30 de septiembre de 2019

Belice recupera su increíble barrera de coral

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Gracias a una serie de medidas de conservación promulgadas por el gobierno de Belice, el Sistema de Reservas de la Barrera de Coral de Belice -uno de los ecosistemas más increíbles y diversos del mundo- se ha retirado de la Lista de Patrimonio Mundial “en Peligro” de la UNESCO.
La histórica decisión se tomó esta semana durante una reunión del Comité de Patrimonio Mundial en Bahrein, sólo cinco meses después de que el gobierno de Belice impusiera una moratoria a la exploración y perforación petrolífera en todas las aguas de Belice, un hito legislativo que protegió ecosistemas en peligro y colocó al país como líder mundial en la conservación de los océanos.
Hoy que estamos viviendo numerosas amenazas en multitud de lugares del Patrimonio Mundial, el gobierno de Belice ha tomado medidas reales para proteger uno de los lugares más especiales del mundo“, dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional. “Hemos asistido a un cambio increíble desde que el arrecife estaba siendo amenazado por las pruebas sísmicas en busca de petróleo hace sólo dieciocho meses.
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Compuesto por siete áreas protegidas, el Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice es el segundo sistema de este tipo más grande del mundo y alberga a casi 1.400 especies, desde tortugas carey en peligro de extinción hasta manatíes de las Indias Occidentales, rayas, corales y seis especies de tiburones amenazadas.
Casi 200.000 personas -más de la mitad de la población de Belice- dependen del arrecife para vivir. El turismo basado en los arrecifes y las actividades recreativas proporcionan fuentes vitales de ingresos y representan aproximadamente 200 millones de dólares del PIB de Belice, mientras que la pesca comercial aporta unos 15 millones de dólares. El arrecife también proporciona una importante protección natural contra los daños causados por las tormentas extremas a lo largo de la costa
El Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice fue inscrito por primera vez en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1996, en reconocimiento a su increíble biodiversidad e importancia cultural. Pero en la última década, la exploración del petróleo, el desarrollo a lo largo de la costa y la falta una legislación proteccionista han planteado crecientes amenazas a este frágil ecosistema. El arrecife fue añadido a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO en 2009 debido a la amenaza por daños irreversibles causados por las dañinas construcciones costeras y la exploración petrolífera.
El año pasado, más de 450.000 personas de todo el mundo se unieron a WWF y otras organizaciones -incluyendo Oceana, la Asociación de Turismo de Belice, la Sociedad Audubon de Belice y el Instituto de Derecho y Política Ambiental de Belice- para realizar una campaña contra la exploración petrolífera en este ecosistema Patrimonio Mundial. Firmaron peticiones, escribieron cartas y usaron los medios de comunicación sociales para instar al gobierno del país a asegurar la protección a largo plazo de la barrera de coral.
En diciembre de 2017, Belice acordó poner fin a la exploración petrolera en sus aguas y comenzó a proteger a la región de las distintas amenazas, un paso crítico para proteger el arrecife, sus especies y las personas que dependen de él. Belice es ahora uno de los tres países del mundo con esa legislación.
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Los beliceños se levantaron para proteger sus arrecifes, y cientos de miles de personas más de todo el mundo se unieron a la campaña para salvar nuestro patrimonio común. Al tomar medidas rápidas de colaboración, Belice ha demostrado que es posible revertir la pérdida de la naturaleza y crear un futuro sostenible”, añadió Lambertini.
Belice también adoptó recientemente importantes regulaciones para proteger los manglares del país y anunció que comenzaría a eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso como las bolsas de plástico, los utensilios y los recipientes que amenazan las especies y los ecosistemas más frágiles.
Pero aún queda mucho por hacer para asegurar que el arrecife de coral de Belice y el resto de los lugares del Patrimonio Mundial – y los 11 millones de personas que apoyan en todo el mundo – continúen siendo protegidos para las generaciones futuras.

