22 de septiembre de 2018
13 de septiembre de 2018
¿Dónde va a parar la basura que tiramos todos los días en España?
Christiane Drummond
- Coges una cáscara de plátano, la tiras a la basura y te olvidas de ella para siempre. Pero, ¿alguna vez te has planteado dónde irá a parar esa cáscara de plátano? O mejor dicho, ¿sabes dónde va la basura que tiramos cada día en España?
En España se generan 120 millones de toneladas de basura al año, de los 10.000 millones de toneladas de residuos producidos a nivel mundial. De media cada habitante español desecha 1,3 kilos de basura al día, lo que equivale a 460 kilos de al año.
Cada día a un miembro de la familia le toca pringar y sacar la basura. Cuando llega el camión de recogida los contenedores están rebosando, y cuando nos levantamos al día siguiente no hay ni rastro. La basura parece haber desaparecido mágicamente de la faz de la tierra pero, desgraciadamente, no es así.
Según datos facilitados por Idea tú mismo, de toda la basura que producimos en España tan solo se recicla un 30%, por lo que estamos muy lejos de cumplir la exigencia europea que establece que para 2050 todos los miembros deberán reciclar un 50% de sus residuos. Otro 10% se incinera, y un 60% de los desechos que tiramos a la basura cada día va a los vertederos.
Es posible que esto no haya respondido a tu pregunta y estés pensando ¿y una vez que llega al vertedero, qué pasa con la basura? ¿Cómo funciona una incineradora? ¿Y en qué se convierte esa cáscara de plátano una vez que llega a la planta de reciclaje? Veamos qué ocurre en cada proceso.
Los vertederos en España
Hay dos tipos de vertederos en España: los controlados y los descontrolados.
Estos últimos son ilegales, y muy dañinos para el medio ambiente. Se forman porque particulares, empresas o incluso los propios ayuntamientos desechan los residuos en el campo en zonas que no están habilitadas para tal fin.
Evidentemente la estampa que dejan los vertederos ilegales ensuciando el paisaje no es el único motivo de preocupación. Tienen diversos efectos nocivos pudiendo contaminar cursos de agua, producir incendios forestales o provocar la muerte de especies.
En cambio, en los vertederos controlados la ley establece que deben estar ubicados lejos de zonas habitadas, terrenos de cultivo y aguas potables. Además, preparan el terreno para darle la geometría deseada y recubrirla con un revestimiento artificial impermeable y así evitar que se contamine el suelo y las aguas subterráneas, explican desde Recíclame.
La basura se deposita en el vertedero después de ser triturada y compactada, para que ocupe el mínimo espacio posible. Sin embargo, los residuos no se descomponen rápidamente debido a las condiciones poco favorables de los vertederos, hay poco oxígeno o humedad.
Para que te hagas cargo, un solo trozo de papel tarda entre 8 meses y 1 año en descomponerse. Un chicle que mascas durante unos 20 minutos tarda 5 años en desaparecer – como poco. Y ya ni hablar de las bolsas de plástico, que tardan 150 años; los pañales, que tardan unos 500 años; y unas pilas, que pueden llegar a perdurar hasta 1.000 años. Eso sí, lo peor es el vidrio, un material bastante fácil de reciclar pero que tarda miles de años en descomponerse en un vertedero, informa ecoticias.
Los vertederos pese a ser controlados son un peligro para el medio ambiente. Entre las numerosas desventajas encontramos las emisiones de biogás, la acumulación de sustancias peligrosas en el suelo, el polvo y la posible contaminación de la cadena trófica.
Por ello, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un proyecto que pretende eliminar todos los vertederos de la región, menos el de Valdemingómez, para 2040. Supone una inversión de 336 millones de euros, y se sustituirán por plantas de reciclaje, informa El Mundo.
Las incineradoras
En las plantas de incineración los residuos se someten a un proceso de combustión térmica controlada que reduce en un 95% el volumen y en un 80% el peso de la basura, según informa el diario Carrion Digital.
La basura se deposita en una fosa con un ventilador que aspira el aire para impedir los malos olores, por un lado, y para otro para calentar el aire y favorecer la combustión. Los residuos entran a un horno donde primero se secan y después pasan por dos fases de combustión para incinerar hasta los materiales más resistentes. Según explican desde edualter, la temperatura debe estar entre 850º y 1050º.
