Howell subrayó que “se alza la voz para criticar a los gigantes como Estados Unidos, China, India, Brasil o Indonesia” pero “es muy importante” reconocer, por ejemplo, “la dependencia que tenemos en Occidente de productos baratos importados desde China”.
De este modo, el experto británico en energía y clima de SEO/Birdlife advirtió que “hemos exportado la fabricación de productos a China para luego comprárselos” teniendo en cuenta que “no pueden afrontar semejante volumen productivo con energía 100 % renovable”.
Según Howell, “se trata de la cara más cruda de la globalización” que provoca que “muchas empresas y Gobiernos vayan a la búsqueda de países con gobernanza más débil y recursos lucrativos” donde “es fácil instalarse para explotarlos”.
Este hecho está vinculado con “siglos de colonialismo por parte de las potencias occidentales”, ya que “Europa arrastra una historia de extractivismo colonial que ha frenado el desarrollo democrático en los países en los que se ha instalado”, denunció Howell.
Reducir emisiones y omisiones
En España, la Ley de Cambio Climático aprobada el pasado mes de mayo “incluye la figura de un comité independiente de expertos que asesore al Gobierno sobre cómo y cuándo reducir emisiones”, pero “aún no está definido; tenemos que reducir las emisiones pero también las omisiones”.
Howell consideró este hecho “una omisión muy importante en España”, ya que “supone un vacío importante el no contar con dicho comité independiente de personas expertas en cambio climático que asesore al Gobierno español”.
El experto en energía y clima de SEO/Birdlife advirtió que España “tiene un sector académico muy potente en muchos frentes” pero “proponer la idea de un comité independiente nombrado por el Gobierno levanta sospechas”.
“Ahí está el quid de la cuestión”, señaló Howell porque “la pandemia nos ha enseñado la importancia de tener un sector académico independiente que aporte conocimiento como base para la toma de decisiones políticas”.
El papel del anfitrión británico
Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, país que acoge la COP26, “es un personaje al que no le faltan ni energía ni ganas para impulsar la transición energética”, pero “no sé si de verdad ha captado el mensaje o si lo hace para reforzar su figura”, sobre todo después de que “la diplomacia británica haya perdido credibilidad después del Brexit”.
Howell no duda de su intención de “impulsar grandes acuerdos en esta COP” pero, a nivel doméstico, “pasan muchas incoherencias”.
En el Reino Unido “falta mucho para transformar el sistema de transporte público en algo asequible y funcional para todos los británicos” y “aún queda lejos la meta lograr la eficiencia energética de los edificios”, así como “la reforma del sistema productivo del sector agroganadero”.
Sin embargo, “una consecuencia curiosa del Brexit es que el Reino Unido ha salido de la Política Agraria Comunitaria (PAC) de la Unión Europea” y por lo tanto “puede empezar con una hoja en blanco para poder desarrollar su sistema agrario”.
Otro aspecto positivo es que la Ley de Cambio Climático aprobada por el Gobierno británico “estableció un comité independiente de expertos para mejorar la gobernanza climática que señala los plazos y objetivos para hacer efectiva la reducción de emisiones en tiempo y forma”.
Este comité “no solamente asesora y apoya al Gobierno de Johnson” en su tarea de señalar los posibles escenarios, sino que “evalúa y critica si los presupuestos generales no van en buena dirección para cumplir los objetivos marcados” por el Ejecutivo. EFEverde
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