Irene Martín Morales
Málaga.- El nuevo director del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el tunecino Maher Mahjoub, asegura que “cuidar los ecosistemas” es ya “un deber político y social” para combatir el cambio climático, que está afectando a “la pérdida de biodiversidad y hábitats de la región”.
Mahjoub subraya, en una entrevista con EFE, que para conseguir este reto es necesario “consolidar y fortalecer la relación entre los países” del arco Mediterráneo.
“Todavía existe un gran hueco entre el norte y el sur”, ya sea por “motivos financieros, sociales o de acceso a información”, explica, pero “la UICN se basa en sus miembros y debemos apoyarlos para buscar soluciones comunes y tomar medidas de cara a los desafíos que están viniendo”.
Más colaboración entre gobiernos y ongs
Mahjoub, al frente de la entidad que desarrolla el principal programa de cooperación internacional para proteger la biodiversidad del área mediterránea, apuesta asimismo por “mejorar los vínculos entre gobiernos y organizaciones civiles como las ONG”, que hasta ahora “no han establecido confianza entre sí”, aunque tienen objetivos similares para la región.
Los gobiernos, añade, aunque son “más conscientes” de las consecuencias del cambio climático, establecen “otras prioridades en su agenda”, pese a que “incluir al medio ambiente no es un lujo, sino un deber”, pues “no hay plan B”.
El directivo, con una amplia experiencia en el Ministerio de Medio Ambiente de Túnez, la Comisión Mundial de Áreas Protegidas y la propia UICN, destaca a España como país que “ha apoyado al centro desde sus comienzos” y puede adoptar “un rol líder” por “su experiencia en creación, gestión y monitorización en áreas protegidas” para implantar el marco global de la biodiversidad en el Mediterráneo.
“El primer paso es saber el potencial de tu país”, incide.
Aumentar la protección del Mediterráneo, foco de biodiversidad
El Mediterráneo, rodeado por 23 países, es “un punto caliente para la biodiversidad”, aunque apenas “tiene la protección de un 8 %”, frente al 16 % de otros mares y océanos”.
Esto, advierte el experto, debe cambiar notablemente para poder cumplir con “el objetivo 30×30”, que significa proteger el 30 % de los océanos del mundo de aquí a 2030, tal y como se acordó en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP15).
“Ya tenemos varios proyectos en esta línea” y uno de ellos está orientado al Mar de Alborán, pequeña zona del Mediterráneo caracterizada por sus “complicaciones” y su “potencial” y que en la UICN se marcó como “prioridad” en 2010.
En él, la organización “identifica áreas protegidas” y propone la toma de acciones conjuntas con los países de alrededor partiendo de información de administraciones, universidades y otras instituciones.
Más ecosistemas amenazados
Mahjoub remarca el trabajo de la UICN en otros ecosistemas también amenazados por la pérdida de hábitats, el aumento de contaminación y las especies invasoras, como los forestales, que acumulan incendios, o los humedales, escasos de agua por la falta de lluvia.
Pone como ejemplo Doñana, que “es bien conocido por sus humedales, pájaros y toda su biodiversidad” y que vive “una dura situación, especialmente por la sequía”.
“Nuestro desafío es ver por qué ha llegado a este estado y crear un mapa de ruta para restablecer la situación como estaba años atrás”, señala Mahjoub, que recuerda que Doñana desde 2014 pertenece a su Lista Verde, que cuenta con un “panel independiente de expertos” para dar respuestas y recomendaciones a la administración competente.
Actuación en Málaga
El directivo tunecino ha apelado especialmente a la actuación en Málaga, donde tiene su sede el Centro de Cooperación del Mediterráneo, y defiende “valorar y cuantificar” los servicios ambientales de la cuenca del Guadalhorce y el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves como espacios naturales claves de la provincia.
“Considero que para aspectos relacionados con el medio ambiente y su conservación debería haber más apoyo y poder para las ciudades”, apunta.
En su opinión, si Málaga acoge finalmente la Expo 2027 será “una oportunidad excelente para mostrar su compromiso con la naturaleza”. “Si tiene éxito, deberíamos fortalecer nuestra colaboración para identificar acciones conjuntas para preservar la biodiversidad y salir adelante contra el cambio climático”, remarca. EFEverde
No hay comentarios:
Publicar un comentario