La necesidad de introducir patios naturalizados, diversos y adaptados al cambio climático en los centros educativos está calando en las agendas municipales y escolares. Las razones son múltiples.
En el contexto europeo, el Observatorio Europeo de Clima y Salud encontró que el 43 % de las escuelas de las ciudades europeas reportan temperaturas al menos 2º C superiores a los promedios para la región. Naturalizando los patios escolares se crea un entorno más adaptado al cambio climático, y mucho más diverso, fascinante y experiencial que el que ofrece una pista pavimentada.
Los beneficios de estos patios vivos son amplios. Los patios vivos ofrecen más oportunidades para fomentar la creatividad en el juego y el aprendizaje gracias a la presencia de vegetación, colinas, estructuras multifuncionales como huertos y otras que dan sombra como túneles o cabañas de vegetación. Los elementos naturales no se limitan a lo “verde”, sino que integran lo “marrón” –arena, barro, ramas y troncos secos, etc.– y lo “azul” en el caso de fuentes o circuitos de agua.
Actividad física y aprendizaje vivencial
La actividad física del alumnado se diversifica mejorando su salud física y su bienestar emocional, su desarrollo cognitivo y social, así como la cohesión social. Son espacios idóneos para fomentar el aprendizaje vivencial, la conexión a la naturaleza y la conciencia social y ecológica.
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Un acceso a la naturaleza equitativo
La transformación de los patios escolares en patios vivos también ofrece oportunidades de juego más equitativas y justas en términos de género.
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Además, el aumento de patios y entornos escolares naturalizados en las ciudades puede contribuir a reducir las desigualdades en el acceso a la naturaleza, y a promover la justicia ambiental urbana.
Iniciativas públicas en ciudades europeas
¿Cómo se están transformando y gestionando estos patios vivos? Es importante destacar el rol fundamental que tiene la inversión pública para poder iniciar el proceso. El programa Transformem els Patis del Ayuntamiento de Barcelona ha transformado 71 patios escolares en cinco años (2020-2024), y pretende llegar a todas las escuelas públicas de primaria de la ciudad en 2030.
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En París, el programa municipal Oasis ha transformado 131 patios escolares hasta mayo del 2024, en camino de convertir todos los patios de las 680 escuelas públicas en espacios resilientes al cambio climático, inclusivos y multifuncionales.
En varias ciudades de Holanda y Bélgica también se están produciendo cambios importantes en los patios de las escuelas públicas a través de programas como Patios Verdes Azules en Rotterdam, Operación Recreación en Bruselas o del Provinciaal Centrum en Limburg.
¿Cómo se puede transformar un patio?
Además de la inversión pública, nuestra investigación recienteCOOLSCHOOLS indica que el éxito de la transformación radica en la flexibilidad de la normativa en su diseño y uso y en la calidad de los procesos participativos que guían la transformación, más allá de la cantidad de elementos instalados.
Diferentes casos de estudio demuestran que tener plazos apresurados puede impedir la retroalimentación continua del alumnado, docentes y familias, llevando a resultados decepcionantes. Es fundamental dedicar suficiente tiempo al diseño y desarrollo pautado que permita integrar las diferentes perspectivas, necesidades y responsabilidades, y asegurarse que las opiniones de las minorías también cuentan.
Diseño y participación
El diseño de un patio vivo debe implicar un trabajo interdisciplinar, con personas especialistas en arquitectura, ingeniería, pedagogía y jardinería expertas en ecología del paisaje, juego creativo y educación al aire libre. Aunque es frecuente la preferencia por la naturaleza “ordenada”, evitando malas hierbas y elementos sueltos, son precisamente estas características las que pueden potenciar poderosamente el desarrollo cognitivo, la creatividad y las habilidades sociales del alumnado, dándole al espacio un significado propio.
La forma de orquestar y organizar la calidad de la participación de la comunidad educativa y otros agentes interesados es fundamental para la gobernanza justa y efectiva de los patios escolares. El alumnado, por ejemplo, participa en la fase inicial de diseño, pero suele estar excluido de las consultas y discusiones de las etapas posteriores (del desarrollo y gestión). Sin embargo, niños y niñas suelen apreciar y cuidar más el lugar si han estado implicados en su construcción, por ejemplo, con pequeños trabajos manuales.
Constante evolución y cuidado
Los patios vivos también deben entenderse como espacios en constante evolución que requieren de la implicación y cuidado del alumnado y el resto de la comunidad educativa en el largo plazo, lo que desarrolla el sentido de pertenencia para y con su escuela.
Esto es posible si integramos la participación infantil en la transformación del patio escolar en las estrategias y prácticas pedagógicas y aprovechamos el espacio creado para educar al aire libre. En este sentido, es importante ayudar a los docentes con formación para entender y usar el patio como un espacio de aprendizaje.
La transformación de los patios escolares en patios vivos va más allá de la búsqueda de soluciones técnicas para la adaptación climática o la innovación pedagógica. Es un proceso que puede rehacer toda la escuela. Los patios vivos son un elemento integral de una transición amplia y eco-social. Sólo pueden sostenerse entrelazando y movilizando factores y enfoques sociales, pedagógicos, psicológicos y ecológicos.
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