Nos enfrentamos a múltiples desafíos globales que requieren de soluciones innovadoras y sostenibles. Necesitamos encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y la protección medioambiental. Ante este escenario, el liderazgo efectivo se erige como una competencia básica para el éxito personal y profesional, así como para el bienestar mundial.
No obstante, el liderazgo no es una habilidad congénita, sino que se puede adquirir y perfeccionar a través de una apropiada formación. Por ello, tener en cuenta y otorgar protagonismo al liderazgo juvenil y al desarrollo sostenible puede contribuir a transformar el mundo.
Estrategias educativas para lograr el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible
Las estrategias educativas para fomentar el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible deben enfocarse en aunar formación interdisciplinar (que busca la integración y la sinergia entre áreas de conocimiento), multidisciplinar (que se centra en el estudio independiente de varias disciplinas) y transversal. Se trata de planteamientos que unen conocimientos y métodos de múltiples ámbitos de conocimiento orientados a resolver un problema o una cuestión en concreto.
Podemos conseguir impulsar el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible mediante el aprendizaje por proyectos. Por ejemplo, mediante la realización de un proyecto sostenible los estudiantes deben trabajar las ciencias ambientales, la economía, la gestión de procesos, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, etc.
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El objetivo debe ser impulsar en los jóvenes el desarrollo de habilidades de análisis y la creatividad que potencien estrategias de resolución de problemas. Para que el proceso sea dinámico y participativo, el aprendizaje debe estar basado en proyectos globales, por ejemplo, uno que verse sobre el cambio climático donde estén implicados varios países.
Podemos incorporar también la gamificación, pues transforma el proceso de aprendizaje en una aventura donde los estudiantes son protagonistas en explorar, aprender y “triunfar” en su propio sendero educativo. El aprendizaje basado en retos y recompensas y la implementación de un programa de mentoría por pares, es decir, estudiantes de diferentes niveles académicos, contribuye a una formación más participativa e innovadora.
Por último, el aprendizaje experiencial, a través de una pasantía o de colaboraciones en voluntariados, con actividades artísticas y creativas, permite al alumnado formarse desde la práctica e identificar y gestionar sus emociones y desplegar su creatividad.
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Formación en desarrollo sostenible
Una adecuada planificación y puesta en marcha de una formación sólida en liderazgo juvenil y desarrollo sostenible se puede conseguir integrando diversas estrategias educativas:
La adaptación de los currículos para integrar los contenidos y competencias relacionadas con el liderazgo juvenil y el desarrollo sostenible en las diferentes asignaturas y niveles educativos. Pensemos, por ejemplo, en un proyecto innovador como el de cultivo subacuático para plantas terrestres. Los estudiantes pueden desarrollar su liderazgo al asumir roles activos, creativos y colaborativos, al enfrentarse a desafíos reales y generar impacto social y ambiental. De esta manera pueden comprobar que son capaces de promover el cambio hacia un futuro más sostenible para todos. El metaverso, o incluso las nuevas gafas de realidad virtual, son tecnologías que pueden fomentar la participación de los jóvenes en este proyecto, al permitirles acceder a escenarios virtuales que recrean las biosferas subacuáticas y colaborar con otros usuarios en la creación y el mantenimiento de los cultivos.
Emplear metodologías activas y participativas que fomenten el aprendizaje significativo y estratégico, el pensamiento crítico y la reflexión sobre los problemas globales y locales. Por ejemplo, participar en un proyecto innovador sobre bolsas biodegradables hechas con almidón de yuca, una planta cultivada en diversas regiones. La implicación se puede extender desde la búsqueda, selección y análisis de información hasta su diseño, divulgación y promoción del mismo. Con este plan, pueden desarrollar competencias transversales e interdisciplinares relacionadas con la resiliencia, la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el arte y las matemáticas (STEAM), así como con la comunicación, la creatividad, el trabajo en equipo y la conciencia ambiental.
El empleo de la realidad aumentada permite generar experiencias de aprendizaje sobre el desarrollo sostenible. Un ejemplo es el reciclaje de residuos orgánicos con dicha tecnología, que enseña a los jóvenes a crear compost y cómo cuidar el medio ambiente. También, su combinación con otras actividades como visitas a espacios naturales, para conocer la flora y la fauna locales. En estos casos, brindarles la oportunidad de plantear problemas y posibles soluciones, impulsa a que puedan crear valor a través de sus propias ideas y propuestas.
Para fusionar liderazgo juvenil y desarrollo sostenible es necesaria la colaboración entre los diferentes actores sociales, tanto a nivel nacional como internacional. Para ello, se pueden utilizar plataformas digitales que faciliten la comunicación, la coordinación y la cocreación entre los socios, utilizando herramientas innovadoras como la inteligencia artificial o el blockchain. Estas herramientas pueden crear experiencias de colaboración globales más diversas, interactivas y seguras, que promuevan la transparencia y la confianza entre los grupos de interés.
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Inspiración para los futuros líderes
La formación de calidad con una visión inspiradora es la que conseguirá que surjan futuros líderes que extiendan el conocimiento tanto su día a día como en las culturas organizativas.
Este tipo de formación es aplicable en los grados medios y superiores de Formación Profesional, pero también se pueden incorporar a los currículos de Primaria y Secundaria. Por ejemplo, con la puesta en marcha de ecoauditorías escolares, la creación de huertos escolares o la participación de estudiantes de primaria en la investigación sobre cómo la contaminación del aire, el agua y el suelo tiene un impacto en la salud de las personas y su implicación en campañas de concienciación o iniciativas para reducir la contaminación.
La formación temprana en liderazgo juvenil y desarrollo sostenible no solo prepara a los jóvenes para sus futuras carreras, sino que también los empodera como agentes de cambio en un mundo en constante transformación.
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