27 de mayo de 2019

Un documental denuncia que el Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo

Un documental denuncia que el Mediterráneo es el mar más contaminado del mundoDocumental Salvemos nuestro Mediterráneo. © National Geographic España
El biólogo marino y explorador de National Geographic Manu San Félix ha presentado en Barcelona su documental "Salvemos nuestro Mediterráneo", en el que denuncia que se ha convertido en el mar más contaminado del planeta y asegura que "estamos a tiempo de salvarlo, pero tenemos que actuar ya".
El documental, producido y realizado en España, muestra el estado actual de los fondos marinos de la costa mediterránea española y las posibles soluciones que se pueden aplicar para evitar su deterioro.

Mar Mediterráneo

Manu San Félix ha dedicado más de 30 años de su vida a estudiar y luchar por la conservación del Mediterráneo, labor que se refleja en este documental, que parte de la isla de Formentera, donde vive, y que recorre las aguas del Mediterráneo español para mostrar cómo la acción del hombre ha transformado uno de los enclaves más ricos del planeta en “uno de los más amenazados”.
La pieza audiovisual se estrenará en el canal de National Geographic España el 3 de junio a las 22:00 horas para conmemorar el Día Mundial de los Océanos y presentará “imágenes impactantes sobre la situación de nuestros mares”, ha asegurado la directora de programación de National Geographic, Paloma Martín.
Con este documental, San Félix pretende concienciar de que es posible “devolver al Mediterráneo a la vida a través de un mensaje realista pero esperanzador”, ya que “estamos a tiempo” de salvarlo, “pero es ahora o nunca”, ha explicado en la presentación que este miércoles ha tenido lugar en la Antigua Fábrica de Estrella Damm de Barcelona.
En el viaje que ha documentado, San Félix va visitando a “sus amigos” involucrados en la salvación de los mares, como Philippe Cousteau o Enric Sala, con los que comparte la impresión de que “se puede devolver al Mediterráneo al estado en el que estaba hace 80 años, como una especie de máquina del tiempo para devolverle la vitalidad”.

Plásticos

Cada año, 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, lo que supone que más de 250.000 toneladas son vertidas en los rincones más recónditos del planeta, el equivalente a cinco bolsas repletas de plástico por cada 30 centímetros de costa, según el informe “Mar de plásticos”, de la Fundación Aquae.
De todas las partículas de microplásticos, entre un 21 y un 45 % están en la cuenca del Mediterráneo, donde más de un 95 % de sus residuos son plásticos, porcentaje que a nivel mundial disminuye hasta el 60 u 80 %, asegura un estudio de Greenpeace.
“Más de 134 especies están contaminadas por ingestión de plástico en el Mediterráneo, que ya es el mar más contaminado del mundo, aunque no somos conscientes de todo lo que hemos perdido”, ha lamentado San Félix.
El biólogo ha explicado cómo el ser humano ya ha matado al “99 % de los tiburones del Mediterráneo y al 90 % de todos los tiburones del planeta”, y se siguen pescando “100 millones de tiburones al año sin que se frene esta práctica”.
La salvación de los mares empieza de manera individual, ha explicado, ya que “como individuos se pueden hacer acciones, como reaccionar correctamente contra el uso del plástico o reciclar correctamente, con las que se atenuará el problema”.
“Al ser humano le cuesta cambiar sus hábitos, pero cuando se ven obligados a hacerlo acaban cambiándolos, por lo que es de imperativa necesidad que nos demos cuenta de que es un proceso reversible en estos momentos, pero no lo será por mucho tiempo, tenemos que actuar ya”, ha concluido el biólogo. EFEverde