Tras quemarse, las cenizas y demás restos pasan por canales de agua que lo enfrían y lo transforman en barro para evitar que el polvo se expanda por la instalación. Todas las plantas tienen sistemas de filtrado para que los desechos y gases resultantes no afecten a la salud de las personas ni al medio ambiente.
La función de las plantas de reciclaje
En las plantas de reciclaje la basura se transforma en una nueva materia prima. Los envases ligeros – todos esos que deberías depositar en el contenedor amarillo – se transforman en nuevos productos.
La materia orgánica pasa por un proceso de degradación bioquímica para convertirse en compost, un abono orgánico usado en la agricultura y jardinería, así como para el control de la erosión y la recuperación de los suelos.
Esto descalifica la típica excusa que muchos se ponen cuando tiran el bote de zumo encima de esa cáscara de plátano a la que hemos hecho referencia anteriormente: “qué más da, si al final todo va al mismo sitio“. No, no va al mismo sitio. Si reciclas esos dos productos irán a una planta donde se transformarán en nueva materia prima, en vez de pasar incluso siglos pudriéndose bajo tierra.
Es cierto que no todos los municipios cumplen con la normativa, y que muchas veces tristemente sí pueden llegar a mezclar todo en un mismo lugar. Sin embargo, se trata de una práctica ilegal que debemos denunciar e intentar cambiar tirando cada día la cáscara de plátano a una bolsa, y el bote de zumo a otra. Poner tu granito de arena no es tan complicado, ¿no?
Más de 15.000 científicos de todo el mundo plantean 13 medidas urgentes para salvar el planeta
Detener la “miseria generalizada” que se avecina con el avance, inexorable, de los “daños catastróficos a la biosfera” es el objetivo de más de 15.000 científicos de 184 países que, para conseguirlo, acaban de poner sobre la mesa 13 medidas concretas y urgentes para salvaguardar el planeta de la destrucción. “Damos un segundo aviso a la humanidad”, advierten los expertos, que llaman a la acción “inmediata” de los gobiernos para combatir el cambio climático y para extender las prácticas sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Aunque se pueden consultar en este manifiesto, las trece acciones propuestas por la comunidad científica para que el planeta perviva son las siguientes:
- Promover la protección de una parte significativa de los hábitats terrestres, marinos, de agua dulce y aéreos. (En este mismo sentido, por cierto, se han pronunciado desde The Half-Earth Project, que aboga por la protección de la mitad de la superficie terrestre y marina como única opción para salvar el planeta).
- Salvaguardar los ecosistemas naturales, para lo que es imprescindible detener la conversión (y pérdida) de bosques, selvas y pastizales, entre otros muchos.
- Emprender una restauración a gran escala de las plantas autóctonas, con especial atención a los bosques.
- Trabajar por que las especies nativas retornen (y pervivan) a sus hábitats naturales.
- Activar políticas que detengan la extinción de especies animales. El mayor control de la caza furtiva y de la explotación y el comercio de animales amenazados sería esencial para avanzar en este campo. “Hemos desatado un evento de extinción masiva de especies, la sexta en unos 540 millones de años, mediante la cual muchas de las actuales formas de vida podrían ser aniliquiladas“, advierten los científicos en el manifiesto.
- Dejar de desperdiciar alimentos de manera sistemática, con mejoras de la infraestructura y políticas educativas en ese sentido.
- Modificar las dietas para potenciar el consumo de productos vegetales y reducir la ingesta de carne. No hay que olvidar que la ganadería y el consumo de carne animal para alimentación es responsable de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Trabajar por una reducción del índice de fertilidad poniendo al alcance de quienes no los tienen todos los recursos en materia de educación reproductiva y planificación familiar.
- Impulsar la investigación y el análisis científico en materia de población, para determinar el volumen de población que es sostenible en el largo plazo.
- Educar a los menores en el respeto y el aprecio a la naturaleza.
- Dar un giro a las inversiones de manera que estas prioricen las iniciativas que persigan el cambio ambiental.