Los datos matemáticos del cambio climático

cambio climatico
Los glaciares se derriten por el cambio climático. WWF
Aunque la mayoría de los científicos (de hecho, el 97%) creen que hay evidencias sólidas del cambio climático causado por los seres humanos, no existe un acuerdo total sobre su importancia o su impacto en el futuro. Las matemáticas pueden ayudarnos a lidiar con ciertos puntos cruciales del debate, y el primer paso es analizar con atención los datos disponibles. Se dispone de muchos datos estadísticos indiscutibles, referentes a diversos fenómenos, que muestran que el clima actual está cambiando. Por ejemplo, posiblemente te hayas dado cuenta de que se ha incrementado el número de sucesos meteorológicos extremos, como las recientes tormentas de viento y lluvia que han azotado el sureste de España causando cinco muertes. ¿Son estos fenómenos evidencia del cambio climático? La respuesta es, casi seguro, sí. Para entender el por qué necesitamos comprender unos pocos conceptos estadísticos.
Sabemos que las tres últimas décadas han sido las más cálidas y que la temperatura media registrada de la Tierra ha aumentado un grado centígrado, desde que comenzaron los registros (con la creación de la Oficina Meteorológica del Reino Unido en 1850). Esto puede no parecer mucho, ya que en un solo día la variación de temperaturas es mucho mayor. Sin embargo, este cambio en la temperatura media aumenta significativamente la probabilidad de temperaturas extremas y eventos meteorológicos relacionados, como mayores lluvias (ya que una atmósfera más cálida puede retener más agua). Para ver esto, es conveniente echar un vistazo al gráfico que se incluye abajo.
Los datos matemáticos del cambio climático
Este gráfico muestra la típica distribución estadística de temperaturas, que sigue una curva de Bell con el centro en el valor medio. La porción en el extremo derecho es la cola de la distribución y el área debajo de la cola muestra la probabilidad de una temperatura caliente. La curva de la derecha representa lo que sucede si aumenta la temperatura media: se desplaza toda la curva hacia la derecha. Ese pequeño desplazamiento aumenta significativamente la altura de la curva en la cola derecha. Es decir, aumentan las posibilidades de que se dé un clima caluroso y extremo, lo que a su vez aumenta dramáticamente la posibilidad de tener eventos climáticos extremos. El aumento en los eventos de temperatura extrema y de la frecuencia de tormentas tropicales observada es consistente con esta predicción.
Otra consecuencia directa del calentamiento global, y una de las indicaciones más claras de su impacto, ha sido el deshielo del Ártico. Existen pruebas claras de ello gracias al satélite del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de la NASA, que monitorea la extensión del hielo marino en el verano ártico desde 1979. En 36 años, se han perdido aproximadamente 2,5 millones de kilómetros cuadrados de superficie. Si esta tasa continúa, todo el hielo marino del Ártico habrá desaparecido en 100 años. Una consecuencia a largo plazo de esto es que la Tierra se oscurecerá. Una de las funciones de las capas de hielo es que reflejan una gran cantidad de energía del Sol y, como resultado, mantienen más frio el planeta. Por lo tanto, a medida que el hielo desaparece, aumenta el calentamiento.
Pero... ¿qué dicen las matemáticas sobre las causas del calentamiento global? El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), considera, en base a gigantescos modelos computacionales, que una de las razones principales es el aumento del dióxido de carbono. Desde luego, sabemos —es posible controlar con precisión la cantidad de CO2 en la atmósfera— que el nivel de dióxido de carbono ha aumentado de forma acelerada. En concreto, en los últimos cincuenta años la cantidad media ha aumentado de 320 ppm al valor actual de 406 ppm. Este hecho es innegable y, muy probablemente, se debe a la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas.
Sin embargo, la relación entre la variación del nivel del dióxido de carbono y los cambios de temperatura de la Tierra es lo que genera mucha controversia, y es, además, la base de las recomendaciones del IPCC sobre la necesidad de una "economía baja en carbono". La pregunta clave es si el aumento de CO2 conduce a un incremento de la temperatura (debido al efecto invernadero) o, por el contrario, si es un aumento de la temperatura (debido, por ejemplo, a causas naturales), lo que ha llevado a un aumento en los niveles de dióxido de carbono. Si fuese lo primero, entonces debemos (y podemos) hacer algo para detener el desastre climático. En el segundo caso, somos víctimas de variaciones climáticas naturales, y no podemos hacer nada al respecto. Digan lo que digan algunos políticos, los modelos matemáticos del cambio climático (de los que hablaremos en el próximo Café y teoremas) son consistentes con el primer punto de vista y no con el segundo.
Cris Budd
Chris Budd es gresham professor of Geometry en la Universidad de Bath (Reino Unido) y ha sido uno de los ponentes de la sesión “Climate crisis: facts and actions” que tuvo lugar el pasado 24 de septiembre en el 7º Heidelberg Laureate Forum.
Traducción: Ágata Timón García-Longoria

