A 80 km de la costa y a más de 1.500 metros de profundidad, el pozo Macondo sufrió lo que se denomina Blowout (explosión con salida de fluidos a la superficie) debido a una burbuja de metano que se infliltró entre el cemento colocado para sellar el pozo y evitar escapes. Y eso que el MMS (Servicio de Gestión de Minas) había asegurado que la probabilidad de que se produjera una explosión era menor al 1%.
Hay que saber que por debajo de los 300 metros de profundidad, las petroleras se encuentran en una zona nueva y que además es de las más difíciles de perforar de todo el planeta, donde las temperaturas en el fondo marino rondan el punto de congelación, pero que en los yacimientos se llega los 200ºC. Alguien lo comparó con una botella de cava agitada y calentada esperando la mínima abertura del tapón para estallar.
Se supone que habia un sistema de seguridad para evitar explosiones y fugas, los llamados Sistema de Prevención de Explosiones (el BOP) situado en el lecho marino: una especie de tapón en el fondo marino que sellaba mediante un sistema de camisa de cierre (lockdown sleeve), pero falló y además en vez de usar cemento pesado que daría rigidez, colocaron (prisas, precios...) un cimentante más blando.
Hasta las empresas de extracción noruegas se sorprenden de como se ha trabajado en la plataforma, lo cual nos da una imagen de desidica y de poca profesional demasiado preocupante.
Encima el plan de emergencia que propuso la BP se ha demostrado inviable (por no decir utópico) y para colmo parece ser que el informe daba referencias de las consultas a un biólogo marino muerto hacia 4 años o con referncias a sistemas de emergencias de una página web que resultaba ser una página de entretenimiento... demasiadas cosas obviadas o poco profesionales que se han unido para dar lugar a una catátrofe ecológica en una zona ya castigada por el Katrina.
Nacho Padró
A partir de un artículo del NG
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