26 de mayo de 2025

Microplásticos: partículas imperceptibles que se alojan silenciosamente en el organismo humano

 

Microplásticos: los invasores invisibles que se acumulan en nuestro cuerpo

Los microplásticos, partículas diminutas derivadas de la degradación del plástico, están presentes en el aire, el agua y los alimentos. Su capacidad para acumularse silenciosamente en el organismo humano preocupa a la comunidad científica por sus posibles efectos en la salud.

Tl;dr

  • Los microplásticos están presentes en aire, agua y alimentos.
  • Afectan la salud humana, pero sus efectos aún se estudian.
  • Reducir exposición requiere acciones personales y regulaciones públicas.

Microplásticos: presencia silenciosa y global

Resulta casi innegable: los microplásticos ya forman parte de nuestro entorno cotidiano y de nuestros cuerpos. Estas diminutas partículas, detectadas tanto en las profundidades de la fosa de las Marianascomo en la cima del Everest, se infiltran a través del aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que consumimos. Como señala el biólogo marino Richard Thompson, quien acuñó el término en 2004, «estamos expuestos».

De dónde vienen y cómo nos afectan

Los expertos definen los microplásticos como fragmentos de menos de cinco milímetros. Aún más preocupantes son los nanoplásticos, con tamaños inferiores a un micrómetro, capaces de llegar a nuestra sangre y tejidos. ¿Su origen? Principalmente, la descomposición de plásticos mayores—por acción del sol, calor o abrasión—y su uso cotidiano en envases, materiales de construcción o sistemas agrícolas. Según el ingeniero ambiental Jeffrey Farner, «usamos plásticos en formas que facilitan su degradación y dispersión».

Varias fuentes contribuyen a esta contaminación persistente:

  • Envases desechables, cuyo destino suele ser vertederos o mares;
  • Abrasión de neumáticos, que libera partículas al ambiente;
  • Lodos residuales usados como fertilizantes, contaminando suelos agrícolas.

Efectos sobre la salud: incertidumbre e indicios preocupantes

Aunque no se comprende completamente el impacto sobre la salud humana, los primeros estudios despiertan inquietud. Investigaciones con animales sugieren daños reproductivos y al sistema inmunitario. Algunos trabajos preliminares vinculan los microplásticos con partos prematuros, inflamación o patologías cardiovasculares en humanos. Además, ciertas sustancias químicas presentes en estos polímeros—como los compuestos perfluorados y los ftalatos—han sido señaladas por su potencial carcinogénico o disruptor hormonal.

Si bien parte de estas partículas puede eliminarse (han sido halladas en heces y orina), otros estudios advierten que el plástico no excretado podría migrar desde el intestino hacia órganos vitales como el hígado o incluso el cerebro.

Pistas para reducir la exposición… pero el reto es global

Ante este escenario, especialistas recomiendan limitar algunas conductas cotidianas: evitar botellas plásticas expuestas al sol, preferir recipientes de vidrio o acero al calentar alimentos y optar por frutas frescas frente a productos muy procesados. Mantener limpios los hogares con aspiradoras HEPA y paños húmedos también ayuda a reducir la inhalación.

Sin embargo, esta batalla no puede recaer solo en las personas. Diversas voces reclaman regulaciones firmes: ya existen prohibiciones sobre microperlas cosméticas en Estados Unidos y Europa, mientras 175 países han suscrito un acuerdo de las Naciones Unidas para combatir la contaminación plástica. A diferencia del pasado reciente, hoy existe «un apetito público por un cambio real», subraya Thompson. El desafío está sobre la mesa; falta ver hasta dónde llegará nuestra respuesta colectiva.

19 de mayo de 2025

‘Cinco Aguas’: el proyecto que impulsa la revitalización hídrica de la cuenca Moctezuma

 La climatech líder en gestión hídrica, Kilimo, ha lanzado el proyecto "Cinco Aguas" como parte de su iniciativa Latidos del Agua, buscando reabastecer un volumen significativo de agua en la cuenca Moctezuma para el año 2030. El ambicioso objetivo es restaurar 30 millones de metros cúbicos, una cantidad equivalente a llenar el Lago de Chapultepec 400 veces.