París quita espacio a los coches para dárselo a los peatones

PARÍS INSISTE en su lucha contra el cambio climático y en defensa de una ciudad hecha para personas más que para máquinas. El último experimento, consecuencia de un nuevo debate participativo, es el parklet. Se trata de un proyecto desarrollado por la asociación Dédalo y financiado por la alcaldía dentro del programa Paris aux piétons (París para los peatones) que bajo el proyecto Urban Foliesimpulsa la instalación de mesas, sillas, bancos, chaises longues y eventualmente pequeños parterres en plazas de parking de las calzadas, cambiando así su funcionalidad. Artistas, diseñadores y paisajistas fueron llamados por la asociación a exponer sus ideas. Finalmente, cuatro parklets van a verse implantados en cuatro puntos distintos de la ciudad: uno en el distrito 2 (4 Rue de la Bourse), otro en el distrito 4 (2 Rue de l’Hôtel Saint-Paul), otro en el distrito 15 (24 Rue des Quatre Frères Peignot) y otro en el 18 (6 Rue André Messager).
Julien Brouillard, responsable de desarrollo en Dédalo, explicó en Le Parisien que cada parklet está dedicado a un uso en particular. “Por ejemplo, en el segundo distrito, formado por muchas oficinas, está concebido para que los trabajadores puedan sentarse a comer; en el cuarto está más vegetalizado, para homenajear a la naturaleza; el del 15 está destinado a la reparación de bicicletas, mientras que el del 18 propone ser lugar de pequeños conciertos o de reuniones de vecinos”.
Me interno en esta estupenda zona del distrito 2, paso por la inevitable entrada de la Galerie Vivianne y me dirijo al número 4 de la Rue de la Bourse. Detecto el parklet. Piso una elevada plataforma de madera de 3 × 2, me siento en una de las sillas-taburete (con barra delante) y saco la libreta como si lo hiciera en uno de aquellos pupitres de Jean Prouvé que poblaron las escuelas públicas francesas de los años cincuenta. Al final de la calle se encuentra el edificio de la Bolsa. Son las 12.30. Al lado, tres jóvenes oficinistas comen ensaladas ajenos al asombro de conductores que, desquiciados, les observan retadores. Todos los motoristas niegan incrédulos y más allá del casco puede leerse su rabia. Cuando consiguen aparcar, vuelven por aquí y miran con desprecio a los usuarios del parklet y parecen preguntarse qué tendrá en la ­cabeza el chico que está estirado en la chaise longue en mitad de una calle. Pregunto si les gusta la idea: “No es lo más agradable del mundo comer entre coches aparcados y coches que pasan, pero en el barrio han desaparecido los bancos, y es mejor comer aquí que delante del ordenador”.
Así las cosas, el parisiense, fan del pícnic y de los espacios compartidos, puede disfrutar del parklet y aprovechar una extensión de la acera en la calzada —que ahora parece más ancha— ocupando plazas de aparcamiento hasta noviembre. Es este un experimento efímero con vocación pedagógica. En la web del Ayuntamiento, Brouillard explica: “Todo esto parte de un pregunta sobre la posible reconversión de las plazas de estacionamiento en un futuro con menos coches”. Como suele ocurrir en estos casos, no faltan los correspondientes dardos a Anne Hidalgo, la alcaldesa convencida de que un París verde es posible.
A pocos meses de las elecciones municipales (previstas para principios de 2020), el pulso de la ciudad contra la contaminación no cesa. Jardines compartidos, terrazas verdes en los grandes almacenes, plataformas descontaminantes… y parklet, que, a pesar de no ser un proyecto pionero, puede crecer como los árboles. 

