Sólheimar, una ecoaldea sostenible en el corazón de Islandia
Sólheimar es una comunidad sostenible en el corazón de Islandia, una de las mayores de Europa, de las más antiguas. Es famosa por su ambiente ecológico y artístico. En esta ecoaldea viven alrededor de 100 personas, no solo viven también trabajan juntos. Entre las diversas construcciones sostenibles del complejo destacan un colegio y un polideportivo inaugurado en 2002.
El colegio y el polideportivo fue diseñado por la firma arquitectónica ASK, que con mucho cuidado, proyectó al detalle los edificios lo más eficiente que pudo. Estéticamente es fácil ver la preocupación por mantener un equilibrio con el paisaje y los recursos naturales que la rodean, fue una de las premisas de la construcción. La base de los edificios están hechas de madera siberiana. El sistema de aislamiento térmico del suelo y paredes, esenciales en una región tan fría como Islandia, fue hecho con lana natural de oveja. El tejado fue realizado con un aislamiento de papel, cubierto con hierba.
En 1930 la aldea ya era energéticamente autosuficiente, sobre todo a través del uso de la energía geotérmica.
Actualmente, el sistema de agua caliente y la calefacción se sustenta en un sistema geotérmico que extrae agua caliente a 169 metros bajo tierra. La ecoaldea está conectada a la red eléctrica comercial que suministra el 80 % de la energía de fuentes renovables: geotérmica – hidráulica. También dispone de un aerogenerador eólico de 600 W, una mini-turbina hidráulica y un generador solar de 1.400 W, pero estas instalaciones son de carácter educativo.
Sólheimar cultiva árboles para la reforestación, verduras, hortalizas y plantas medicinales para su consumo. Los cultivos se llevan a cabo en varios invernaderos, con calefacción, para mantiene constante la temperatura de los invernaderos entre 20 y 30ºC.
Dispone de un sistema de reciclado propio, utilizan varios contenedores a modo de vermicompostadora. Depuración sus aguas con balsas de fitodepuración. Tienen el certificado estatal de producción ecológica, por lo que venden los productos que allí se realizan por todo el país.
Se maximiza el aprovechamiento de la luz natural a través de estructuras llenas de ventanas. Prácticamente toda la energía utilizada para alimentar la comunidad proviene de fuentes sostenibles. Las placas fotovoltaicas, un sistema hidroeléctrico y un generador que convierte la diferencia de temperatura en electricidad, son los principales generadores de electricidad limpia de la comunidad.
Los miembros de la comunidad trabajan y viven dentro del complejo, donde también se puede encontrar una cafetería, panadería, iglesia, talleres de manualidades y un montón de espacio para el arte, recibiendo varios eventos durante todo el año.
Sólheimar recibe regularmente grupos de voluntarios que quieren vivir la experiencia de vivir en una comunidad ecológica. Aquí podréis leer la experiencia de un voluntario que paso allí 3 meses.
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