El ecodiseño consiste en una metodología que considera acciones orientadas a la mejora ambiental del producto o servicio en todas las etapas de su ciclo de vida, desde su creación en la etapa conceptual hasta su tratamiento como residuo, mientras que el diseño sostenible supone, como ya sabemos, un paso más hacia un estilo de vida sostenible.
Por tanto, el ecodiseño da lugar a productos y servicios realizados con menos recursos, siendo éstos renovables y reciclados, evitando materiales peligrosos, y con componentes que tienen mayor duración y son más fáciles de mantener, reparar, actualizar y reciclar.
En el ecodiseño se pueden distinguir 2 enfoques: el rediseño de productos con el objetivo de conseguir mejoras de productos existentes, y el diseño de nuevos productos que sean eficientes en cuanto a recursos y que puedan ser reparados, actualizados y reciclados.
Para adentrarse en esta disciplina ecointeligente es importante considerar las siguientes 10 diez reglas del ecodiseño:
- No utilizar sustancias tóxicas, y en el caso de que se empleen materiales peligrosos que no puedan ser evitados, éstos deben ser mantenidos en ciclos estrictamente cerrados.
- Minimizar el consumo de energía y de recursos, tanto en la fase de producción como en la fase de transporte, a través de la mejora de la gestión interna.
- Aprovechar las posibilidades estructurales del producto y de los materiales para minimizar el peso del producto, sin comprometer su funcionalidad, flexibilidad o solidez.
- Minimizar el consumo de energía y de recursos durante la vida útil del producto.
- Promover sistemas de reparación y actualización, especialmente para productos que dependen de un sistema operativo, como es el caso de ordenadores y los dispositivos móviles.
- Promover larga duración para los productos, especialmente para productos con mayores impactos ambientales significativos después de la vida útil del producto.
- Invertir en materiales de calidad, tratamientos de acabado o arreglos estructurales para proteger a los productos de la suciedad, corrosión y desgaste, dando larga vida así como un bajo mantenimiento.
- Facilitar la actualización, reparación y reciclaje, a través de facilidad de acceso a repuestos, etiquetado legible y manuales.
- Promover la actualización, reparación y reciclaje, utilizando pocos materiales, simples, reciclados, no mezclados, y evitando aleaciones.
- Utilizar el mínimo de elementos de unión y tener en cuenta diferentes impactos ambientales del uso de tornillos, soldaduras, encajes y bloqueos.
El ecodiseño surge a mediados de la década de los noventa del siglo pasado en Centroeuropa, y se trata de una primera aproximación que proporciona una metodología y ejemplos para las organizaciones que quieren ofrecer al mercado productos y servicios responsables con el medio ambiente.
Aunque no se puede negar la utilidad del ecodiseño, se echa de menos propuestas que tengan en cuenta la sostenibilidad de manera completa en sus 3 vertientes más difundidas, es decir, unir a la sensibilidad medioambiental, las facetas económica y social.
Así, el diseño sostenible va más allá de cómo hacer verde un producto, y trata de cómo satisfacer de la mejor manera las necesidades del consumidor en los niveles social, ambiental y económico.
Ello no sólo incluye al producto individual sino también al sistema de productos y servicios relacionados, que de manera conjunta son capaces de cumplir con las necesidades del consumidor responsable de manera más eficiente y con un valor más alto tanto para las empresas como para los consumidores.
Para ser sostenible, la innovación del producto debe trabajar en diferentes marcos relacionados con las personas, el medio ambiente y la economía, donde se incluyan expectativas sociales, distribución equitativa de valor a lo largo de la cadena de valor global y capacidad de carga de los ecosistemas que lo respalden.
Algunos de los retos del diseño sostenible con respecto al triple balance son los siguientes:
En el aspecto económico:
- Crear valor para la compañía y los accionistas
- Crear valor para los clientes
- Modelo de negocio justo
- Participación justa y vinculación con las cadenas de valor globales
- Vinculación de pequeñas y medianas empresas en los países en vías de desarrollo con multinacionales
- Precio justo para bienes y materias primas
- Propiedad y oportunidades de crédito para emprendedores.
En el aspecto social:
- Reducir el desempleo urbano y de las minorías
- Mejorar las condiciones de trabajo, seguridad y bienestar
- Aceptar e integrar a las minorías
- Reducir la desigualdad de rentas
- Aumentar el número de trabajadores cualificados
- Abolir el trabajo infantil
- Reducir el analfabetismo
- Proporcionar servicios básicos de salud
- Proporcionar agua potable
- Reducir el crecimiento de la población
- Mejorar el estatus de las mujeres
- Adoptar estándares de empleo internacionales
- Incrementar las oportunidades sociales y la interacción comunitaria
- Abolir la marginación a gran escala de la gente
Y en el aspecto ambiental:
- Reducir el uso de energía procedente de combustibles fósiles
- Empleo de energía procedente de fuentes renovables
- Incrementar la eficiencia energética
- Reducir el uso de sustancias tóxicas
- Limpiar los lugares contaminados
- Mejorar el nivel de prevención de residuos, reciclaje y reutilización
- Reducir y tratar emisiones industriales
- Reducir la cantidad de residuos en el agua y promover su tratamiento
- Detener la sobreexplotación de recursos no renovables y del agua
- Detener la deforestación, pérdida de suelo, erosión y destrucción de ecosistemas
- Reducir la combustión de madera y estiércol.
En resumen, el ecodiseño es un gran paso para las organizaciones que da pie a la implantación del diseño sostenible, que abarca todo el ciclo de vida del producto o servicio desde una perspectiva de 360 grados, y que tiene en cuenta otros conceptos más allá del medio ambiente, siendo la responsabilidad y la éticaingredientes fundamentales.
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