20 de abril de 2022

El propósito de la empresa y los ODS: generar valor sostenible

 por Moneda Única

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Generar valor sostenible es el concepto desarrollado en este último artículo escrito por Fernando Laviña-Richi para Moneda Única, de la serie de seis publicados con anterioridad, como reflexiones compartidas para la preparación de la ya próxima Semana de la Internacionalización 2022 (Madrid, 18 al 22 de abril).

En el marco de la XX edición de la feria IMEX se abordarán estas cuestiones dentro de su programa: los distintos aspectos de la sostenibilidad y la estrategia de internacionalización empresarial, incorporando otro elemento estratégico clave, el propósito de la empresa; es decir, la razón de ser de la empresa. 

En el contexto de los ODS, la empresa es el agente protagonista en la creación de valor, pero como se verá más adelante, también lo es en la gestión y distribución del valor generado.

El propósito de una empresa

El concepto del propósito de la empresa está evolucionando desde el foco o mirada (antes sólo se contemplaba la remuneración de los accionistas como medida del resultado de la empresa) a un concepto en que se mide también el efecto de la actividad empresarial en los resultados sociales y medioambientales

Desde este punto de vista, se considera que las empresas pueden tener un mayor éxito si adoptan un enfoque más amplio, que sea beneficioso tanto para los grupos de interés como para los accionistas. Las empresas pueden conseguir gestionar estos impactos que suponen un alcance más amplio de su cuenta de resultados, si tienen claro porqué existen, su razón de ser, su propósito, y éste integra valores de sostenibilidad.

Las empresas se enfrentan hoy en día a la elección de seguir centrándose en los rendimientos a corto-medio plazo o, en cambio, diferenciarse y considerar el beneficio de la sociedad en general para enfocar su estrategia de negocio hacia objetivos, a largo plazo, que aspiren a solucionar los retos más ambiciosos y afronten el bien común como la opción primordial de desarrollar un negocio sostenible en el tiempo.

Existe un vínculo claro e interdependencia entre la internacionalización sostenible y el éxito empresarial. Este vínculo se explicita en el propósito de la empresa, que es el pegamento que aglutina los grandes retos del desarrollo sostenible con la estrategia, la cultura, los valores, la misión y la senda de internacionalización de la empresa.

Ese vínculo está explícitamente expresado en la formulación de los ODS que reconocen: “El entorno empresarial actual se caracteriza por un mix creciente y complejo de riesgos y oportunidades como nunca se ha visto. Todo tu mercado puede ser transformado radicalmente en un corto espacio de tiempo por un sinfín de factores, ya sea una nueva tecnología o una escasez repentina de recursos naturales“.

La ventaja de la formulación de los ODS de Naciones Unidas es haber logrado un consenso entre la sociedad civil y las administraciones de distintos países, lo que sirve para abordar los retos económicos, sociales y medioambientales.

El verdadero éxito empresarial

Hoy en día existe un consenso generalizado en afirmar que que el éxito empresarial está ligado a las estrategias vinculadas con la sostenibilidad. Es decir, se reconoce el éxito al reconocer una creación de valor, y ese valor para ser sostenible debe contribuir al aumento de la riqueza, no sólo económica sino también a la riqueza ecológica.

Para sacar provecho de esta vinculación las empresas deben tener un propósito entendible que guie la estrategia empresarial. Que sirva de vínculo con los ODS mientras se define y ejecuta dicha estrategia. 

Generación de Valor

La generación de valor empresarial puede completarse con la generación de valor medioambiental y social. Y parece evidente que una actividad no puede ser sostenible s no tiene en cuenta los intereses de sus empleados, clientes, proveedores etc., y, sobre todo, que consuma recursos finitos.

Es bueno mantener un equilibrio entre las acciones y resultados a corto plazo y los compromisos a largo plazo, respondiendo a las expectativas de la sociedad. El propósito debe ser aplicado de forma consistente perdurando en el tiempo y trascendiendo a los cambios organizativos que se puedan producir.

El propósito es una condición necesaria pero no suficiente para la creación de valor, tanto para los grupos de interés de las empresas como para la sociedad en su conjunto. Para que se genere valor sostenible, ese propósito se tiene que desplegar, ejecutar y, en consecuencia, poder gestionarlo y medirlo (ya abordamos en otro artículo la necesidad de tener un marco aceptado para poder medir los impactos en términos medio ambientales y sociales de las actividades de la empresa).