Ecosistemas verticales, nueva forma de crear paredes verdes en las ciudades

Ecosistemas verticales, nueva forma de crear paredes verdes en las ciudadesPared verde en el edificio Santalaia de Bogotá. Foto: Paisajismo Urbano 
Por Isabel Martínez Pita.- EFE.-Los jardines verticales se han convertido en espacios verdes integrados en las ciudades, en muros y paredes de edificios, no solo como elementos decorativos sino también dispensadores de oxígeno y hogares para pequeños animales desprotegidos por las inclemencias de las urbes contaminadas.
Estos muros verdes que se alzan hacia las azoteas tienen la finalidad de crear ecosistemas que ya no sobreviven en las ciudades y que han expulsado a aves y plantas autóctonas que buscan entre las fachadas grises esos bellos paisajes en los que antes habitaban y se han convertido, con el trabajo del equipo del biólogo Ignacio Solano (Alicante, 17 junio, 1977) en ‘Ecosistemas Verticales’.
‘Paisajismo Urbano’ (paisajismourbano.com) es la empresa que ha creado Ignacio Solano y con la que él y su equipo han construido más de 400.000 metros cuadrados de ecosistemas verticales en todo el mundo.
Ignacio Solano realizando investigaciónes de campo. Foto: Paisajismo Urbano
Además, Solano lleva 14 años realizando expediciones botánicas e investigando plantas autóctonas en selvas tropicales de una gran parte del planeta y de esta labor “surgió este nuevo concepto que va más allá de los jardines verticales”. De estos años de estudio, el biólogo intenta transmitir con su tarea de formación, los conocimientos adquiridos a todos los alumnos que quieren conocer la naturaleza endogámica de los países ricos en diversidad para instalar paredes verdes que se resistan a la degradación del medio ambiente. 

“Los primeros megajardines verticales”

Solano señaló, en una entrevista con EFE, que comenzó a ejercer su profesión en España, “en plena crisis económica, una época que no era propicia para realizar grandes inversiones y mucho menos para cuestiones relacionadas con la bioconstrucción”. El biólogo se inclinó, sin embargo, por este oficio y “empecé a realizar proyectos por los que apostaron algunas grandes empresas que me permitieron construir los primeros megajardines verticales en España”.
La aventura de este botánico alicantino comenzó en el año 2009 con la creación de un jardín vertical en el restaurante Els Vents, de Alicante. Continuó con otros trabajos de muros verdes en diversos hoteles, como en el hotel Kook de Tarifa o el hotel Gatzara en Ibiza. Otra oportunidad fue el jardín del salón de banquetes Índalo de Elda y recientemente el ambicioso proyecto del restaurante Bálamo de Alcorcón, que se ha convertido en el jardín vertical interior más grande de Europa.
“Tras mis primeros proyectos, me di cuenta de que en mi país no existía el caldo de cultivo propicio para realizar estas construcciones y decidí externalizarme, es decir, buscar proyectos de forma ‘on line’ y apostar por salir al extranjero” declaró Ignacio durante la entrevista. “Mis primeras oportunidades para hacer megaproyectos surgieron en Colombia, México, Argentina y Ecuador, países latinoamericanos con una economía incipiente y donde pude realizar un gran número de jardines verticales”, a partir de los cuales Solano se dio a conocer internacionalmente.
El jardín vertical interior de Ignacio Solano – Hotel Gaia B3, Bogotá, colaboración con Groncol

El jardín vertical verde “más grande del mundo”, en Colombia 

Entre los diferentes sistemas verticales, del que más orgulloso se siente el biólogo español es el que realizó, en 2016, en Colombia, en el edificio Santalaia del barrio Chapinero de Alto de Bogotá, que se convirtió en el jardín vertical más grande del mundo, en aquella fecha. “Un plano vegetal de más de 3.100 metros cuadrados, compuesto por cerca de 115.000 plantas de 10 especies y cinco familias diferentes que batió un récord mundial. Un largo proceso de trabajo de más de un año de planificación, con ocho meses de trabajo de diseño y otros ocho de ejecución”, indicó Solano. 
Otra de las grandes construcciones verdes que realizó el equipo de “Paisajismo Urbano” en Latinoamérica fue el de la capital de Ecuador, Quito, que “en 2012, se convirtió en el jardín vertical más grande del continente americano y que lo realicé junto a nuestros colaboradores de la empresa Greenstar, en un tiempo récord de mes y medio”. “Se trata de un ecosistema vertical de 1.000 m², repartido en jardines verticales que rodean un centro comercial en la capital ecuatoriana, concretamente en el Edificio Scala Shopping”.
Jardín vertical de Ignacio solana, en el edificio de La Calahorra, Elche. Foto: Paisajismo Urbano
Una de las paredes verdes más destacadas realizadas por Solano y su equipo es la del edificio ‘Celebra’, finalizada en agosto de 2014, que mide casi 300 m², dentro de una superficie de 52 metros de largo por 4,5 metros de altura, y que se ha constituido como una de los más grandes de Uruguay.
“Para esta construcción se utilizaron 6.000 ejemplares de plantas, la mayoría endémicas, de 35 especies y 10 familia distintas. Este jardín produce el oxígeno para 300 personas al año. Capta anualmente 39 kg de polvo, es capaz de filtrar 201 toneladas de gases nocivos al año y atrapa y procesa 81 kg de metales pesados al año”, señaló el biólogo español.