Este proyecto representa el segundo de la iniciativa Latidos del Agua y marca un hito al presentar la primera línea base integralde la cuenca Moctezuma. Esta cuenca es reconocida como una de las más críticas e importantes del centro de México, con un impacto directo e indirecto en la seguridad hídrica, la agricultura y el desarrollo socioeconómico de estados clave como Hidalgo (región Tula-Tepeji), Estado de México (Valle de México), Querétaro (parte de la Sierra Gorda) y Veracruz (zona Huasteca).


Bosque de Agua
El Gran Bosque de Agua, en el centro de México, enfrenta múltiples amenazas, desde los efectos del cambio climático a las actividades del crimen organizado. Si el Estado no aborda esta problemática con seriedad, millones de personas podrían verse afectadas.

"Revitalizar la cuenca Moctezuma es preservar la historia y el futuro de sus comunidades", afirmó Carmen Guerrero Sotelo, Gerente de Soluciones Climáticas para Kilimo.

Más de 5 millones de personas dependen de los flujos de la cuenca en zonas urbanas y rurales. Además, sostiene el 20% de la agricultura regional y provee agua esencial para la operación de industrias clave como la automotriz, de alimentos y energía en corredores como Tula y Tepeji.

Sin embargo, la cuenca Moctezuma enfrenta una crisis multidimensional. Según datos, sufre una sobreexplotación hídrica del 15% y ha experimentado una reducción del 20% en precipitaciones en las últimas dos décadas. Ante este escenario, Kilimo y sus aliados impulsan 'Cinco Aguas' para revertir este déficit mediante una combinación de soluciones basadas en datos, tecnología y acción colectiva.

Guerrero Sotelo enfatizó la creencia de Kilimo en la colaboración para generar impactos de largo plazo y la importancia de sumar la participación de empresas y organizaciones comprometidas con la seguridad hídrica que impacten positivamente en comunidades y ecosistemas. Subrayó que lograr el objetivo en la cuenca Moctezuma "es solo posible trabajando juntos".

‘Cinco Aguas el proyecto que impulsa la revitalización hídrica de la cuenca Moctezuma

La estrategia para la cuenca Moctezuma se basa en un análisis detallado del territorio y su estado hídrico. Propone una estrategia de Gestión Eficiente del Agua en la agricultura que integra la colaboración de aliados de los sectores agrícola, empresarial, industrial y público. Las soluciones incluyen:

•Gestión de riego por Inteligencia Artificial

• Conversión a Riego de Precisión

• Agricultura Regenerativa

• Soluciones Regenerativas en Agricultura de Pequeña Escala

• Soluciones Basadas en la Naturaleza

• Capacitación y Asistencia Técnica

• Gestión Territorial y Gobernanza del Agua

El plan de acción fue presentado en un evento con actores públicos y privados para sumar aliados estratégicos comprometidos con la seguridad hídrica del territorio.

Kilimo, una Climate Tech latinoamericana con una década de experiencia en 7 países, incluyendo 3 años en México, impulsa soluciones de adaptación climática para alcanzar la seguridad hídrica. Desde 2024, han trabajado con agricultores y empresas de diversas industrias (Cuidado Personal, Hogar, Alimentos y Bebidas), acompañando transiciones hacia mejores prácticas de riego. La implementación de Gestión del Riego con IA y Riego Tecnificado ha logrado eficiencias de entre el 20% y 30%.

Gracias al trabajo colaborativo en 2024, Kilimo, empresas, comunidades locales y agricultores lograron restaurar 5.8 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes a 2,320 albercas olímpicas o el consumo anual de 158,904 personas. Kilimo ve a México como un país con alto potencial para proyectos de acción colectiva y el impulso del reabastecimiento de agua en cuencas prioritarias para 2030.

Kilimo vincula a agricultores y empresas con la visión de aliviar el estrés hídrico de las cuencas y crear un futuro con agua disponible para comunidades, industrias y ecosistemas. Por su impacto, la organización fue premiada en el Foro Económico Mundial de Davos y ganó el Enterprise Global Freshwater Challenge otorgado por el Foro Económico Mundial.

12 de mayo de 2025

El 10% más rico de la población causa dos tercios del calentamiento global, según estudio

 El 10% más rico de la población ha contribuido 6.5 veces más al calentamiento global que el promedio mundial, provocando sequías y olas de calor extremas en las regiones más vulnerables del planeta. Esta es la conclusión de una reciente investigación que establece nuevas conexiones entre la desigualdad de emisiones según el nivel de ingresos y la injusticia climática.