Para responder de manera efectiva a los desafíos globales, todos, deben contribuir el sector público y sector privado. Es evidente que las empresas, ante estos desafíos, tienen un papel crítico contribuyendo al desarrollo económico proporcionando productos y servicios e influyendo en el progreso de la sociedad.

El papel de las empresas

Las pymes en España tienen todavía un camino que recorrer en su compromiso con objetivos sociales y medioambientales. La competencia internacional que hay en muchos sectores ya han incorporado estos compromisos, lo que se traduce en una mayor garantía de sostenibilidad de sus actividades y, en definitiva, de éxito a medio y largo plazo. 

Los objetivos de desarrollo sostenible sólo serán alcanzables con el compromiso del sector privado, que va demostrando su capacidad de involucrar a todos los grupos de interés de su actividad: empleados, consumidores, socios, reguladores e inversores.

La generación de valor a largo plazo y en consecuencia el éxito de los modelos de negocio (medidos por su impacto en términos económicos y también en términos sociales y medioambientales) son una derivada de una formulación más clara del propósito de la empresa. Como ya se ha expresado, éste se convierte en la fuerza que integra la estrategia, la cultura y el compromiso de la empresa con sus grupos de interés.

El éxito de la internacionalización y la sostenibilidad de la actividad son cada vez más interdependientes. La empresa debe asegurarse de que el entorno en el operan es sostenible y, además, necesitan un personal con talento al que hay que procurarle un ambiente saludable.

Como hemos visto en otro artículo, las empresas que están en la fase más avanzada de su proceso de desarrollo internacional forjan solidas alianzas con sus grupos de interés (proveedores, clientes, empleados etc.) a lo largo de toda la cadena de valor. Estas alianzas les permiten en el medio plazo ofrecer productos más competitivos derivados del ahorro en costes.

Crecimiento sostenible

Para beneficiarse completamente de la interdependencia entre el desarrollo sostenible y el éxito empresarial, las empresas deben articular un propósito claro, vinculado a los grandes retos del desarrollo sostenible y utilizarlo para dar forma a los planes y la cultura de la organización. 

Las actividades de las empresas en su estrategia internacional pueden tener un impacto claro ante los retos de la sostenibilidad gracias a la innovación. Las nuevas soluciones y métodos que una empresa desarrolla en un mercado son fácilmente replicable a otro mercado, contribuyendo a aumentar el impacto positivo de la solución y asegurando así la sostenibilidad a lo largo de la cadena de valor.

Fases para llegar al Crecimiento Internacional Sostenible.

Se produce una evolución gradual del propósito de la empresa. A medida que el éxito a largo plazo de las empresas y la generación de mayor impacto social y medioambiental se vuelven cada vez más interdependientes, las empresas empiezan a conectar explícitamente las actividades empresariales que realizan con su contribución al resto de la cadena de valor. 

Esta contribución no puede ser un subproducto del modelo de negocio, necesita ser una fuerza que ayude a impulsar la estrategia, la cultura y el compromiso de los distintos grupos de interés con la empresa; en definitiva, su propósito.

Generar valor sostenible

En este contexto aparece el análisis sobre la creación de valor, sobre la distribución del valor y, en definitiva, sobre lo que se viene a llamar nuevo capitalismo, en los que parecen otras consideraciones sobre distintos tipos de capital. 

Quizá es el modelo del World Economic Forum y su propuesta de desarrollo de métricas para medir el capitalismo y la creación de valor sostenible sea el que más se ha extendido. 

Esta iniciativa desarrolla los indicadores para medir desde cuatro enfoques: Planeta, Gente, Prosperidad y Gobierno. (Principales of Governance, Planet, People, Prosperity).

No es la única propuesta que avanza en este sentido. En otros artículos de esta serie ya hemos expuesto cómo la sostenibilidad vendrá determinada por el modelo de negocio en el que las actividades de la empresa acumulan recursos en vez de destruir o consumir recursos. Esto genera un flujo de acumulación de capital en cualquiera de sus vertientes: empresarial, medioambiental, (capital ecológico) y social. 

En el grafico se observa cómo se interrelacionan todos los elementos y cómo las actividades exógenas y endógenas de la empresa contribuyen a generar valor; no habrá posibilidad de progreso si no hay creación de riqueza; el propósito de la empresa y los ODS.