- Apostar (y apoyar) el desarrollo de tecnologías no contaminantes, además de favorecer la transición completa hacia las energías limpias y dejar de subvencionar la producción de energía a través de combustibles fósiles.
- Avanzar hacia un modelo económico que reduzca las desigualdades y que asegure que los precios, impuestos e incentivos tienen en cuenta los costes del patrón de consumo actual sobre el medioambiente.
La batería de propuestas forma parte de un documento difundido por la Alliance of World Scientist (Alianza de Científicos del Mundo) que, con el respaldo de científicos de cualquier disciplina y de cualquier parte del mundo, busca convertirse en una “voz colectiva internacional” sobre el cambio climático y cómo combatirlo con el conocimiento adquirido.
Para profundizar en el mismo, este manifiesto echa la mirada atrás, en concreto a 1992, cuando centenares de científicos difundieron la primera advertencia a la humanidad. Aunque desde entonces se ha avanzado en algunos aspectos, como la estabilización de la capa de ozono, “la humanidad ha fracasado en hacer suficientes progresos para resolver los retos ambientales previstos“. En la mayoría, concluyen los científicos, “estamos mucho peor que entonces”.
De ahí, este escrito, las propuestas señaladas y la llamada a las autoridades de todo el mundo para que actúen de manera inmediata como “imperativo moral hacia las actuales y futuras generaciones”, aseguran, y como única vía para, como ya se advertía a principios de los noventa, los seres humanos dejen de lado el rumbo emprendido, que no les lleva más que a la “colisión con el mundo natural”.
Alargascencia, directorio del reciclaje y la reutilización frente a la obsolescencia programada
La obsolecencia programada es una práctica en la que perdemos todos, o casi. Tras ese casi, la industria, la única que gana. En el todos, desde el consumidor de a pie, hasta los habitantes de países ricos en recursos como el cobalto, necesario para las baterías de la mayoría de los móviles, pasando por las pymes, el medio ambiente, etc. Para el grueso de perjudicados, son muchas las iniciativas y campañas de concienciación medioambiental que están surgiendo para detener este modelo o, al menos, ayudar a bajarse de este carro. Entre ellas figura Alargascencia, un directorio con más de 1.400 establecimientos en los que el “reducir, reutilizar y reciclar” es la máxima.
Esos son los mimbres con los que esta propuesta impulsada por Amigos de la Tierra trata de combatir el ‘comprar, usar y tirar’ que promueve el modelo actual. Al trío de verbos y efectos habría que añadir algunos más. (Mal)gastar, explotar, generar residuos de forma excesiva, contaminar. Son solo algunos, pero la lista es larga.
Para estrecharla, surgen campañas de concienciación medioambiental como esta, que quiere aprovechar el escaparate que proporciona internet para luchar por una buena causa, como bien describe la guía digital de 1and1, que tratan de ponerlo lo más fácil posible para que cualquiera pueda sumar su grano de arena al cambio.
El Parlamento Europeo lo hizo no hace mucho, con un tirón de orejas en forma de reclamación de medidas frente a la obsolescencia programada. Sin embargo, eso no es suficiente.
La Eurocámara aseguraba que casi 8 de cada 10 europeos prefiere reparar sus productosque desecharlos y comprarlos nuevos. Así, entre esa amplia mayoría de la ciudadanía, la capacidad de acción es extensa. Además de eso, es también cada vez más accesible, con iniciativas como Alargascencia. Su mérito es, sin duda, simplificar al máximo la localización de comercios locales, cooperativas o prestadores de servicios para la reparación, el alquiler, la compraventa de segunda mano e incluso el trueque.
“Somos conscientes de que los productos son cada vez menos duraderos y más difíciles de reparar y reutilizarse. También sabemos que el sistema actual promueve esta realidad y consideramos que la ciudadanía es la más perjudicada”, explican el germen de esta idea sus impulsores. El objetivo está claro. “Queremos dar la vuelta a esta situación”. Para ello, las llamadas a revelarse frente a la obsolescencia programada y el “sobreconsumo” de recursos, son continuas.
No es para menos. La sinrazón de ese comprar, usar y tirar tiene consecuencias en los países menos desarrollados, aquí y, en general, en todo el mundo a golpe de costes medioambientales. Esto es porque, entre otros efectos, la obsolescencia programada acarrea un volumen de generación de residuos ingente, además de un consumo de recursos también mayúsculo para gestionarlo.