El estudio fue realizado por un equipo multidisciplinario de especialistas del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Laxenburg (IIASA), el Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas de Zúrich, la Universidad Humboldt de Berlín y la Universidad de Melbourne.

Los investigadores aplicaron un enfoque de atribución contrafactual basado en simulaciones climáticas. Estos modelos les permitieron traducir las trayectorias de emisiones en datos sobre temperatura, precipitaciones y sequías; asociarlas con grupos geográficos segmentados por ingresos, y estimar su influencia en eventos climáticos extremos específicos.


cambio ciclo del agua
En 2024, los desastres naturales relacionados con las variaciones en el ciclo del agua provocaron más de 8,700 muertes y pérdidas económicas superiores a los 550,000 millones de dólares.

Los hallazgos indican que, en 2020, la temperatura media global fue 0.61 °C superior a la de 1990. Aproximadamente el 65% de ese aumento se puede atribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el 10% más acaudalado del planeta, cuyos ingresos anuales superan los 122,100 dólares.

La responsabilidad climática es aún más desproporcionada entre los sectores con mayor acumulación de riqueza. El 1% y el 0.1% más rico han contribuido 20 y 76 veces más, respectivamente, al calentamiento global que el promedio mundial. Además, estos dos grupos influyeron 7 y 25 veces más, respectivamente, en la frecuencia de meses extremadamente calurosos en comparación con la era preindustrial.

“Nuestro estudio demuestra que los impactos extremos del clima no son simplemente consecuencia de emisiones globales abstractas. Podemos rastrearlos directamente hasta nuestro estilo de vida y nuestras decisiones de inversión, las cuales están estrechamente ligadas a la riqueza”, explica Sarah Schöngart, investigadora del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas de Zúrich y autora principal del estudio.

Los más ricos exportan calor a las regiones más vulnerables

El trabajo, publicado en la revista Nature Climate Change, también identifica notables efectos transfronterizos. Destaca que el 10% más rico de la población de Estados Unidos y China ha impulsado un aumento en las temperaturas extremas en regiones particularmente vulnerables como la Amazonia, el sudeste de Asia y el sur de África.

Carl-Friedrich Schleussner, líder del Grupo de Investigación Integrada sobre Impactos Climáticos del IIASA, sostiene que "si todos hubiéramos emitido como el 50% más pobre de la población mundial, el calentamiento adicional desde 1990 habría sido mínimo. Corregir este desequilibrio es esencial para lograr una acción climática equitativa y efectiva”.

El análisis subraya que las inversiones financieras provenientes de las regiones más ricas, más allá del consumo individual, son responsables de una fracción significativa de los impactos climáticos globales identificados. Los autores hacen hincapié en el papel del metano como agente clave del calentamiento a corto plazo, y proponen el diseño de políticas que redirijan los flujos financieros y establezcan impuestos globales sobre el patrimonio de los más adinerados, como medida para reducir la desigualdad en la responsabilidad climática. Consideran que estos resultados deben formar parte de los debates sobre justicia ambiental, financiamiento para pérdidas y daños, y estrategias de adaptación.


Una fábrica de minería de criptomonedas en Quebec, Canadá.
La minería de bitcoins promete apoyar las energías renovables, absorbiendo el excedente y remunerando a las centrales. La asociación europea, Bitcoin Energy, muestra qué tan factible es.

"Este no es un debate académico: hablamos de los impactos tangibles de la actual crisis climática. Una política ambiental que no reconozca la enorme responsabilidad de los sectores más ricos corre el riesgo de ignorar uno de los mecanismos más eficaces para limitar los daños futuros”, enfatiza Schleussner.

En el marco del Acuerdo de París, las economías más desarrolladas de las Naciones Unidas se comprometieron a movilizar 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2020, con el fin de apoyar a las regiones más expuestas en su adaptación al cambio climático. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dicho objetivo se alcanzó por primera vez en 2022, con una aportación conjunta de 115,900 millones de dólares.

Garantizar el cumplimiento de ese compromiso se torna cada vez más difícil, ya que varias potencias económicas han recortado o expresado su negativa a destinar recursos para asistir a los países más pobres frente al colapso ambiental y mitigar sus consecuencias más graves.