Vemos también cómo aparecen los recursos intangibles, que tal y como hemos comentado en otros artículos, son los más complejos a la hora de gestionar. Pero indudablemente son recursos que contribuyen en algunos sectores de manera clara a la formación de las distintas formas de riqueza, (capital). Al final vemos cómo la actividad empresarial aumenta el stock de riqueza, y esta tiene una triple consideración.

Capital Empresarial, Medioambiental y Social.

Aparece de forma clara el componente de la innovación y la tecnología que forma parte del proceso de crear impacto y favorecer la creación de riqueza en cualquiera de sus tres formas. Aquellas empresas que tienen un mayor grado de internacionalización, tienen un mayor reto dado que a los tres grandes elementos de gestión: crear valor, gestionar valor y distribuir valor, tiene que añadirse el componente geográfico.

Crear, gestionar y distribuir Valor

Hay mucho todavía que analizar sobre estos elementos de creación de valor desde la óptica de la internacionalización y sostenibilidad y mucho que discutir sobre la forma distribuir y compartir dicho valor, especialmente en el equilibrio necesario que hay que tener con los distintos grupos de interés: empleados, clientes, proveedores comunidad, administración etc. 

Desde el punto de vista de los accionistas, que para que un negocio sea sostenible primero tiene que ser negocio, ¿o no?…, si nos fijamos en el enfoque que se adopta en Japón como una suerte de Código Ético (shuchu kiyaku) las empresas deben pensar no sólo en su beneficio sino también en el beneficio de la sociedad.

Del ecodiseño al diseño sostenible

 El ecodiseño consiste en una metodología que considera acciones orientadas a la mejora ambiental del producto o servicio en todas las etapas de su ciclo de vida, desde su creación en la etapa conceptual hasta su tratamiento como residuo, mientras que el diseño sostenible supone, como ya sabemos, un paso más hacia un estilo de vida sostenible.

El ecodiseño es un gran paso que da pie a la implantación del diseño sostenible, que abarca todo el ciclo de vida del producto o servicio, y que tiene en cuenta otros conceptos más allá del medio ambiente

Por tanto, el ecodiseño da lugar a productos y servicios realizados con menos recursos, siendo éstos renovables y reciclados, evitando materiales peligrosos, y con componentes que tienen mayor duración y son más fáciles de mantener, reparar, actualizar y reciclar.

En el ecodiseño se pueden distinguir 2 enfoquesel rediseño de productos con el objetivo de conseguir mejoras de productos existentes, y el diseño de nuevos productos que sean eficientes en cuanto a recursos y que puedan ser reparados, actualizados y reciclados.

Para adentrarse en esta disciplina ecointeligente es importante considerar las siguientes 10 diez reglas del ecodiseño:

  1. No utilizar sustancias tóxicas, y en el caso de que se empleen materiales peligrosos que no puedan ser evitados, éstos deben ser mantenidos en ciclos estrictamente cerrados.
  2. Minimizar el consumo de energía y de recursos, tanto en la fase de producción como en la fase de transporte, a través de la mejora de la gestión interna.
  3. Aprovechar las posibilidades estructurales del producto y de los materiales para minimizar el peso del producto, sin comprometer su funcionalidad, flexibilidad o solidez.
  4. Minimizar el consumo de energía y de recursos durante la vida útil del producto.
  5. Promover sistemas de reparación y actualización, especialmente para productos que dependen de un sistema operativo, como es el caso de ordenadores y los dispositivos móviles.
  6. Promover larga duración para los productos, especialmente para productos con mayores impactos ambientales significativos después de la vida útil del producto.
  7. Invertir en materiales de calidad, tratamientos de acabado o arreglos estructurales para proteger a los productos de la suciedad, corrosión y desgaste, dando larga vida así como un bajo mantenimiento.
  8. Facilitar la actualización, reparación y reciclaje, a través de facilidad de acceso a repuestos, etiquetado legible y manuales.
  9. Promover la actualización, reparación y reciclaje, utilizando pocos materiales, simples, reciclados, no mezclados, y evitando aleaciones.
  10.  Utilizar el mínimo de elementos de unión y tener en cuenta diferentes impactos ambientales del uso de tornillos, soldaduras, encajes y bloqueos.