En este contexto, el reciclaje se queda corto ante su mal funcionamiento y ante el nivel de consumo al que estamos llegando. De ahí que Amigos de la Tierra apele a todos a arrancarse con la reducción de las compras y con la extensión de la vida de los productos. Los beneficios de combatir la obsolescencia con la alargascencia son muchos. Abarcan desde el ahorro para las familias y las administraciones, hasta la reducción de residuos, el impulso a la actividad de las pymes, la disminución del consumo energético, o la menor presión sobre los países de los que se extrae la materia prima.
La contribución de esta iniciativa y de quienes asuman su filosofía como propia es, por tanto, de peso para frenar la espiral de consumo actual. Para ello, son más los recursos a los que cualquiera puede acceder. Yonolotiro.com, telodoy.net o segundamanita.com son algunas de las opciones, en este caso orientadas a la donación o intercambio de productos. Pero hay más, y van desde los sitios para compartir tutoriales de reparación, hasta las tiendas de muebles creados con productos reciclados. “¡Toma las riendas de tu consumo!”, animan desde Alargascencia. Y, para hacerlo, no faltan ni posibilidades ni argumentos.
Si no se frena el cambio climático, 2035 podría ser un punto de no retorno
Según un estudio publicado este jueves en la revista de la Unión Europea de Geociencias Earth System Dynamics, la Tierra podría atravesar un 'punto de no retorno' para 2035 si los gobiernos no actúan decididamente a la hora de luchar contra el cambio climático.
El estudio ha sido realizado por investigdores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y la Universidad de Utrecht (Países Bajos).
Por debajo de los 2°C en 2100
El último año posible para comenzar a reducir fuertemente las emisiones de gases de efecto invernadero antes de que sea demasiado tarde para evitar un peligroso cambio climático sería dentro de apenas quince años. Según explica Henk Dijkstra, de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), y uno de los autores del estudio:
Llegamos a la conclusión de que queda muy poco tiempo antes de que los objetivos de París se vuelvan inviables incluso con drásticas estrategias de reducción de emisiones.
Usando información de modelos climáticos, el equipo determinó la fecha límite para iniciar acciones climáticas para mantener el calentamiento global probable (con una probabilidad del 67%) por debajo de 2°C en 2100, dependiendo de lo rápido la humanidad pueda reducir las emisiones usando más energía renovable.
Sergio Parra
En huelga escolar por el clima: una adolescente de 15 años se convierte en la heroína 'verde' de Suecia
Greta Thunberg asegura que no volverá a clase hasta que los políticos adopten medidas urgentes contra el cambio climático
En Suecia ya no hace falta explicar a los niños qué es el cambio climático. El verano más cálido de los últimos 262 años, con temperaturas rondando los 38 grados y con 60 fuegos incontrolados devastando los bosques nórdicos, ha sacado de la complacencia a los diez millones de suecos. Ahora solo falta que se den por aludidos los políticos.
Y en esto llega una niña de 15 años, Greta Thunberg, y se planta con sus coletas y su chubasquero amarillo ante el Parlamento, y despliega su llamativa pancarta (En huelga escolar por el clima), y anuncia que no volverá a la escuela hasta que los políticos se tomen en serio la amenaza y adopten medidas urgentes contra el calentamiento global.
"A los niños nos dicen a menudo lo que no quieren que hagamos. Al final hacemos lo que vosotros hacéis. Y como os importa una mierda mi futuro, a mí tampoco me importa. Mi nombre es Greta y estudio noveno grado. Y renuncio a ir a la escuela por el clima hasta las próximas elecciones generales".
Apoyo de profesores
Más de 35 "huelguistas", entre ellos su profesor Benjamin Wagner, se han unido a la impostura de Greta, que anda dándole vueltas a cómo extender la protesta más allá de la cita con las urnas del 9 de septiembre. Su acto de rebeldía ha tenido de momento un impacto en la campaña: el cambio climático se ha convertido en un tema "caliente" en la recta final de la campaña y las aspiraciones del Partido Verde han subido por encima del 6%.
