Mientras que a diario las noticias que nos llegan sobre los bosques del planeta son a menudo sobre la deforestación y la pérdida de hábitat de nuestro planeta, una investigación publicada en Nature Climate Change muestra que el mundo, en realidad, es más verde en la última década.
A pesar de la deforestación imparable en América del Sur y el Sudeste de Asia, se encontró que la disminución en estas regiones se ha compensado con la recuperación de los bosques fuera de los trópicos, y el nuevo crecimiento en las sabanas más secas de África y Australia.
Las plantas absorben alrededor de un cuarto del dióxido de carbono que las personas liberamos a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles. Más plantas pueden significar una mayor absorción de dióxido de carbono. Si es así, esto retardará pero no detendrá el cambio climático.
Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre el tiempo que las plantas podrán mantener el ritmo de nuestras crecientes emisiones en un clima más cálido.
Medición de Carbono en Plantas.
Han desarrollado una nueva técnica para trazar los cambios en la biomasa vegetal utilizando las mediciones por satélite de los cambios en la radiación de radiofrecuencia emitida por la superficie de la Tierra, una técnica llamada microondas de teledetección pasiva. La radiación varía con la temperatura, la humedad del suelo y el agua sobre la biomasa vegetal.
Se extrajo información sobre la vegetación de varios satélites y las fusionaron en una serie de tiempo de las dos últimas décadas. Esto les permitió rastrear los cambios globales en la biomasa mes a mes, algo que antes no era posible.
En el período comprendido entre los años 2003-12, se encontró que la cantidad total de vegetación sobre el planeta se ha incrementado en cerca de 4 millones de toneladas de carbono. Aún perdiendo selvas tropicales, pero ganando en bosques en otros lugares.
El análisis global muestra pérdidas de vegetación en muchas regiones, en particular en América del Sur y el Sudeste de Asia.
Como era de esperar, los mayores descensos han estado en los vastos bosques amazónicos. En el sudeste asiático, encontramos los descensos más pronunciados en las provincias indonesias de Sumatra y Kalimantan – la parte indonesia de Borneo.
Sin embargo, encontramos que estas pérdidas en la selva tropical han sido compensadas por el aumento de la biomasa en otras partes del mundo.
Por ejemplo, los bosques han vuelto a crecer espontáneamente en tierras agrícolas abandonadas después de la caída del comunismo en Rusia y sus países vecinos, mientras que los proyectos de plantación de árboles a gran escala en China han añadido una gran biomasa global. Esta media más o menos compensa la pérdida de carbono por la deforestación tropical.
Asimismo, se encontró inesperadamente grandes aumentos de vegetación en las sabanas de Australia, África, y América del Sur.
En promedio, Australia es “más verde” de lo que era hace dos décadas. Esto a pesar de desmonte en curso, la urbanización y las recientes sequías en algunas partes del país.
Sin embargo, el aumento en la vegetación no ha sido uniforme. Los mayores incrementos se encuentran en el norte de Australia, con menores incrementos en el sur y una pequeña disminución en el sureste.
Estas tendencias parecen explicarse principalmente por los patrones de lluvia: el norte de Australia ha estado recibiendo más agua y el sudeste ha estado seca. Este patrón se prevé que continúe de acuerdo a las más recientes proyecciones de cambio climático de la CSIRO y la Oficina de Meteorología.
La vegetación del mundo juega un papel importante en la lucha contra el cambio climático. Cerca de un cuarto de todas las emisiones de carbono de las actividades humanas son eliminadas por la vegetación terrestre.
Sin embargo, queda por ver cómo el aumento de la variabilidad climática que acompaña el cambio climático afectará en el futuro. Esto es particularmente importante para los ecosistemas estacionalmente secos que sufren de incendios.
En general, el estudio proporciona evidencias sobre el aumento global de la vegetación.
Pero esto no es suficiente, la vegetación terrestre elimina un cuarto de las emisiones de carbono que genera la humanidad, los océanos mundiales eliminan de otro cuarto, esto significa que la mitad de nuestras emisiones de CO2 se acumulan en la atmósfera. La reducción en las emisiones de los combustibles fósiles a nivel mundial, se plantea como única alternativa real para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias. Esperemos que no sea tarde.
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