En tiempos recientes, el gobierno de Donald Trump ordenó la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, argumentando que el tratado beneficiaba a “países que no necesitan ni merecen el apoyo financiero del pueblo estadounidense”.

Francisco Estrada, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que esta postura representa un freno a las negociaciones internacionales y limita el aprovechamiento efectivo de los fondos destinados a enfrentar la emergencia climática.

“Europa ha invertido sumas considerables en la reducción de emisiones, pero si Estados Unidos deja de aportar capital, cada euro invertido en mitigación tiene un menor impacto. Esto podría desincentivar nuevas inversiones y generar disputas legales, ya que hay mucho dinero involucrado en la transición energética”, afirma.

Joeri Rogelj, director de investigación del Instituto Grantham sobre Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres, declaró al portal Science Media Centre España (SMC)que “la urgencia de actuar tiene ahora más sentido que nunca. Los gobiernos pueden construir economías resilientes adoptando medidas más firmes y decisivas para acelerar la transición hacia energías limpias”.

La selección: proteger los ríos para protegernos

 Para los que hemos vivido en un pueblo, es habitual que los baños en algún río formen parte de nuestros recuerdos de infancia. Qué agradable resulta sumergirnos en sus aguas, pasear por sus orillas, buscar renacuajos o tomar el sol en una roca de las que engarzan su cauce. O no. Imagine ahora un torrente contaminado, contenido por diques o carente de animalillos por presentar unas condiciones imposibles para la vida.

Con el fin de evitar ese segundo escenario, la ciudadanía se ha movilizado en Galicia para defender los derechos del río Ulla como ecosistema ante la posible instalación de una macroplanta de celulosa que ensucie sus aguas. No es el único caso. En otros lugares del mundo, los ríos también han empezado a reclamar sus derechos.

¿Qué les está ocurriendo? ¿Por qué estos gritos de socorro? Actividades humanas como los cambios de uso de suelo, la contaminación, la introducción de especies exóticas, la eliminación de vegetación de ribera y las obras de construcción están ahogando los cauces.

Embalses, contaminación y cambio climático

La construcción abusiva de embalses, por ejemplo, altera su régimen natural, reduciendo su caudal y provocando irregularidades. Por eso, la destrucción de estas infraestructuras en estado de abandono supone un respiro para los ríos.

Un buen ejemplo de las consecuencias que puede llegar a tener la contaminación son los ríos Tintos y Odiel, en la provincia de Huelva (España), cuyas aguas aún transportan al océano metales tóxicos procedentes de unos 5 000 años de actividad minera en la faja pirítica ibérica.

El cambio climático provocado por el hombre es otro de los factores que están modificando el comportamiento de los ríos. En muchas zonas, su caudal ya está disminuyendo y se espera que la tendencia continúe en el futuro.

En el caso de los ríos temporales, muy abundantes en la región mediterránea, estos podrían llegar incluso a desaparecer debido al calentamiento global. Aunque pasan secos semanas o meses cada año, este tipo de cursos de agua son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas. Por eso, deberían conservarse, evitando prácticas como el desbrozo indiscriminado de la vegetación de ribera y la urbanización.

Conservar el equilibrio natural de los ríos

Como aseguran los profesores de la Universidad de Alcalá, Alberto Romero Blanco y Álvaro Alonso Fernández, hoy en día “vemos los ríos como elementos hostiles a los que hay que domar y confinar, ya que de lo contrario pueden desatarse y destruir nuestros campos de cultivo e infraestructuras”. Pero encauzarlos y construir presas y diques puede tener el efecto contrario al deseado.

Si bien el cambio climático puede ocasionar una disminución general del caudal, el aumento de las precipitaciones extremas provoca ascensos rápidos del volumen de agua que transportan. Si modificamos el equilibrio natural de los ríos, impermeabilizando los suelos, situando obstáculos urbanísticos, transformando los cauces o cambiando los relieves, las consecuencias pueden ser fuertes crecidas como las que ocasionaron recientemente un verdadero desastre en Valencia.

Sólo protegiendo las cuencas y los torrentes de la acción del hombre es posible evitar su degradación y, al mismo tiempo, prevenir que esta acabe repercutiendo en nuestro bienestar.