Desde que arrancó su huelga escolar, Greta se ha convertido en la heroína "verde" de Suecia. Su historia se ha viralizado en las redes y de diversas partes del mundo está recibiendo el apoyo de niños y niñas dispuestos a seguir su ejemplo y apremiar a los adultos: "No hay tiempo que perder".
Suecia presume de haber aprobado este año la ley del clima más ambiciosadel mundo, con la meta de llegar en el 2045 a ser un país "carbono neutral" (cuando las emisiones de gases invernadero sean equivalentes a las que se han podido remover o capturar). Pero Greta asegura que el objetivo sigue siendo "muy poco y muy tarde", y que Suecia sigue teniendo una de las mayores huellas de carbono del planeta.
Su interés por el cambio climático se despertó precisamente en la escuela, cuando tenía once años. Siguió estudiando por su cuenta y decidió participar en protestas callejeras. Se convirtió en activista del reciclaje y del ahorro energético e inculcó su pasión a su padre, Svante, que ahora se dedica a dar conferencias sobre el tema. Su madre, la cantante de ópera Malena Ernman, decidió dejar de viajar en avión y cancelar sus actuaciones al otro lado del Atlántico.
Sus padres intentaron convencerla inútilmente de que volviera tras las vacaciones a la escuela, pero la niña tiene una determinación de hierro. "No podemos apoyar que falte al colegio, pero respetamos su acción", declara Svante Thunberg a The Guardian. "Si se quedara en casa sería infeliz, pero protestando se la vez feliz".
Más que la atención mediática, lo que Greta agradece es el apoyo cotidiano que recibe estos días frente al Parlamento. "Cada vez viene más gente a verme y a involucrarse: adultos, niños, familias enteras. El cambio climático requiere que todos hagamos pequeños sacrificios y esfuerzos. Una sola persona pueda marcar la diferencia".
3 beneficios que puede traerte a tu vida abrazar a un árbol
Gandhi decía que “La naturaleza proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano”, y la ciencia busca comprobarlo una y otra vez.
Se viene desarrollando una terapia que ha ayudado a muchas personas, pero que puede parecer un tanto descabellada. Se trata de… ¡abrazar árboles!
Más allá de las creencias ancestrales, distintas investigaciones científicas han buscado hacerse un lugar en estas exploraciones. El economista y emprendedor Matthew Silverstone, a raíz de la enfermedad de su hijo, decidió invertir su dinero en indagaciones para demostrar que la medicina y la ciencia tradicional tenían ciertas falencias por su carácter rígido.
Escribió el libro “Blinded with Science” (Cegado por ciencia), y descubrió la magia terapéutica de la madre tierra. Su hijo mejoró de salud y muchos de los tratamientos que tuvo que vivir son ejemplos concretos de lo que pudo develar acerca de la relación entre medicina y ciencia.
En su libro se refiere a hacer terapia con árboles: se trata de verlos, tocarlos, abrazarlos y por qué no… amarlos. A continuación, te compartimos 3 de los beneficios más importantes que esta experiencia puede aportar a tu salud.
Se viene desarrollando una terapia que ha ayudado a muchas personas, pero que puede parecer un tanto descabellada. Se trata de… ¡abrazar árboles!
Más allá de las creencias ancestrales, distintas investigaciones científicas han buscado hacerse un lugar en estas exploraciones. El economista y emprendedor Matthew Silverstone, a raíz de la enfermedad de su hijo, decidió invertir su dinero en indagaciones para demostrar que la medicina y la ciencia tradicional tenían ciertas falencias por su carácter rígido.
Escribió el libro “Blinded with Science” (Cegado por ciencia), y descubrió la magia terapéutica de la madre tierra. Su hijo mejoró de salud y muchos de los tratamientos que tuvo que vivir son ejemplos concretos de lo que pudo develar acerca de la relación entre medicina y ciencia.
En su libro se refiere a hacer terapia con árboles: se trata de verlos, tocarlos, abrazarlos y por qué no… amarlos. A continuación, te compartimos 3 de los beneficios más importantes que esta experiencia puede aportar a tu salud.