En España, “el trabajo más espectacular en pleno corazón de Madrid”

En España, “el trabajo más espectacular que hemos hecho recientemente y digno de destacar lo hicimos en pleno corazón de Madrid, en la madrileña y castiza calle Montera, julio 2018, donde hemos construido en un mes y medio un precioso proyecto situado en un edificio recién restaurado que consiste en una cobertura vegetal de 200 metros cuadrados de una fachada vegetal”. Un precioso proyecto, en el que se han utilizado cerca de 8.000 plantas de 22 especies diferentes, seleccionadas especialmente para su adaptación al clima de la capital española.
Paisaje vertical de Ignacio solano en la madrileña calle de Montera. Foto: Paisajismo Urbano
A día de hoy “seguimos creando ecosistemas verticales por todo el territorio nacional, el último de ellos un jardín vertical de 240 metros cuadrados en la localidad de Berango, en Bizkaia, en colaboración con la empresa Hydroforest, S.L., terminado hace apenas 10 días”.
Una de las principales labores que realiza Ignacio Solano junto con su equipo es el de la investigación para introducir nuevas tecnologías en las paredes verdes para que no solo sean bonitas, sino que, también, proporcionen condiciones medioambientales y favorezcan la flora y fauna autóctona de esos lugares y que, según el biólogo aseguró, “funcionan y muy bien”.
El biólogo español explicó que, “la tecnología que utilizamos actualmente en nuestro sistema patentado de jardines verticales es muy distinta a la que utilizábamos hace 10 años cuando comenzamos en este sector. Hoy, nuestros jardines verticales son inteligentes y todos los parámetros de medición están completamente monitorizados con nuestro sistema Biosystem”.
Gracias a este sistema cuentan con información en tiempo real de cada jardín desde cualquier punto del mundo a través de cualquier dispositivo móvil. Esto les permite obtener datos de consumo eléctrico, riego, PH, y avisa cuando un parámetro es alterado en un jardín.
“Este sistema es el resultado de la observación y el estudio de los procesos y simbiosis interespecíficos que existen entre flora y microfauna”. “Yo quería darles un valor botánico a las paredes, poder hacer con ellos verdaderos santuarios colgantes y trabajar mucho con la fauna urbana. Entiendo que en los ecosistemas humanos éstos son reservorios importantísimos”, concluyó Ignacio Solano. EFEverde

20 consejos para reducir el consumo de plástico

Trucos para vivir sin plastico
Queremos compartir con vosotros algunos sencillos consejos para reducir el consumo de plástico de una forma gradual. Un plástico que sin duda es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad actual.
Sí, el plástico es reciclable y, sí, es muy difícil vivir sin él. Pero no es imposible vivir sin consumir plástico! ¿Recuerdas aquella chica que vivió dos años sin producir basura o a Merren Tait que vivió un año sin plásticos?  Bien, ellas nos han servido de inspiración para reducir gradualmente la cantidad de residuos plásticos que producimos.

Consejos para reducir el consumo de plástico.