Cómo ahorrar el agua ‘invisible’ que derrochamos cada día

Alrededor del 90 % del agua que consumimos se utiliza para producir alimentos. Por lo tanto, son importantes unos sistemas de producción agrícolas adecuados y una buena elección de productos por parte de los consumidores.
El agua invisible utilizada en el proceso de producción de un bien cualquiera (agrícola, alimenticio o industrial) se denomina “huella hídrica”. Según datos de la Red de la Huella Hídrica (Water Footprint Network), para producir un kilo de legumbres se necesitan de media unos 3 000 litros de agua. Un kilo de ternera requiere de 15 000 litros de agua, pues hay que contabilizar la cantidad de agua que ha bebido el animal, el forraje que ha comido y los servicios que ha necesitado a lo largo de su vida (limpieza, veterinaria). 
La distribución de la huella hídrica en los cultivos y ganadería varía mucho según el lugar, época del año, variedad y sistema de producción. Esto nos proporciona una excelente base de datos de partida para tener en cuenta el uso oculto del agua.
Cantidades de agua (litros) para producir una unidad de algunos bienes. Water Footprint Network (2018)
Una reciente publicación de la Comisión Europea en la revista Naturesobre la huella hídrica de las dietas en los principales países europeos (Reino Unido, Francia y Alemania) pone de manifiesto que un cambio en la dieta actual, con exceso de azúcares, grasas y carne, hacia una dieta saludable recomendada no solo es bueno para la salud. También reduce sustancialmente el consumo de recursos hídricos en unos rangos que van del 11 al 35 % al cambiar a una dieta saludable con carne, del 33 al 55 % a una dieta saludable basada en pescado y del 35 al 55 % al hacerlo a una dieta saludable vegetariana.
El enfoque que nos ofrece la huella hídrica ha generado un cambio de paradigma en la gestión de los recursos hídricos y la sostenibilidad del agua en este planeta azul. Proporciona otra manera de entender los usos del agua y deja clara la diferencia entre el uso directo en los domicilios y las fábricas, y el uso indirecto, relacionado con la materia prima agrícola y notablemente mayor.
Huella hídrica directa e indirecta. Aquapath-project

¿Qué podemos hacer?

