a península ibérica está experimentando su peor período de sequía en 1200 años. Y, casi con total seguridad, la explicación reside en el cambio climático. Eso concluye un grupo de trabajo liderado por Caroline C. Ummenhofer, de la Institución Oceanográfica de Woods Hole, a partir de datos observacionales y modelos climáticos. Tal y como explica el equipo en un artículo publicado en Nature Geoscience, la persistente falta de lluvias guarda relación con el comportamiento del anticiclón de las Azores, una zona de altas presiones permanentes situada sobre el Atlántico Norte que influye de manera notable en el clima europeo. Desde 1850, es cada vez más habitual que el anticiclón aumente de tamaño durante el invierno, y su expansión hace que las lluvias se desvíen de la península.
El anticiclón de las Azores es uno de los factores que controlan la trayectoria de los sistemas de bajas presiones sobre el Atlántico Norte. En verano, su centro se sitúa más cerca de las Bermudas, mientras que en invierno se localiza en el Atlántico occidental, en las proximidades de las Azores. En condiciones normales, las borrascas invernales que suministran la mayor parte del agua a España y Portugal pueden rodear el norte del anticiclón y llegar a la península ibérica. Pero si el anticiclón se expande de forma considerable, las precipitaciones se desvían hacia el norte de Europa y Escandinavia. Según los modelos, un anticiclón de las Azores sobredimensionado reduce las precipitaciones en casi un tercio.
Los datos de las estalagmitas muestran que, en efecto, la península atraviesa un período inusualmente seco. Y las simulaciones sugieren que no se ha dado una situación similar desde hace 1200 años, o tal vez más. Antes de 1850 (cuando el clima del Holoceno apenas se veía influenciado por el ser humano) el anticiclón alcanzaba esos tamaños desproporcionados aproximadamente una vez por decenio. Durante el siglo siguiente, ocurrió cada siete años, y desde 1980, cada cuatro.
Lars Fischer
Referencia: «Twentieth-century Azores High expansion unprecedented in the past 1,200 years». Nathaniel Cresswell-Clay et al. en Nature Geoscience, vol. 15, págs. 548-553, 4 de julio de 2022.
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