  1. Evita comprar agua en botellas de plástico. Las botellas de agua representan uno de los principales problemas de residuos a nivel mundial, ya que estas no siempre son totalmente reciclables. La mejor opción sería beber agua del grifo, filtrada con un buen viejo filtro de arcilla, pero si alguien no le gusta el sabor del filtro de barro o duda del agua potable de su ciudad podría elegir o comprar agua en botellas retornables.
  2. Olvida las pajitas (pitillos) de plástico. Suena tonto, pero las pajitas de plástico son totalmente prescindibles. Solo por costumbre, utilizamos un montón de pajitas para nada, cuando simplemente podemos beber del vaso sin problemas. Si no sabes el daño que puede causar una simple pajita de plástico al medio ambiente, te aconsejo que veas este vídeo donde una tortuga marina te lo contará.
  3. Enamórate de las bolsas reutilizables.Nada más obvio, que yo sepa. Sin embargo, este simple cambio es de gran importancia para el medio ambiente, solo tienes que cambiar las bolsas de plástico por bolsas de tela o de material vegetal. Incluso puedes hacer las tuyas tu mismo, por ejemplo con papel de periódico.
  4. Evita los congelados en los supermercados. La zona de congelados está llena de embalajes innecesarios que llenan nuestros vertederos. Evitar pasar por ella puede ayudarte a terminar con dos males a la vez.
  5. Quita los chicles de tu vida.La mayoría de los chicles actuales contienen plástico en su composición. Aunque existe tecnología para reciclar este producto, es muy difícil encontrar lugares para hacerlo. Es mejor evitar la goma de mascar ya que también puede ser un alivio para tu salud. De todas formas, si necesitas un chicle de vez en cuando, puedes optar por comprar chicles 100% naturales y ecológicos, que también existen aunque no se vean en las tiendas a menudo.
  6. Compra productos empaquetados en cartón o vidrio. En el supermercado, generalmente, las marcas tienen diferentes tipos de embalaje para un producto en particular. Siempre que tengas opción, di no al empaque de plástico, aunque sea más barato. Tanto el vidrio como el cartón son más fáciles de reciclar y, si se eliminan inapropiadamente, tardan menos tiempo en descomponerse y sobre todo, son muchos menos dañinos para el medio ambiente.
  7. Sustituye las fiambreras de plástico (tuppers) por recipientes de cristal o de acero inoxidable.
  8. Limita los alimentos en recipientes de plástico. Este es probablemente uno de los mayores desafíos a los que nos vamos a enfrentar: evitar, o al menos limitar, los productos en recipientes de plástico. Hablamos principalmente de aperitivos, quesos, galletas, productos congelados y muchos otros. Algunos paquetes, especialmente en la promoción de galletas y meriendas en general, contienen plásticos mixtos que son no reciclables. Consulta el embalaje para comprobar su reciclabilidad y elige envases de papel, cartón o vidrio.
  9. Comprar productos a granel. En la mayoría de los casos será más barato y, a menudo, productos menos procesados. Los productos a granel pueden ayudar a reducir la basura drásticamente. Puedes comprar exactamente la cantidad que necesitas y si llevas tu propias bolsas o botes reutilizables, mejor aún: no generas más residuos.
  10. No uses cápsulas de café. ¡Usa la cafetera de toda la vida! Puedes usar los posos de café para muchos usos, como por ejemplo en el jardín.
  11. Evita los productos desechables. Siempre que te sea posible, opta por no usarlos. Prefiero una servilleta en lugar de plato desechable! Comer con la mano, en lugar de utilizar cuchillería y cubiertos de mesa plásticos. De todos modos, seguro que siempre hay otra opción. Parece increíble, pero lamentablemente hay personas que viven rodeadas de cubiertos y vajillas de plástico.
    El parar de comprar este tipo de productos es una opción muy importante para la reducción del plástico inútil. Y no estamos hablando sobre su uso ocasional, tal vez por necesidad alguna vez necesites usarlos, que pasa a veces. Hablamos de aquellos que sistemáticamente compran platos, cubiertos y vasos de plástico desechable cuando tranquilamente podrían utilizar platos y vasos normales. ¿Será pereza o la creencia que estos productos son higiénicos? Los fabricantes dicen que estos productos están diseñados especialmente para uso alimentario, como para soportar el calor de los alimentos. Particularmente no espero mucho de ellos y creo que es malo comer y beber en desechables.
  12. No uses film dåe plástico.
  13. Usa utensilios de cocina de madera, bambú o acero inoxidable.
  14. Usa pinzas de la ropa de madera.
  15. Usa biberones de vidrio para los bebes.
  16. Usa pañales de tela. Le hará bien al culete de tu bebé y al medio ambiente (después de todo, un solo pañal desechable tarda entre 400 y 500 años en descomponerse). Si no quieres probar, también tienes la opción de probar pañales hechos con materiales mas respetuosos con el medio ambiente.
  17. Hacer zumos en casa. Los jugos, zumos y otras bebidas también pueden venir envasadas en botellas de plástico. Si compras generalmente jugos o zumos en botellas de plástico, puedes tratar de reemplazarlos con jugos o zumos hechos en casa con fruta fresca, son más sanos y deliciosos, te lo aseguro.
  18. Súbete al carro de hazlo tu mismo. Sabemos que la falta de tiempo no nos deja hacer lo que tranquilamente podríamos. Pero, cuando podamos, cuando tengamos tiempo, en lugar de ver televisión o incluso revisar las noticias de Facebook, ¿por qué no hacer un pastel, una crema antirrugas, un jabón casero, cuidar tu huerto urbano? La actividad manual es un gran ejercicio de relajación para tu cabeza,  además, ahorrarás dinero.
  19. Si eres mujer, usa la copa menstrual.
  20. No uses maquinillas de afeitar desechables.å

