El IV Informe del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático, una iniciativa de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), constata que el cambio climático se ha consolidado en la agenda social y mediática como un asunto de interés público conectado e interrelacionado con otras crisis.
Durante el primer semestre de 2022, el Observatorio llevó a cabo un seguimiento de los medios de comunicación, tanto convencionales (radio, televisión y prensa impresa) como en internet (prensa digital, agencias, instituciones y otras fuentes), y en Twitter.
Tomando como referencia los indicadores extraídos del Decálogo para la comunicación social del cambio climático actualizado en 2022, podemos concluir en líneas generales que se aprecia una mejora progresiva en la comunicación social del cambio climático.
Transversalidad del cambio climático como referencia informativa
En los medios de radiodifusión, aproximadamente la mitad de la información sobre cambio climático sigue difundiéndose en los programas informativos de noticias, aunque constatamos la tendencia a expandirse a otro tipo de formatos de actualidad, tertulias y magacines.
Lea sobre cambio climático por científicos de primera línea.
Destaca la frecuencia observada en los medios de proximidad autonómicos, tanto de radio como de televisión.
En la prensa convencional encontramos que la noticia es el género periodístico más utilizado para comunicar el cambio climático, seguido por los géneros de opinión y la entrevista. En internet, el 70 % de las publicaciones corresponden a medios digitales y se repite el mismo patrón en cuanto al género periodístico.
El cambio climático no solo ganó presencia en 2022, sino que incrementó su relevancia de acuerdo con diversos indicadores, como el posicionamiento de la información en prensa y la mejora del tratamiento informativo. En los medios de radiodifusión se incrementó ligeramente la duración y la frecuencia de emisión en las franjas horarias de máxima audiencia.
La guerra de Ucrania, la dependencia energética, la soberanía energética, el nuevo orden mundial, el mercado de la energía, la espiral inflacionista y las subvenciones al gas y a las nucleares han marcado profundamente el curso del acontecer político y económico y han sido temas clave en la comunicación social del cambio climático en 2022.
Otros temas protagonistas han sido las anomalías climáticas, los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres provocados por los megaincendios alimentados por la crisis climática. Estos asuntos mermaron cierto impacto mediático a los informes presentados por la comunidad científica internacional, como los informes de los Grupos de Trabajo II y III del IPCC y el Informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el impacto de las olas de calor en la salud humana.
Se ha incrementado la consideración del cambio climático como un asunto económico en la prensa y también en la radio. Su tratamiento político ha perdido protagonismo en todos los soportes, mientras que el ambiental recupera posiciones en internet y en televisión. En este último soporte, los fenómenos meteorológicos extremos coparon la información debido a la espectacularidad de sus imágenes.
Fuentes científicas, una prioridad
Los medios comunicaron la crisis climática como un acontecer cotidiano, en tiempo presente y como futuro inmediato.
Dieron voz a los científicos y científicas en primer lugar, relegando a un segundo término la de los políticos. Los empresarios se consolidaron como un rol emergente, aunque de baja frecuencia, ganando cada vez mayor visibilidad en la prensa y en las publicaciones online.
La perspectiva ética disminuyó en la comunicación del cambio climático en 2022. Las voces e iniciativas ciudadanas perdieron en 2022 el protagonismo logrado antes de la pandemia.
La comunicación de las causas resulta indispensable para contextualizar la crisis climática y que la ciudadanía pueda comprender las medidas de mitigación necesarias para evitar el incremento del volumen de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, fueron poco comunicadas en prensa y radio, incrementando su frecuencia en televisión y en medios digitales.
Se alude en general a las emisiones y a su evolución en la atmósfera, a la producción de energía eléctrica y al consumo ciudadano. La comunicación de la alimentación humana como generadora de emisiones de GEI introduce en el debate social a la ganadería industrial, señalando especialmente los efectos de las macrogranjas.
Comunicar los beneficios de la transición ecológica es un discurso estratégico pero minoritario en los medios. En radio se destacaron sobre todo los beneficios para la sociedad, para la conservación de la biodiversidad y para la salud, mientras que la prensa se decantó por los beneficios para la economía y la televisión refirió fundamentalmente los beneficios para el medio físico.
Periodismo de soluciones, el más necesario
La contribución de la comunicación social a la transición ecológica precisa la práctica continua del denominado periodismo de las soluciones. En este sentido, las medidas de mitigación son más comunicadas que las medidas de adaptación, escasamente referidas.
Mientras que el 50 % de las publicaciones en casi todos los soportes sí hacen referencia a una o varias medidas de mitigación, las medidas de adaptación no constan en más del 65 % de los casos, con excepción de los medios radiofónicos. En Twitter las medidas de mitigación y adaptación son más escasamente referidas aún que en los medios.
La comunicación de la mitigación se centró en las energías renovables, en la conservación de los ecosistemas naturales y en soluciones tecnológicas. En la prensa se desarrolla el concepto de economía circular, mientras que la reducción del consumo es la opción menos aludida.
En cuanto a la adaptación, encontramos que la conservación de los ecosistemas naturales es la medida estrella, por delante de la legislación reguladora, que se sitúa en segundo plano. Con menor frecuencia se presentan medidas como la educación en valores, la planificación del urbanismo, la adopción de las medidas financieras, la gestión de los recursos hídricos, la prevención de la degradación de suelos y la mejora de la seguridad alimentaria.
De forma global se observa una mejora en la comprensibilidad del discurso en cuanto al empleo de conceptos clave que son referidos por los medios, aunque en la mayor parte de los casos no se explican convenientemente. En los medios de radiodifusión, persiste el hándicap de la duración media de los registros, mientras que sigue sin explotarse el potencial de las imágenes y de la interactividad en los medios digitales y en Twitter.
Nos encontramos en un periodo en el que coexisten crisis ambientales de diversa naturaleza, como la pérdida de biodiversidad, las sequías, crisis sociales derivadas de la escasez de alimentos y la pérdida de territorio habitable para múltiples especies, también para la nuestra. Son crisis que el cambio climático agudiza o provoca directamente. Por ello, la comunicación social de la crisis climática debería ser una asignatura obligada en los estudios de comunicación, con el fin de promover la información rigurosa y la adaptación en la vida cotidiana, evitando la saturación y la ecoansiedad.
La versión original de este artículo fue publicada en la web de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad Complutense de Madrid.
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