1. ALTERA LA FRECUENCIA VIBRATORIA
Los árboles, al emitir ondas vibratorias como cualquier otro átomo que compone el universo, generan efectos en el plano fisiológico del ser humano. El tacto es un choque vibratorio, es decir, transferencia de energía. En el libro de Silverstone se hace referencia a un estudio especial en niños que prueba que, tanto la parte emocional como la cognitiva, se ven potenciadas de forma positiva al abrazar árboles.
2. MEJORA EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO
Está comprobado que estar en espacios abiertos hace bien a la psiquis humana. Profundizando más, el oxígeno que producen los árboles y las plantas (iones negativos) estimula los procesos vitales como la transmisión de oxígeno en todo el cuerpo.
La posibilidad de oxigenar más el cerebro mejora su rendimiento, tanto para el aprendizaje, como para incrementar la creatividad. La naturaleza regala sus beneficios por doquier.
La posibilidad de oxigenar más el cerebro mejora su rendimiento, tanto para el aprendizaje, como para incrementar la creatividad. La naturaleza regala sus beneficios por doquier.
3. ES TERAPIA PURA
Según los estudios realizados por Silverstone, abrazar árboles incluso tiene efectos para las personas con Trastorno de Hiperactividad por Déficit de Atención (ADD, por sus siglas en inglés), quienes pueden tener tendencia a padecer depresión, estrés, ansiedad y dolores de cabeza. ¿Por qué? El consumo de iones negativos de oxígeno permite que la circulación sanguínea sea estimulada; por lo tanto, que el oxígeno recorra tus órganos y te relajes.
Según el Instituto Nacional de cáncer en Estados Unidos, la Naturoterapia se define como el sistema de prevención de enfermedades que también sirve como tratamiento, pero evita el uso de medicamentos y cirugía. La Naturoterapia se basa en el uso de sustancias naturales como el aire, el agua, la luz, el calor y el masaje para ayudar al cuerpo a curarse. También usa productos herbarios, nutrición, acupuntura y aromatoterapia como formas de tratamiento.
Por otro lado, muchas culturas y filosofías como la budista tibetana o la práctica de Yoga también otorgan un lugar esencial a esta experiencia dentro de sus actividades.
Abrazar árboles es una nueva terapia, divertida, original y de bajo costo… ¿Qué estás esperando?
Según el Instituto Nacional de cáncer en Estados Unidos, la Naturoterapia se define como el sistema de prevención de enfermedades que también sirve como tratamiento, pero evita el uso de medicamentos y cirugía. La Naturoterapia se basa en el uso de sustancias naturales como el aire, el agua, la luz, el calor y el masaje para ayudar al cuerpo a curarse. También usa productos herbarios, nutrición, acupuntura y aromatoterapia como formas de tratamiento.
Por otro lado, muchas culturas y filosofías como la budista tibetana o la práctica de Yoga también otorgan un lugar esencial a esta experiencia dentro de sus actividades.
Abrazar árboles es una nueva terapia, divertida, original y de bajo costo… ¿Qué estás esperando?
Importante: Debe aclararse que La Bioguía no da consejos médicos ni receta el uso de técnicas como forma de tratamiento para problemas físicos o mentales sin el consejo de un médico, sea directa o indirectamente. En el caso de aplicar con ese fin alguna información de este sitio, La Bioguía no asume la responsabilidad de esos actos. La intención del sitio es solamente ofrecer información de naturaleza general para ayudar en la búsqueda de desarrollo y crecimiento personal.
Por qué sabemos que los humanos causamos el cambio climático
El debate sobre las causas del cambio climático, en la comunidad científica, es prácticamente inexistente. Quedan pocas dudas respecto a que la mano humana está detrás del aumento de temperaturas del planeta. Pero un grupo de negacionistas, que siempre han tenido cierta influencia en Estados Unidos, ha ganado atención, peso y poder con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Aunque asumen en general —aunque también para esto hay excepciones— que el globo se calienta, lo atribuyen a factores naturales contra los que, según ellos, nada podemos hacer, al contrario que el 97% de los estudios que se han publicado en los últimos años, que sostienen justo lo contrario.
