Se podrían invertir más de 10.000 millones de euros en modelos productivos basados en la bioeconomía a lo largo de esta década, lo cual permitiría contribuir sustancialmente a los objetivos de las políticas medioambientales, energéticas, transporte sostenible, economía circular, reindustrialización, reto demográfico y transición justa. Senasa, Naturgy, Repsol, Ence, Univ. Almería, Instituto de la Grasa (CSIC) y Urbaser proponen modelos productivos sostenibles y socioeconómicamente tractores basados en la biomasa para descarbonizar la aviación, generar biometano de forma distribuida, integrar bioprocesos en refinerías, generar bioenergía y bioproductos a partir de biomasa forestal, producir microalgas, aprovechar integralmente los subproductos del olivar y desarrollar biorrefinerías de residuos urbanos.
La bioeconomía podrá jugar un papel fundamental en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno ya que cuenta con una enorme capacidad para generar valor añadido medioambiental, socioeconómico, energético e industrial en los territorios. Así lo ha manifestado la coordinadora de BIOPLAT Margarita de Gregorio en un webinar organizado por la misma organización este martes 27 de abril sobre los modelos productivos sostenibles basados en la biomasa.
“Se podrían invertir más de 10.000 millones de euros en modelos productivos basados en la bioeconomía a lo largo de esta década, lo cual permitiría contribuir sustancialmente a los objetivos de las políticas medioambientales, energéticas, economía circular, reindustrialización, reto demográfico y transición justa”, ha expresado De Gregorio, quién, a su vez, ha lamentado la infrautilización de todo tipo de recursos biomásicos en España pese a ser una de las potencias europeas. “Contamos con una superficie forestal de 27.664.674 hectáreas (57% del total) y somos el primer productor mundial de aceite de oliva y el primer productor europeo de ganado porcino”, ha señalado.
Y es que la masa crítica, la necesidad y la oportunidad para desarrollar e implementar la bioeconomía en los territorios existe, solo que hacen falta directrices y políticas que apoyen su implementación. “La biomasa y la bioeconomía no fallan, son una apuesta segura para España porque inducen valiosos impactos en los territorios”, ha asegurado la coordinadora de BIOPLAT.
El encuentro ha abarcado todo el sector de la bioeconomía, desde los biocombustibles para la aviación hasta las biorrefinerías, pasando por la gestión de la materia orgánica de los residuos y la producción de microalgas.
En la actualidad, uno de los objetivos principales del sector de la aviación es la descarbonización, que se podría lograr gracias a los SAF o combustibles sostenibles. Estos “reducirían las emisiones entre un 65% y un 85%”, tal y como ha apuntado Daniel Brousse, técnico experto de Senasa. Además, ha remarcado que la situación actual para el desarrollo de este tipo de combustibles es bastante favorable: “En el artículo 11 de la Ley Climática de España se hace referencia a los combustibles sostenibles y a nivel europeo se está llevando a cabo la iniciativa REFUELEU, que pretende establecer el marco para la implantación de un objetivo de SAF anual”.
Por su parte, Juan Carlos Bernal, del proyecto Biometano de Naturgy, ha señalado que “los gases renovables son vectores necesarios para cumplir con los objetivos climáticos». Es más, tal y como ha revelado, “el potencial total de producción de gas renovable puede llegar a representar un 57% de la demanda total de gas natural».
El objetivo de cero emisiones netas que persiguen tanto la Comisión Europea como el Gobierno español con la reciente aprobación de la Ley de Cambio Climática es un compromiso que han adquirido empresas del sector como es el caso de Repsol, que ha logrado ser la primera petrolera del mundo en asumir este reto para 2050. Según Rubén Miravalles, del equipo Technology & Corporate Venturing de la compañía, es “fundamental integrar los bioprocesos en refinerías convencionales” para alcanzar dicho objetivo. Eso sí, ve necesario el establecimiento de colaboraciones de asociaciones y empresas.
La biomasa, eje de la bioeconomía
Como ya ha mencionado Margarita de Gregorio en su intervención, España es un país rico en biomasa forestal y Ence, Energía y Celulosa, trabaja para transformarla en bioenergía y bioproductos. “Utilizamos la madera para transformarla en productos biodegradables y reciclables, contribuyendo a la gestión sostenible del monte, la reducción de incendios y la fijación de empleo rural”, ha comentado Inés Díaz del Río, encargada de las Relaciones Institucionales de la compañía. La ponente ha incidido en la necesidad de reorientar el modelo productivo hacia uno más circular para aprovechar al máximo los subproductos generados durante el proceso de conversión.
En cuanto a las biomasas agrícolas, se encuentran las microalgas, “un sector en plena expansión”, según Gabriel Acién. El catedrático de la Universidad de Almería ha indicado que parte del crecimiento se debe a la aceptación de los consumidores ya que «todo el mundo considera a las algas seguras, verdes y sostenibles».
Sostenible es también el aprovechamiento íntegro de los subproductos del olivar. Guillermo Rodríguez, del Instituto de la Grasa (CSIC), entidad referente en el sector del aceite de oliva y de la aceituna de mesa, ha hablado sobre el potencial de estos subproductos y de las oportunidades que ofrecen, así como de la necesidad de «establecer sinergias entre procesos para disminuir al máximo los residuos que se generan en la biorrefinería”, un nuevo concepto de refinería que, en vez de utilizar combustibles fósiles como materia prima, emplea biomasa.
En Urbaser están trabajando en un nuevo modelo de biorrefinería para gestionar los residuos sólidos urbanos de la manera más integral y sostenible posible. “El nuevo modelo permite cerrar el ciclo de los materiales, contribuyendo a conseguir el vertido cero, convirtiendo los residuos en productos de valor añadido y aumentando los ingresos”, ha apuntado Natalia Alfaro, que ha concluido la jornada indicando que “el nuevo modelo de biorrefinería es la solución a futuro para la gestión de los residuos orgánicos municipales”.
España es el tercer país europeo en recursos absolutos de biomasa, por lo que las directrices y las políticas palanca del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia deberían contar con estos modelos para impulsar la bioeconomía y los valiosos impactos positivos que induce. Sin duda, esta será una apuesta segura para la recuperación de los territorios.
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