gestores no nos podemos permitir no hacer nada, un científico sí se lo puede permitir, o se puede permitir diseñar marcas para vallas A, B y C para probar en cuáles hay menos colisiones", explica, "pero los gestores no podemos permitirnos una colisión de urogallo en el tipo de valla A para confirmar que las recomendables son B y C. Además, en el marco del proyecto no se podía hacer investigación".
Dos polluelos de urogallo nacidos en el parque ornitológico de Avifauna, Outeiro de Rei, Lugo. (EFE)
Colocar señalizaciones en las vallas ganaderas pareció dar buen resultado, aunque sólo pudo retirarse un 7% de las vallas en los hábitat de urogallo.
"Ellos han sido críticos desde el principio diciéndonos que nos teníamos que basar en la ciencia, y en ello hemos estado, pero no había una ciencia nueva que nos dijera qué hacer, no teníamos otras opciones", dice Torres.
Rolando Rodríguez y los otros firmantes proceden de la Universidad de Oviedo, principal núcleo crítico contra el LIFE+ del urogallo. Rodríguez recuerda que se reunieron con Torres alrededor del año 2013. "Vinieron a Asturias y nos pidieron una reunión para comentar qué problemas veíamos con el proyecto, estuvimos bastante rato reunidos y no sirvió de nada, todo siguió exactamente igual". Lanzaron algunas propuestas que no recibieron argumentos concretos en contra pero tampoco fueron nunca aplicadas.
Nos pidieron una reunión para comentar qué problemas veíamos con el proyecto, nos reunimos y no sirvió de nada
Ese mismo año, los socios del proyecto hicieron un viaje a Escocia para ver cómo se estaba resolviendo allí el declive del urogallo. Poco después, el comité científico destacaba "la importancia de seguir los pasos del exitoso LIFE sobre el urogallo desarrollado en Escocia".
Para Rodríguez, sin embargo "el éxito de esas acciones no es tan claro como ellos comentan, para empezar en Escocia se está haciendo con pinos, un tipo de bosque que no tiene nada que ver con el bosque caducifolio de la cornisa, además, ningún artículo científico apoya con solidez lo que se ha hecho en esos otros países".
Ser una subespecie y querer mantener la pureza genética no siempre es fácil. En Polonia, el tipo de urogallo que predomina tiene los mismos genes que otros en el norte de Europa, por lo que la reintroducción se está llevando a cabo con resultados prometedores.
En España eso no es posible, sólo podemos usar el material que ya hay, y cada vez es menor.
La muerte no es el final
En resumen, el urogallo cantábrico lo tiene muy negro: sus poblaciones están fragmentadas y han mermado hasta el punto de que no son sostenibles sin una enorme intervención humana que inyecte docenas de pollitos cada año, elimine a sus depredadores y revierta el cambio climático que está reduciendo su hábitat cada vez más. Además, esa inyección de juveniles tendría que hacerse a partir de un material genético altamente endogámico, con propensión a las malformaciones o a los partos no exitosos.
Una de las pocas certezas que hay sobre el urogallo cantábrico es que, con la tendencia actual, la especie está al borde de la casi-extinción, y que en los próximos 12 años, de aquí a 2030, entrará en una espiral cada vez más acelerada de desaparición hasta quedarse en la mitad de su población actual, último paso antes del colapso.
El urogallo cantábrico está en riesgo de extinción.
Pero Torres sigue viendo una oportunidad para recuperar al urogallo cantábrico, e invita a todo el mundo, críticos incluidos, a sumarse a la coalición: "Ahora que han declarado a la especie en peligro crítico de extinción, hemos incrementado al 85% la cofinanciación de proyectos en la convocatoria de ayudas", explica, "si la Universidad de Oviedo u otras quieren probar cosas, ahora va a haber suficiente financiación para apoyar cualquier línea de conservación que sea... positiva".
Un conocido lema en la lucha antifranquista era: "Cuando el urogallo canta, se denuncia y muere, pero el urogallo canta". Puede que 50 años después de aquello, el urogallo empiece a pensarse mejor eso de cantar.
