Vincular la tapa de un yogur con la ecología es lo que consiguió Luis Santamaríaen el Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, con su charla en el paraninfo del Colegio Universitario. "He querido mostrar que la reflexión sobre las cosas de Dios no tienen por qué ser nada elevadas ni abstractas, sino que se pueden hacer desde las cosas más sencillas", en este caso un simple yogur cuyo nombre comercial hacer referencia a la palabra "casa" en griego. "La naturaleza es la casa común de todos", compara.
No tiene dudas a la hora de afirmar que el cristianismo es una religión plenamente ecológica. "Está en su propia raíz. Solo hay que ver los primeros capítulos de la Biblia, en el Génesis, con los dos relatos de la creación, en de los siete días que tardó Dios en construir el mundo y en el del barro y la costilla, Adán y Eva", describe. Con este razonamiento lanza una defensa contra las acusaciones que durante mucho tiempo han acusado al judaísmo y al cristianismo de legitimar la explotación de la naturaleza "por ese mandato que Dios le da a Adán de dominar la tierra. Hay que tener en cuenta que ese verbo tiene el sentido de cuidar, de que los hombres seamos los pequeños dueños de un espacio del que Dios es el dueño real, así que hay que tratarlo con el mismo amor que lo trata Él", detalla. Una nueva lectura "que tiene unas consecuencias prácticas obvias", afirma.
La encíclica ecológica
Fue en 2015 cuando el papa Francisco puso a la ecología en el epicentro de la actualidad con la publicación de la encíclica "Laudato si", una manera de alertar sobre la actual crisis ecológica, según Santamaría. "Hasta ahora, había habido muchos pronunciamientos de papas anteriores e incluso de obispos sobre el tema, pero dedicar una encíclica, es decir, el documento de mayor grado en el magisterio pontificio, hace que nos fijemos en este problema como algo central, no circunstancial, y que no sea algo meramente estético o que esté de moda, sino que haya una preocupación ecológica transversal", defiende el conferenciante.
De esta manera, el papa Francisco ha conseguido vincular enseñanza y acción sobre este tema "y también una peculiar propuesta al mundo, porque se pone al ser humano en el centro y a las relaciones con otros seres como parte de una ecología integral", detalla. El autor de "Laudato si", además, no solo habla sobre el hombre, sino también sobre los recursos naturales, los animales o la vegetación. "Todo forma parte de esa ecología integral y, por eso, esta insistencia en la casa común que tenemos que cuidar, porque no somos solo la habitamos los seres humanos", subraya Santamaría.
El cuidado de la naturaleza
Una ecología, por tanto, que no se aleja tanto de las premisas de los que defiende, más allá de la fe, este cuidado de la naturaleza. "Como pasa en la acción cristiana y en la doctrina social de la Iglesia, donde se incluye la ecología, lo más importante son los principios que la inspiran, que, en este caso, se centra en la responsabilidad que sentimos, para nosotros encargada por el Creador", apunta. "Tenemos ese deber y la vocación que cuidar a la naturaleza, para que llegue a las siguientes generaciones", añade.
Santamaría finalizó su conferencia recordando uno de los desastres ecológicos más devastadores de la última década en la provincia de Zamora. "Dedico esta conferencia a la Sierra de la Culebra, este trozo de casa común que fue devastado por el fuego y por la acción y omisión del ser humano hace casi un año", lamentó, haciendo un guiño al santo patrón de la ecología, San Francisco de Asís, del que recitó su poema "Cántico de las criaturas", en la versión que tradujo el poeta tabarés León Felipe.
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