El consumo colaborativo se refiere a una cultura económica que se basa en el intercambio de bienes y servicios, aprovechando esencialmente las nuevas plataformas digitales. Estamos hablando específicamente de Compartir, intercambiar, prestar, regalar o alquilar haciendo uso de las nuevas tecnologías en comunicación.
Esta nueva tendencia económica se basa principalmente en la reputación individual, la comunidad y la sostenibilidad en contraste con el modelo tradicional de crédito, publicidad y propiedad individual. Generalmente, esta cultura se basa en sistemas de productos, nuevos mercados de redistribución y en un estilo de vida colaborativo.
Sistema de productos.
En este caso nos referimos cuando usamos un producto del cual no somos propietarios. Los mejores ejemplos de estos son aquellos sistemas que se han popularizado como el carsharing o alquiler de autos personales por horas, inclusive el carpooling o copropiedad de los automóviles.
Mercado de redistribución.
En este punto hablamos particularmente del mercado de compra-venta o intercambio de productos usados. En la actualidad existe un buen número de servicios online que promueven estas prácticas.
Estilo de vida colaborativo.
Este estilo de vida corresponde a personas que se adecuan a compartir experiencias y proyectos. Algunos ejemplos de esta tendencia son esos grupos de viajeros que se han popularizado, el crowdfunding, coworking y otros.
De estos casos mencionados, uno que ha tomado gran fuerza gracias a las plataformas digitales es particularmente el Crowdfuning, que vino a reemplazar a los bancos e instituciones financieras como la única alternativa de financiamiento para iniciar un proyecto empresarial o personal.
En la actualidad, la financiación colectiva le ha abierto la puerta a ciento de emprendedores y personas con problemas específicos que han recibido ayuda de grandes grupos colectivos.
Algunos ejemplos de plataformas de financiación colectiva son:
Ventajas del consumo colaborativo.
Antes que nada podemos hablar de la ventaja más obvia, el ahorro, ya que si varias partes intervienen en el proceso de compra y se comparte una propiedad de un artículo o un servicio se pueden obtener mejores precios netos.
La mayoría de estos sistemas de consumo colaborativo no tienen fin lucrativo, por lo que su objetivo principal es unir y relacionar a personas con un perfil social parecido y que puedan compartir intereses y experiencias agradables.
Es un sistema que recompensa la confianza y la reputación, logrando conformar comunidades de personas responsables y aislando a aquellas que busquen solo el beneficio propio.
Estos sistemas colaborativos son sumamente ecológicos, reduciendo notablemente la cantidad de recursos necesitados para complacer las necesidades de las personas.
Como conclusión podemos aseverar que los modelos de consumo colaborativos van a seguir creciendo en popularidad y eficiencia, ayudando a la sostenibilidad económica y a reducir el impacto social en el medio ambiente.
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