El Compromís de Barcelona pel Clima va sorgir a la tardor del 2015 com a extensió del Compromís Ciutadà per la Sostenibilitat, amb motiu de la celebració a París de la COP-21, la 21a Conferència de les Parts de la Convenció Marc de les Nacions Unides sobre el Canvi Climàtic. El Compromís pel Clima marca uns reptes amb l’horitzó de l’any 2030, i alhora defineix un primer full de ruta per al període 2015-2017. És en aquest marc que nou equips formats per membres de la xarxa Barcelona + Sostenible han planificat i dut a terme nou projectes al llarg dels dos darrers anys. A més d’obtenir resultats palpables, el camí recorregut ha estat una gran escola sobre el treball col·laboratiu.
El passat 13 de desembre representants dels nou equips de projecte van celebrar al Centre Cívic la Sedeta una sessió per avaluar col·lectivament els projectes, compartir l’experiència viscuda i els resultats. A la sessió es va comptar amb la col·laboració de Manel Muntada, que com a expert en canvi organitzatiu havia acompanyat els equips de projecte en les primeres trobades realitzades a la primavera de 2016. Manel Muntada va fer una breu ponència centrada en el sentit de l’avaluació per a la generació de coneixement, i va proposar diverses dinàmiques de caràcter distès a través de les quals els participants van expressar les seves percepcions. Durant la sessió també es van projectar en primícia els vídeos de presentació dels 9 projectes.
Satisfacció, orgull per la feina ben feta, aprenentatge, generació de vincles i percepció del potencial del treball conjunt són alguns dels beneficis personals que es van destacar de la implicació en els projectes. Entre les capacitats i habilitats potenciades, es va mencionar l’habilitat per treballar en equips multidisciplinaris, la millora de les capacitats comunicatives i l’aprenentatge de noves tècniques i metodologia.
Pel que fa als factors que poden bloquejar aquest tipus de projectes, es va parlar de manca de recursos econòmics, la participació desigual, la distància entre les expectatives i els resultats, la manca de comunicació inclusiva, moments de rivalitat i falta de lideratge. Per millorar els projectes en el futur, es va proposar definir els recursos i plantejar els resultats esperats des de l’inici. Amb caràcter general, es considera que la incertesa associada a aquesta experiència ha permès adquirir uns aprenentatges útils per a futures edicions.
Per concloure la sessió, Frederic Ximeno, comissionat d’Ecologia de l’Ajuntament de Barcelona, va agrair als participants la feina feta i va anunciar que divendres 15 de desembre es publicaven les bases provisionals de subvencions específiques de projectes pel clima, que recullen aquest plantejament de treball col·laboratiu sobre al territori.
Un dels aspectes rellevants de les noves bases és que la sol·licitud d’ajut l’han de presentar conjuntament un mínim de 3 entitats. Es valorarà la diversitat de les entitats, les formes de treball col·laboratiu i l’establiment de mecanismes de presa de decisions de manera compartida. El pressupost que s’hi destina és de 200.000€, amb un topall per projecte de 20.000€. Es tindran 12 mesos per desenvolupar el projecte.
L’anunci de les subvencions s’ha publicat el 15 de desembre i hi ha 20 dies hàbils d’informació pública, durant els quals es poden presentar al·legacions, abans de la publicació definitiva. Es preveu que entorn al mes de març es publiqui la convocatòria corresponent.
La sessió d’avaluació va finalitzar de manera festiva amb una copa de cava per celebrar els dos anys de treball i continuar fent xarxa.
Jaume Terradas és reconegut, amb la Marina Mir, com a introductor de l’educació ambiental a Catalunya. Catedràtic d’ecologia de la UAB, antic president del CREAF, on encara treballa d’investigador, autor de més de 300 articles i 20 llibres… Amplament reconegut amb premis com el Premi Medi Ambient de la Generalitat o la medalla Narcís Monturiol…
Terradas és una veu fonamental en la reflexió sobre els 40 anys d’història de l’educació ambiental a Catalunya, que la Diputació ha posat sobre la taula amb el llibre ‘'Educació ambiental. D'on venim? Cap on anem?' Sostenible ha volgut parlar amb ella sobre aquest els orígens de l’educació ambiental a Catalunya, els èxits, els fracassos i els reptes de futur.