Para rebatir estas tesis, Katharine Hayhoe, directora del Centro de Ciencia del Clima de la Universidad Técnica de Texas, publicó recientemente un hilo de Twitter en el que repasa cada una de las hipótesis de los negacionistas para refutarlas. “Cuando vemos el cambio climático, no culpamos automáticamente a los humanos y cerramos el caso. No, hemos examinado y comprobado rigurosamente otras razones por las que el clima podría estar cambiando: el sol, los volcanes, los ciclos naturales, incluso algo que todavía no conozcamos. ¿Podrían ser estos los responsables?”, se pregunta. La respuesta corta es no. Para la larga, cada caso requiere una explicación más detallada.
¿Podría ser culpa del sol?
El sol atraviesa ciclos en los que emite más o menos energía. Duran unos 11 años, pero entre la época de máxima y mínima potencia, esta apenas varía en un 0,1%. Además, las mediciones permiten saber que durante buena parte del siglo XX se produjo una etapa creciente, más allá de estos ciclos: el pico se registró en 1960. La tendencia se invirtió hace unas cuatro décadas. Precisamente coincide con el momento en el que el calentamiento global ha sido mayor, así que la hipótesis del sol está totalmente descartada.
Could it be the sun? No: the sun's energy has been going down at the very time that the average temperature of the planet continues to rise. For more info, read: https://t.co/G6SgJpLlMM and no, even a Grand Minimum wouldn't save us. See: https://t.co/KwacEoHdijpic.twitter.com/JgEyB6Dq52— Katharine Hayhoe (@KHayhoe) 23 de agosto de 2018
¿Son responsables los volcanes?
Las grandes erupciones volcánicas tienen un inmenso poder para influir en la temperatura de la tierra. Pero sobre todo porque las cenizas que arrojan a la atmósfera pueden frenar las radiaciones solares y producir grandes bajadas de temperatura. Es lo que sucedió en 1816, conocido como el año sin verano, en el que una serie de erupciones que produjeron grandes alteraciones, sobre todo al norte de Europa y Estados Unidos. Otra forma que tienen los volcanes de influir en el clima es con la emisión de gases de efecto invernadero como metano y dióxido de carbono. ¿Puede ser esto responsable del calentamiento global? “No, este tipo de actividad geológica produce alrededor del 1% de CO2 y menos del 15% de metano que nosotros los humanos emitimos cada año, así que aunque a largo plazo sí puede calentar el planeta, la influencia en los últimos años ha sido mínima en comparación con la de los humanos”, explica Hayhoe en un vídeo divulgativo.
¿Y los ciclos orbitales?
La órbita de la Tierra alrededor del sol va haciéndose más circular o más elíptica según ciclos naturales. Estos cambios, conocidos y predecibles, afectan a la forma en la que los rayos del sol llegan a nuestro planeta. Las edades de hielo son consecuencia de estas variaciones orbitales. ¿Puede que el calentamiento global sea simplemente que el planeta todavía está subiendo de temperatura la última glaciación? “No, el pico máximo tras la última edad de hielo se produjo hace miles de años. Desde entonces, el planeta ha ido muy lentamente enfriándose y se encamina hacia otra, en unos miles de años”, replica la doctora. De hecho, esta caída en las temperaturas se vino produciendo precisamente hasta la revolución industrial, cuando volvieron a subir por la acción humana.
Could it be orbital cycles? Are we just getting warmer after the last ice age? No: warming from the last ice age peaked 1000s of yrs ago, and the next event on our geologic calendar was another ice age: was, until the industrial revolution, that is. Read: https://t.co/B3MSCLIsF9pic.twitter.com/x2Jon7pVEU— Katharine Hayhoe (@KHayhoe) 23 de agosto de 2018
¿Los ciclos internos del sistema climático calientan el globo?
Fenómenos como el Niño o la Niña cambian las condiciones climáticas. Y ciertamente producen aumentos y descensos de temperatura. Pero lo que hacen es llevar calor del mar a la atmósfera o viceversa. Las leyes de la termodinámica impiden que este tipo de eventos produzcan por sí mismos aumentos en todo el globo.
¿Podría deberse a otros factores?