El ecodiseño surge a mediados de la década de los noventa del siglo pasado en Centroeuropa, y se trata de una primera aproximación que proporciona una metodología y ejemplos para las organizaciones que quieren ofrecer al mercado productos y servicios responsables con el medio ambiente.

Mobiliario plegable realizado con materiales ecointeligentes

Aunque no se puede negar la utilidad del ecodiseño, se echa de menos propuestas que tengan en cuenta la sostenibilidad de manera completa en sus 3 vertientes más difundidas, es decir, unir a la sensibilidad medioambiental, las facetas económica y social.

Así, el diseño sostenible va más allá de cómo hacer verde un producto, y trata de cómo satisfacer de la mejor manera las necesidades del consumidor en los niveles social, ambiental y económico.

Ello no sólo incluye al producto individual sino también al sistema de productos y servicios relacionados, que de manera conjunta son capaces de cumplir con las necesidades del consumidor responsable de manera más eficiente y con un valor más alto tanto para las empresas como para los consumidores.

Para ser sostenible, la innovación del producto debe trabajar en diferentes marcos relacionados con las personas, el medio ambiente y la economía, donde se incluyan expectativas sociales, distribución equitativa de valor a lo largo de la cadena de valor global y capacidad de carga de los ecosistemas que lo respalden.

Algunos de los retos del diseño sostenible con respecto al triple balance son los siguientes:

En el aspecto económico:

  • Crear valor para la compañía y los accionistas
  • Crear valor para los clientes
  • Modelo de negocio justo
  • Participación justa y vinculación con las cadenas de valor globales
  • Vinculación de pequeñas y medianas empresas en los países en vías de desarrollo con multinacionales
  • Precio justo para bienes y materias primas
  • Propiedad y oportunidades de crédito para emprendedores.

En el aspecto social:

  • Reducir el desempleo urbano y de las minorías
  • Mejorar las condiciones de trabajo, seguridad y bienestar
  • Aceptar e integrar a las minorías
  • Reducir la desigualdad de rentas
  • Aumentar el número de trabajadores cualificados
  • Abolir el trabajo infantil
  • Reducir el analfabetismo
  • Proporcionar servicios básicos de salud
  • Proporcionar agua potable
  • Reducir el crecimiento de la población
  • Mejorar el estatus de las mujeres
  • Adoptar estándares de empleo internacionales
  • Incrementar las oportunidades sociales y la interacción comunitaria
  • Abolir la marginación a gran escala de la gente

Y en el aspecto ambiental:

  • Reducir el uso de energía procedente de combustibles fósiles
  • Empleo de energía procedente de fuentes renovables
  • Incrementar la eficiencia energética
  • Reducir el uso de sustancias tóxicas
  • Limpiar los lugares contaminados
  • Mejorar el nivel de prevención de residuos, reciclaje y reutilización
  • Reducir y tratar emisiones industriales
  • Reducir la cantidad de residuos en el agua y promover su tratamiento
  • Detener la sobreexplotación de recursos no renovables y del agua
  • Detener la deforestación, pérdida de suelo, erosión y destrucción de ecosistemas
  • Reducir la combustión de madera y estiércol.
ACV y su marco normativo

En resumen, el ecodiseño es un gran paso para las organizaciones que da pie a la implantación del diseño sostenible, que abarca todo el ciclo de vida del producto o servicio desde una perspectiva de 360 grados, y que tiene en cuenta otros conceptos más allá del medio ambiente, siendo la responsabilidad y la éticaingredientes fundamentales.

El hielo marino de la Antártida marca un récord de descenso histórico

 Puede que el hielo del Ártico esté desapareciendo pero hasta no hace mucho en la Antártida ocurría lo contrario. Sin embargo, en febrero esa tendencia se rompió y la extensión de hielo en el hemisferio sur registró un mínimo histórico, el segundo en cinco años.

Según los datos de satélite, la extensión del hielo marino de la Antártida estaba por debajo de los 2 millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde que comenzaron las observaciones de los polos desde el espacio, en 1978.

Este martes, en un artículo publicado en Advances in Atmospheric, un equipo de investigadores de la Universidad Sun Yat-sen y del Laboratorio de Ciencias Marinas e Ingeniería del Sur de Guangdong (Zhuhai), en China, ha analizado este suceso en busca de sus causas, aunque siguen sin estar claras.