20 de mayo de 2019

Borra tu huella digital para salvar el planeta

Interior de un data center
Interior de un data center. Imagen: Yentafern Shutterstock
Cada vez que dejamos emails almacenados, estamos contribuyendo al calentamiento global. Te contamos por qué.
El correo electrónico parece totalmente inofensivo a nivel ambiental, pero tiene un coste ecológico asociado a su almacenamiento.
Cada vez que guardamos un correo, se generan aproximadamente 1 gramo de dióxido de carbono. Si consideramos que se envían 293.000 millones de emails, estamos hablando de 2.930.000 kilos de dióxido de carbono.
Por ejemplo, una empresa compuesta por 100 personas genera 13,6 toneladas de dióxido de carbono, sólo por el uso del correo electrónico.

Causa de la contaminación digital.

Los emails se alojan en centros de datos. La información esta duplicada por seguridad, en caso de que sufra un incendio o avería el data center. Como están permanentemente encendidos, se requiere de refrigeración para su buen funcionamiento. Ese proceso consume alrededor del 40% de la energía.
Cada persona debe evaluar los videos, fotos y otros documentos que recibe y envía a través de los programas de mensajería o las redes sociales. Lo recomendable es eliminar las imágenes o vídeos que no sean necesarios para que dejen de ocupar espacio en los servidores. Hay personas que recurren a aplicaciones especializadas para dicha tarea.

El consumo de electricidad debido a la digitalización aumenta a un ritmo del 8,5% anual. Se requiere de una importante cantidad de energía para la recarga de dispositivos, alimentar la infraestructura de la red telefónica y alimentar los data center que hay por todo el mundo.

Otras fuentes de contaminación digital.

Los aparatos electrónicos contienen metales raros. Para su extracción se eliminan importantes capas vegetales, genera conflictos armados e incluye el trabajo infantil.
Los teléfonos inteligentes contienen minerales y metales preciosos que suelen ser tóxicos para el medio ambiente. Para que el dispositivo electrónico llegue al consumidor final, requiere del uso de varios medios de transporte (fluvial, marítimo y aéreo). Así que piensa muy bien si necesitas cambiar tu smartphone o tu tablet, o si necesitas un equipo extra que vas a usar muy poco.
Otra forma de contribuir a la reducción de la basura electrónica es reparar todo lo que sea reparable, alarga la vida útil de tus aparatos electrónicos, el planeta te lo agradecerá.

Clean Fox.

