Las autoridades húngaras aún no pueden precisar hasta qué punto va a afectar al río Danubio la llegada de lodos tóxicos vertidos el lunes tras la rotura de una presa en una fábrica de aluminio y que ha contaminado ya 40 kilómetros cuadrados de suelo y las aguas de varios cauces. "Lamentablemente no es una situación clara" explicó en la zona del desastre Tibor Dobson, responsable de los tareas de limpieza.
Dobson indicó que "no se puede descartar la destrucción de la fauna" en la cuenca del Danubio, ya que aunque el PH del agua ha bajado desde el valor de 13, incompatible con la vida, que alcanzó ayer, aún está en un nivel que puede ser peligroso. Pese a esa cautela, Dobson insistió en destacar la importancia de que el PH del agua contaminada que ha llegado al Danubio tenga ya un valor de 9.
Ya se han empezado a encontrar cadáveres de peces muertos en los márgenes del Danubio a causa de la vaiación de Ph.
La población está batallando para reducir el contenido de alcalino del vertido, que ha causado la muerte de peces en el río Marcal, el primero que resultó afectado por la polución, que comenzó el pasado lunes con la rotura de una balsa de residuos de la planta privada de aluminio.
El primer ministro, Viktor Orban, ha visitado a primera hora de este jueves la localidad de Kolontar, una de las más afectadas, y se ha mostrado bastante pesimista con las labores de reconstrucción: "Por desgracia, tengo la impresión de que todo esfuerzo aquí, más allá de la reconstrucción del puente, no sirve para nada". "Probablemente se creará un nuevo territorio para los aldeanos y se abandonará esta parte de la villa para siempre, porque es imposible vivir aquí", ha sentenciado.
"La situación es muy grave. No queremos crear grandes esperanzas", explicó Orbán en una improvisada rueda de prensa en la localidad de Ajka, hasta la que han sido evacuados los 715 habitantes del pueblo de Kolontár, donde el lunes impactó con más fuerza la avalancha de barro cargado de metales pesados.
El primer ministro indicó que "en el peor caso", si la balsa finalmente sufre una nueva fractura, se podrían verter unos 500.000 litros del lodo cargado de arsénico, silicio y metales pesados.El vertido ya ha inundado unos 40 kilómetros cuadrados en el suroeste de Hungría y ha causado la muerte a siete personas y heridas a unas 150. El jefe del Gobierno húngaro habló de "situación dramática" e indicó que la evacuación de Kolontár se ha ordenado porque "podrían estar en peligro vidas humanas". El mandatario recordó a los siete fallecidos.
Respecto a la localidad de Devecser, que también se vio gravemente afectada el lunes, el jefe de Gobierno indicó que aún no se ha ordenado la evacuación, pero sí que todo está preparado para desalojar a los habitantes en caso de necesidad. Los responsables de Protección Civil explicaron que no tenían previsto evacuar a la población.
En cuanto a los responsables de la catástrofe, Orbán señaló que ya se ha abierto una investigación y prometió que "las consecuencias serán muy graves". "La compañía pagará, no hay duda", dijo en referencia a la metalúrgica MAL, dueña de la balsa donde se produjo el vertido.
Nacho Padró
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