Hielo marino

En los últimos años, el calentamiento global está provocando un rápido declive en la extensión del hielo marino en el Ártico, pero hasta ahora, en el otro polo de la Tierra, el hielo antártico ha aumentado cerca del uno por ciento por década desde finales de 1970.

En 2017 esta tendencia se rompió y el hielo marino del hemisferio sur registró su mínimo histórico que ahora, cinco años después, se ha repetido.

El 25 de febrero de 2022, al final del verano en el hemisferio sur, los datos mostraron que había una cantidad de hielo significativamente inferior a la normal en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el mar de Weddell y el sector occidental del océano Índico.

Además, en toda la región, la extensión del hielo marino era un 30% inferior a la media del período de referencia de tres décadas 1981-2010.

En los últimos años se han propuesto muchas causas para explicar la variabilidad del hielo marino antártico, pero todavía no hay consenso científico y el fenómeno sigue siendo teórico y sin explorar.

La aparición de un nuevo mínimo en la extensión del hielo marino en un periodo de tiempo tan corto llevó a los investigadores chinos a estudiar qué había pasado y por qué.

Tras analizar los datos del satélite observaron que en verano la termodinámica domina los procesos que provocan el deshielo del mar produciendo anomalías en el transporte de calor hacia el polo en los mares de Bellingshausen/Amundsen, el océano Pacífico occidental y el mar de Weddell oriental, en particular.

También crecen la radiación infrarroja global, la luz, la temperatura y el albedo (la «blancura» de una superficie. Cuanto más blanca es, mayor es la reflexión de dicha radiación, y cuanto más oscura, mayor es la absorción).

«El hielo marino es más blanco que el mar oscuro no congelado, por lo que hay menos reflexión del calor y más absorción, lo que a su vez produce un círculo vicioso que derrite más hielo marino y produce más absorción de calor», explica el climatólogo y coautor del estudio Qinghua Yang.

Sin embargo, en primavera, tanto la termodinámica como la dinámica contribuyen al estado de la extensión del hielo marino.

Los autores apuntaron que, según los datos de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), el nuevo récord de extensión del hielo marino antártico coincidió con dos fenómenos climatológicos: La Niña y un Modo Anular Sur (SAM) positivo.

El SAM es un cinturón de fuertes vientos del oeste o de bajas presiones que rodea el continente y se desplaza hacia el norte o el sur, mientras que La Niña describe un patrón meteorológico de potentes vientos que soplan con fuerza el agua cálida de la superficie del océano desde Sudamérica hasta Indonesia, en los trópicos. 

Estos dos fenómenos inciden sobre la baja del Mar de Amundsen (ASL), un centro de baja presión atmosférica sobre el extremo sur del Océano Pacífico y frente a la costa de la Antártida Occidental.

Por tanto, «si la variabilidad tropical tiene tanto impacto, ese es el lugar que hay que estudiar», concluye Jinfei Wang, coautor del trabajo. EFEverde

protocolo de madridRecurso de archivo. EFE/Felipe Trueba


¿Podemos purificar el aire y eliminar los contaminantes de las ciudades?

 Cada día hay más noticias relacionadas con la contaminación atmosférica de las ciudades en las que vivimos. Es un problema que no afecta solo a las grandes urbes donde hay un volumen importante de coches e industrias, sino también a ciudades pequeñas y medianas en las que se dan otros condicionantes climáticos. 

La ONU calcula que entre 6 y 7 millones de personas mueren cada año de forma prematura debido a la contaminación. Y que un 90 % de la población mundial respira aire contaminado.

La contaminación atmosférica es un problema global al que debemos plantar cara entre todos y desde todos los frentes posibles.

Cómo eliminar la contaminación en las ciudades

La mejor forma de eliminar la contaminación en las ciudades es no produciéndola. Esto implica minimizar todas las actividades que producen contaminación, principalmente por el uso de combustibles fósiles. 

Las medidas incluirían limitar el uso del vehículo particular y favorecer el transporte colectivo, impulsar proyectos para mejorar las viviendas para conseguir casas más eficientes y que permitan un menor uso de energía sin perder el confort y actualizar los sistemas de climatización.

