El coste económico de las invasiones biológicas es equiparable al causado por terremotos o tormentas según un estudio, que busca concienciar a la sociedad sobre las consecuencias de las especies invasoras exóticas e influir en las decisiones políticas para elevar la inversión en la lucha contra éstas.
El informe, elaborado por expertos de varios países, cuenta con el apoyo del Fondo de Investigación AXA, BiodivERsA, la Agencia Nacional Francesa de Investigación BNPParibas Foundation Climate Initiative, Leverhulme Trust y Natural Sciences and Engineering Research Council of Canada.
Aunque las invasiones biológicas pueden ser igual de desastrosas que terremotos, tormentas o incendios forestales, la concienciación sobre ellas es escasa en comparación con la que existe en relación a los peligros naturales y las inversiones para gestionarlas siguen estando muy infradotadas y retrasadas, según los autores.
Así, entre 1980 y 2019, las pérdidas económicas causadas por las invasiones biológicas sumaron 1,2 billones de dólares, mientras que las tormentas costaron 1,9 billones, los terremotos 1,14 billones, las inundaciones 1,12 billones, según los datos oficiales recavados por los expertos.
Durante ese periodo, los costes de las invasiones biológicas aumentaron más rápidamente que los asociados a riesgos naturales, con un incremento del 702 %, frente a aumentos del 184,6 % en el caso de las tormentas, del 30 % en el de los terremotos, y del 42,3 % en el de las inundaciones.
Las especies exóticas invasoras llegan a los nuevos territorios de la mano del hombre y, entre otros efectos, reducen el rendimiento de los cultivos, dañan infraestructuras críticas y perturban el suministro de servicios ecosistémicos.
Además, agravan los riesgos para la salud humana y causan entre cientos y miles de muertes humanas al año, debido a la aparición y propagación de enfermedades, mordeduras y picaduras letales o alergias complicadas.
Falta concienciación y prevención
“Sorprendentemente, pese a sus enormes repercusiones medioambientales, sanitarias y socioeconómicas, la concienciación sobre la gravedad de las invasiones biológicas sigue siendo escasa. Las inversiones en la gestión de las invasiones han estado enormemente infrafinanciadas y retrasadas, causando impactos de billones de dólares que podrían haberse evitado”, insisten.
Según la misma fuente, se ha demostrado que la gestión de las invasiones biológicas rara vez es preventiva y a menudo se retrasa, así como que la mayoría de los países se centran en costosas medidas posteriores a la invasión que rara vez tienen éxito.
Los países invierten en planes de preparación y respuesta de emergencia para peligros naturales extremos, pero pocos aplican precauciones similares para las especies invasoras, posiblemente porque la sociedad entiende mejor sus consecuencias socioeconómicas.
Por ello, se necesita una contabilidad más sistemática para priorizar las invasiones biológicas para proteger los bienes y las vidas humanas.
Además, cada vez es más urgente poner de relieve los riesgos que conlleva ignorarlas en las políticas, los marcos jurídicos y la toma de decisiones, sobre todo porque se prevé que los costes asociados aumentarán en los próximos años, impulsados por factores como el cambio climático o el aumento del comercio y de los viajes internacionales.
A modo de ejemplo, recuerdan que las especies invasoras causan daños socioeconómicos al dañar o alterar infraestructuras, como cuando los mejillones cebra obstruyen tuberías o plantas acuáticas forman densas capas que impiden el acceso a las vías fluviales.
Además, los recursos naturales económicamente importantes, como la pesca comercial y deportiva, también pueden verse amenazados cuando las especies invasoras impactan en las poblaciones autóctonas. EFEVerde
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