Una startup francesa pone a disposición del público una herramienta que sirve para la limpieza del buzón del correo. Funciona con todos los proveedores de mensajería (Hotmail, yahoo, Gmail, entre otros).
Cleanfox también detecta todos los boletines. Una vez que limpia todo el correo, coloca los correos en la papelera. La empresa destina parte de sus ingresos a la reforestación en Zambia.

Llegan los productos ecológicos de China

La globalización tiene efectos sorprendentes. Por ejemplo: la importación de productos con certificación ecológica de China consumidos en EspañaSojalegumbrescerealesarroz y algunos frutos (bajas de Goji...) viajan miles de kilómetros (o millas náuticas, mejor dicho) desde el lejano oriente hasta la mesa en la otra punta del planeta. Y, aun así se les llama “ecológicos”. “La mayor parte de las importaciones con certificación bío sirven como materia prima y no tanto como productos elaborados o certificados”, expone Montserrat Escutia, secretaria general de la asociación Vida Sana, organizadora de la feria BioCultura.
No puede hablarse de importaciones masivas –es un despegue suave, relativamente reciente–, pero son observadas con interés e, incluso, con cierta inquietud por quienes temen que pueda convertirse en un fenómeno que reedite la dura competencia que ejercen los artículos chinos en otros campos.

Esta es la demostración de que la producción ecológica ya no es privativa de países con una tradición consumista arraigada. En China existe un mercado creciente y relevante de artículos con etiqueta ecológica. Y precisamente ese auge es el que puede catapultar las nuevas exportaciones hacia Europa.
La competividad china ha quedado demostrada ya. Los productos que llegan tienen precios bastante económicos, pero, en general, la mayoría de las veces se corresponden (y se justifican) porque son cultivos que no se dan en España. “Sin embargo, algunas legumbres en ecológico, como garbanzos y lentejas (de las que España es un gran productor). se importan porque resultan más económicas”, explica Daniel Valls, presidente del Consell Català de Producció Agrària Ecològica (CCPAE). Es la demostración de que “esta situación afecta a la competencia; aquí no se puede producir a esos precios” tan bajos.

Soja, té, legumbres, cereales, arroz y frutos con sello eco viajan desde la otra punta del planeta


En la otra cara de la moneda, en China ha aumentado muchísimo el consumo de estos alimentos hasta el punto de que muchas empresas europeas los están exportando. En ocasiones, se repite el patrón según el cual la UE importa materia prima de China y exporta alimentos manufacturados y elaborados. Por ejemplo, España importa íntegramente la soja porque aquí no se cultiva; la precisa para fabricar piensos para animales destinados al consumo de carne ecológica. Un fenómeno parecido se da con los ingrediente de la cocina japonesa.

Las importaciones de productos certificados están reguladas por un reglamento europeo de agricultura ecológica. Para un grupo de países existe un reconocimiento mutuo de los sellos ecológicos (Estados UnidosCanadá...). Pero, a otros países menos desarrollados (entre ellos, China), la UE exige la certificación a través de empresas europeas homologadas (que se encargan de visitar las fincas en China, hacer las inspecciones las explotaciones…), con el fin de garantizar el cumplimiento de las normativas europeas. El proceso de control se completa en las Aduanas y los organismos certificadores nacionales.
En el caso de los productos de fuera de la UE, el consumidor no puede saber, sin embargo, a ciencia cierta de qué país concreto proceden. Aunque todos ellos llevan la eurohoja identificativa comunitaria, la etiqueta sólo indica: “No UE”.
Montserrat Escutia destaca, sin embargo, que no le inquieta que haya riesgo de fraudes de los productos chinos. “No se ha detectado”, recalca. Le preocupa más, en cambio, la falta de garantías que pueden darse cuando el origen es Rusia Turquía. También señala, sin embargo, que los consumidores valoran cada vez más que los alimentos sean de proximidad y de temporada, conscientes de que la importación desde zonas muy alejadas lleva aparejada una gran huella ecológica (gasto de combustible, emisiones de gases, impacto climático...). “Cuando a los consumidores se les pregunta si prefieren alimentos ecológicos o de proximidad, la mitad responde que prefieren lo local”, dice.