Las opciones que tenemos para optimizar el uso del agua son variadas, tal y como plantea esta guía de Grace Communications. He aquí un breve resumen.
Opciones alimentarias:
  • Reducir el desperdicio de alimentos. La comida desperdiciada se suma a la energía y al agua desperdiciadas.
  • Probar el “lunes sin carne”. La producción de carne requiere más agua y combustibles fósiles que las verduras y los granos. Por lo tanto, omitir su consumo un solo día a la semana puede reducir nuestra huella hídrica y energética.
  • Apoyar la agricultura sostenible. En lo posible, compre alimentos de granjas sostenibles que minimicen el uso de pesticidas peligrosos y fertilizantes sintéticos. Esto reduce el uso energético y protege los cursos de agua de ser contaminados.
Opciones hídricas:
  • Ahorrar agua ahorra energía. Al utilizar menos agua en el hogar (mediante, por ejemplo, el uso de cabezales de ducha de bajo flujo y la reparación de fugas), una menor cantidad de agua va por el desagüe y debe ser canalizada y depurada en una planta de tratamiento.
  • Comprar menos cosas. La reutilización y reciclaje de los productos puede reducir nuestro uso de agua indirecto, lo que podría disminuir nuestro impacto en los recursos alimentarios y energéticos.
  • Decir no al agua embotellada. En 2006, se requirió el equivalente a más de 17 millones de barriles de petróleo para producir el plástico del agua embotellada en Estados Unidos.
Opciones energéticas:
  • Ser eficientes. Compre productos energéticamente eficientes (busque la etiqueta Energy Star) cuando reemplace sus electrodomésticos antiguos. Ahorrará energía y agua.
  • Fomentar la energía renovable. Los paneles solares eléctricos y muchos otros sistemas eléctricos renovables requieren poca o ninguna agua, a diferencia de las centrales eléctricas convencionales.
  • Cambiar a una fuente de energía verde. Elija opciones de energía verde disponibles a través de su compañía.

Una versión de este artículo fue publicada en el blog de la UPNA, Traductor de Ciencia

Arriba la Setmana de la Responsabilitat Social a Catalunya

L’edició d’enguany se celebrà del 22 al 26 d’octubre i se centrarà la Responsabilitat Social com a element transversal de l’Agenda 2030 i els Objectius de Desenvolupament Sostenible (ODS), així com de l’Emergència Climàtica.
 
La Setmana de la Responsabilitat Social és un dels principals punts de trobada del sector de l’RSC i la sostenibilitat, destinada a professionals i a tota la ciutadania, i organitzada per la consultora Ingeniería Social (membre de la xarxa Barcelona+Sostenible i l’Associació Més Responsables.
Aquest 2019 l’esdeveniment compleix 10 anys i organitzarà jornades de conferències i taules rodones a Barcelona (22/10), Tarragona (23/10), Girona (24/10) i Lleida (25/10). Ja està oberta la inscripció per a la 10a edició de la Setmana de la Responsabilitat Social, en què hi haurà conferències alineades amb Objectius de Desenvolupament Sostenible (ODS) i que tractaran sobre temes específics com els informes no financers, els plans d’igualtat o la sostenibilitat ambiental a l’empresa.
La Setmana de la Responsabilitat Social és un punt de trobada on conflueixen professionals de l’RSC de grans empreses, pimes, entitats del tercer sector, universitats i administració, amb l’interès de compartir experiències i aprendre bones pràctiques. En el programa de la Setmana també s’inclouen espais de trobada empresarial, portes obertes d’empreses responsables, voluntariat corporatiu, cinema amb valors, tallers per a la ciutadania, entre altres activitats. Enguany la sessió de cinema tindrà lloc a la Filmoteca de Catalunya la tarda del 24 d’octubre i es mostrarà un documental sobre un cas real que va representar un punt d’inflexió en l’RSC a nivell mundial. A més, amb motiu de la 10a edició de la Setmana, se celebraran diverses conferències en les quatre capitals de província de Catalunya per posar de manifest la importància de la Responsabilitat Social pel conjunt de la societat i de la pròpia empresa. A Barcelona se celebrarà el 22, 24 i 26 d’octubre a l’Auditori de La Pedrera, a la Filmoteca de Catalunya i als Jardinets de Gràcia.


Campanya #HelpPlaneta
És una campanya per fomentar accions mediambientals en el marc de la 10a Setmana de la Responsabilitat Social a Catalunya. Des de l'organització de la Setmana s'impulsa aquesta campanya a través de la qual, tant ciutadania com entitats, poden fer arribar via xarxes socials la seva petita o gran contribució per cuidar el planeta fent servir l’etiqueta #HelpPlaneta. Tothom hi pot participar, només cal fer una foto mostrant l'acció, penjar-la a Instagram o Twitter etiquetar al compte @setmanarsc i fer servir el hashtag #HelpPlaneta.