Se trata de un dato que la UPC ha obtenido tras una amplia revisión bibliográfica sobre las investigaciones realizadas hasta ahora en relación al ahorro de emisiones que representa la reutilización de la ropa.
La universidad ha destacado que la cifra modifica las estimaciones que hasta ahora proponía la Unión Europea (UE) y que “apuntaban a un ahorro de solo 3,169 kg de CO2 por kilo de ropa reutilizada”.
Composición de las fibras
La revisión bibliográfica se ha llevado a cabo en el marco de una investigación del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER) de la UPC, que ha consistido en analizar la composición de las fibras de cerca de 550 kilos de ropa procedente de contenedores de la Fundación “Formación y Trabajo”.
La caracterización se ha llevado a cabo gracias una metodología innovadora consistente en triturar las piezas de ropa y uniformizar la mezcla y el resultado ha permitido determinar la composición de los productos textiles, ha indicado la UPC.
Según el documento, del total de ropa usada, el 62 % de las piezas es reutilizable y el 37 %, reciclable.
Respecto a las fibras con las que están fabricadas las piezas, el estudio concluye que predomina el algodón, que en un 50 % de los casos es reciclable y un 60 % es reutilizable, y le sigue el poliéster, que es tanto reciclable como reutilizable en un 30 %, respectivamente.
Ello implica que cerca del 80 % de la ropa es reciclable y que el 88 % es reutilizable, según la UPC.
Por contra, señala que la ropa fabricada con fibras acrílicas es reciclable en un 12,4 % y reutilizable en el 3,1 %, ya que esta fibra “se deteriora con más facilidad”.
Según el director del INTEXTER, Enric Carrera, “a la luz del análisis, la estrategia de reciclado de los residuos textiles posconsumo debería centrarse en la recuperación y el reaprovechamiento del 80 % de las fibras predominantes, que son el algodón y el poliéster”.
Vida útil de una prenda
Al duplicar el tiempo de vida útil de una pieza de ropa, ha añadido, “conseguiríamos una reducción del 44 % de los gases de efecto invernadero que produce el sector de la moda” y que sólo alargando nueve meses el uso activo de una pieza “se reduciría la huella de carbono, agua y residuos entre un 20 y un 30 %”.
El estudio incluye un análisis de la composición de fibras de las prendas que ofrecen las webs de las principales marcas comerciales.
Para la ropa de vestir, se analizaron 701 piezas de los treinta primeros artículos de camisetas, suéteres, vaqueros, ropa interior, calcetines y camisas de Zara, H & M, C & A y Mango.
El análisis revela que el 66,8 % de las prendas analizadas presenta una mezcla de fibras, lo que limita notablemente su potencial de reciclado. En cambio, sólo el 37,3 % de las piezas estudiadas están fabricadas al 100 % con una sola fibra.
En cuanto a la ropa del hogar, se analizaron 361 artículos, en concreto los veinte primeros productos de sábanas, toallas, manteles y cortinas de Ikea, Zara Home, H & M Home 10 x10 y Carrefour.
A diferencia de lo que ocurría en las prendas de vestir, el textil del hogar presenta más producto monomaterial y las fibras más presentes son, por orden, algodón, poliéster, lino, viscosa y lyocell.
En sábanas y toallas predomina el algodón 100 %, en cambio en los manteles y cortinas domina el poliéster 100 %, aunque también hay mezclas binarias entre algodón, poliéster y algodón, y lino. EFEverde
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