Todas estas acciones son deseables para conseguir un aire limpio, pero están condenadas al fracaso ya que o bien son caras y nunca es el momento adecuado para realizar la inversión o simplemente no se adaptan a nuestro ritmo de vida. En definitiva, no existe una concienciación suficiente de los ciudadanos ni las autoridades en este sentido.

Principales contaminantes en el aire urbano

Los principales contaminantes del aire son el monóxido y dióxido de carbono, los gases de nitrógeno, más conocidos como NOₓ, el ozono a nivel de suelo, el dióxido de azufre, las partículas pequeñas menores de 10 y 2,5 micras (PM10 y PM2,5) y los hidrocarburos.

Esa boina gris o naranja que se observa sobre las grandes ciudades a medida que nos acercamos es la forma en que la contaminación atmosférica del aire en entornos urbanos se muestra ante nuestros ojos.

Vista de la contaminación en el cielo de Madrid. Gaelx / FlickrCC BY-SA











Pero ¿podemos hacer algo para purificar el aire de las ciudades sin cambiar nuestra forma de vivir?

La respuesta es sí. Existe una tecnología que permite minimizar ciertos contaminantes que se concentran en las ciudades (principalmente los gases de nitrógeno y los hidrocarburos) y que tiene como fuente de energía al sol: es la denominada fotocatálisis.

La fotocatálisis consiste en llevar a cabo determinadas reacciones químicas en las que el reactivo es el propio contaminante que se degrada por la presencia de un fotocatalizador (semiconductor) y del sol. Podemos utilizarla para purificar el aire de las ciudades durante el día.

Fotocatálisis: ¿cómo funciona?

Esta tecnología se basa en el desarrollo de una serie de materiales denominados semiconductores que, cuando entran en contacto con el contaminante y reciben la luz del sol, provocan que este se descomponga en otros componentes. 

Un aspecto importante a tener en cuenta es cómo actúa este material sobre un contaminante concreto, es decir, la eficiencia que tiene para eliminarlo. Pero más importante aún es determinar cuáles son esos otros compuestos en los que se transforma el contaminante. 

Veámoslo con un ejemplo. El monóxido de nitrógeno (NO) es un contaminante muy tóxico. Cuando tratamos de eliminarlo por fotocatálisis, según el material semiconductor que usemos, obtendremos la degradación total hasta nitrato (NO₃-), que es inocuo, o bien la degradación parcial a dióxido de nitrógeno (NO₂), que es cuatro veces más contaminante que el primero. Cuando la degradación es total se dice que el material es selectivo. Por tanto, no solo es importante la eficiencia del material que se utiliza, sino también cómo de selectivo es.

El material más utilizado es el dióxido de titanio, pero tiene varios inconvenientes. El principal es que solo aprovecha un 4 % de la luz que nos llega, pues solo funciona con la fracción ultravioleta de la radiación solar. 

No obstante, existe hoy en día un gran interés por parte de la comunidad científica en el desarrollo de materiales alternativos al dióxido de titanio. En este sentido, los grupos de investigación FQM 175 y 214 de la Universidad de Córdoba colaboramos en el desarrollo de nuevos materiales, más baratos, sostenibles, con posibilidad de trabajar con todo el espectro solar y con un comportamiento mucho mejor tanto desde el punto de vista de la eficiencia como de la selectividad. 

Estamos trabajando con hidróxidos dobles laminares diseñados a medida para cada aplicación. Estos materiales, también conocidos como compuestos tipo hidrotalcita, se encuentran en la naturaleza, pero también se pueden preparar en el laboratorio de una forma simple. Presentan una estructura laminar muy versátil que nos permite conseguir fotocatalizadores de altas prestaciones y bajo coste.

Aunque con lo que hemos comentado lo lógico sería pensar que por la noche no se puede hacer nada porque no hay sol, ya se están desarrollando materiales con capacidad para actuar durante un tiempo en oscuridad. Es lo que se denomina fotocatálisis persistente.

¿Dónde podemos encontrar estos materiales?

Fundamentalmente, se están aplicando como materiales de construcción en forma de recubrimientos, pero también existen numerosas aplicaciones como pinturas o tratamientos superficiales.

Desgraciadamente, el uso de este tipo de sustancias no se encuentra muy extendido fundamentalmente por dos motivos. El primero es que son productos caros para el sector de la construcción y, en segundo lugar, porque no existe una apuesta real de uso de esta tecnología por parte de las Administraciones Públicas.