Las pruebas también descartan otros condicionantes para el clima, como pueden ser los rayos cósmicos, el movimiento de los polos magnéticos o, incluso que pudiera deberse a fenómenos no tenidos en cuenta. Hay estudios que indicanque las variaciones en el clima se corresponden con las emisiones generadas por el ser humano. Jesús Fidel González Rouco, especialista en variabilidad climática del Instituto de Geociencias del CSIC, explica cómo se llega a esta conclusión: "Los modelos climáticos generan una representación realista de la evolución del clima de la Tierra y pueden compararse con las observaciones. En ellos se incluyen las variaciones año a año de los factores que producen cambios en la energía que se queda dentro del sistema, tanto los naturales (la variabilidad solar, los volcanes, las variaciones orbitales) como los relacionados con las actividades humanas (concentraciones de gases de efecto invernadero, aerosoles de origen antropogénico y cambios en la cobertura y usos del terreno). Cuando se tienen en cuenta todos estos factores, se encuentra que los modelos describen con alto grado de realismo la evolución de la temperatura del planeta". Si se elimina el factor humano, se habría evitado aproximadamente la mitad del calentamiento, según González Rouco.
Y hay otro motivo para recelar de los negacionistas. “Nadie —NADIE— ha sido capaz de explicar cómo los niveles crecientes de CO2, CH4 y otros gases que atrapan el calor NO elevarían la temperatura del planeta”, enfatiza la experta en clima.
Es difícil que un hombre entienda algo si su salario depende de que no lo entiendaAL GORE
La presidenta de la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial, Manola Brunet, opina en la misma línea: “Si los negacionistas quieren demostrar que el calentamiento actual forma parte de algún ciclo natural, deberían probar primero cuál es el mecanismo natural que lo provoca y, sin embargo, ni lo muestran ni pueden, al no existir mecanismo alguno conocido que pueda explicar el incremento de 0,8 grados centígrados observado a escala global y asociado al incremento en las concentraciones de gases con efecto invernadero (CO2 y equivalentes)”. Brunet descalifica los argumentos de los negacionistas, que se basan “en datos manipulados para generar dudas sobre la fiabilidad de los modelos climáticos”. Uno que suelen utilizar es que los científicos del clima no han sabido en el pasado predecir lo que ocurriría después, algo que también desmiente: “Por ejemplo, los modelos han simulado de forma adecuada y precisa la subida del nivel del mar, la evolución térmica global, hemisférica y continental, tanto sobre la superficie terrestre como marina, el almacenamiento de calor oceánico o la reducción de los hielos árticos y de la cubierta de nieves del hemisferio norte”.
Pero, si hay una evidencia tan abrumadora de que el ser humano está detrás del calentamiento global, ¿por qué existe una corriente que lo niega? “Hay incluso quien asegura que la Tierra es plana”, ironiza Víctor Viñuales, sociólogo y director de Ecodes. En su opinión, existen distintos tipos de negacionistas. Por un lado, están los que tienen “intereses creados”, como "podría ser alguien que trabaja en una petrolera". Célebre es la frase de Al Gore en el documental Una verdad incómoda: “Es difícil que un hombre entienda algo si su salario depende de que no lo entienda”. Otro tipo serían los que “prefieren no creer”. “Si me digo expresa y claramente a mí mismo que sí, que hay cambio climático y que está causado por el hombre, la siguiente pregunta inmediatamente sería: ‘¿Qué voy a hacer para evitarlo?’. Y si no estoy dispuesto a hacer demasiado, casi lo mejor es negar la mayor”, reflexiona Viñuales. En psicología está bien documentado el fenómeno de la disonancia cognitiva y cómo nos autoengañamos o justificamos cuando nuestras acciones y nuestras convicciones chocan.
La realidad es que el cambio climático existe. El planeta se calienta. Y es algo que hemos provocado los humanos. Las consecuencias pueden ser catastróficas y, según los expertos, somos la última generación que puede solucionar o, quizás a estas alturas, paliar el problema. Por este motivo, el próximo 8 de septiembre, miles de personas participarán en cientos de acciones creativas y coordinadas en todo el mundo bajo la bandera de la movilización internacional Únete al clima. Los activistas presentarán soluciones dirigidas por sus propias comunidades y exigirán más ambición de los líderes políticos y tomadores de decisión reunidos en la Cumbre Global de Acción Climática, que tendrá lugar el 12 de septiembre en San Francisco, California.
Pablo Linde
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