La reducción de la basura plástica y la contaminación es algo que cada día preocupa a más y más personas. Por supuesto, no sólo debemos reducir nuestra huella plástica, sino que debemos tratar de reducir los residuos en todos sus tamaños y formas. La cantidad de basura que generan los países desarrollados es algo insostenible a medio plazo.
Consejos y trucos para ayudarte a reducir la basura.
1. BYO (Traiga el suyo propio).
Todos sabemos que deberíamos llevar nuestra propia bolsa a la tienda de comestibles, pero ¿qué tal si llevas tu propio recipiente? Hay que fomentar el hábito de llevar un “Kit de Basura Cero” a todas partes, así no generamos basura cuando estamos fuera de casa. Debe contiener artículos esenciales como bolsas de lona, utensilios, porta bebidas y servilletas de tela. Los artículos reutilizables son esenciales para un estilo de vida libre de basura.
2. Las “tres erres” no sólo son recomendables, son obligatorias.
“Reducir, Reutilizar, Reciclar” es clave. Por ejemplo, cambiar a una botella de agua reutilizable te ayudará a dejar de comprar botellas de plástico de un solo uso. Casi todas las botellas de bebidas están hechas de plástico virgen a base de petróleo, no de material reciclado. La gran mayoría termina en vertederos, océanos u otras masas de agua, donde nunca se degradan, sino que se descomponen en trozos cada vez más pequeños, lo que causa daños irreparables al medio ambiente y a la vida silvestre.
Sin embargo, reciclar esa botella desechable tampoco es la mejor solución. El reciclaje es en sí mismo un proceso que consume mucha energía y también tiene emisiones asociadas. Y, en caso de que no te hayas enterado, China ya no acepta los materiales reciclables del mundo, dejando estos días los centros de reciclaje con montañas de basura cada vez mayores. Simplemente, tenemos que encontrar maneras de comprar menos y usar menos.
Me gustaría añadir dos erres más a la lista:
Recházalo. Esta R es probablemente más crucial que “Reducir”. Por ejemplo, no necesitas esa bolsa de papel o plástico en el momento de la compra; di “sin pajita”; rechaza comprar cosas que vienen en embalajes superfluos.
Reparar. Cuando tu ropa se rompa o tus aparatos electrónicos no funcionen, trata de arreglarlos en lugar de comprar uno nuevo. En Suecia si que saben fomentarlo.
Reparar. Cuando tu ropa se rompa o tus aparatos electrónicos no funcionen, trata de arreglarlos en lugar de comprar uno nuevo. En Suecia si que saben fomentarlo.
3. DIY.
Si tuviera que recomendar una herramienta “imprescindible” para el hogar, sería una licuadora de alta velocidad. La uso para preparar batidos, leche de nuez, sopas, salsas y harinas. Claro, la comida casera es a menudo más sana y barata, pero también significa que no tengo que comprar esos artículos de forma individual en la tienda, lo que reduce el embalaje innecesario.
Muchos productos cotidianos y cosméticos se pueden hacer en casa. Echa un vistazo al blog “Trash is for Tossers” de Lauren Singer y su canal de YouTube. Singer -que puede meter cuatro años de basura en un solo frasco- te enseña a hacer tu propia pasta de dientes, loción, desodorante y más.
¿Hay algo que consumes mucho que puedes hacer en casa? Puedes cultivar alimentos de forma sencilla. Lo sé, lo sé, no siempre tienes el tiempo o las ganas para hacer bricolaje. Pero en todo caso, es un gran ahorro.
4. Busca artículos multiusos, duraderos y de tamaño gigante o familiar.
Compra a granel las cosas que más usas, como alimentos no perecederos, detergentes, aceite de oliva, papel higiénico, etc. Además, los mejores productos tienen múltiples usos, como el jabón de Castilla. Unas pocas gotas pueden ser de gran ayuda para hacer jabón, champú, limpiador multiusose incluso para lavar la fruta. Intenta comprar la versión más grande, que dura meses. El vinagre, el bicarbonato de sodio, los limones…no creerás todo lo que puedes hacer con ellos.
5. Piensa localmente.
¿Hay un mercado de agricultores cerca de tu casa? ¿O un grupo de compra colectiva al que te puedes unir? ¿Hay una tienda cero residuos cerca de ti? No sólo estás apoyando a los agricultores de la comunidad, sino que los alimentos viajan menos kilómetros y a menudo llegan sin o con mucho menos embalaje.
6. Cataloga tu huella de residuos.
El paso más importante, en realidad, es echar un vistazo honesto a lo que tiras. ¿Has estado tirando mucha comida últimamente? Trata de hacer caldo con las sobras de vegetales o comienza a hacer compost con tus restos de frutas y verduras. ¿Tu coche consume mucha gasolina? Piensa en usar el transporte público si está disponible, o invierte en una bicicleta eléctrica para distancias más cortas. ¿Tienes o compras mucha ropa? Prueba la ropa de segunda mano o vende o dona la que tu ya no uses. La cuestión es que casi siempre hay una opción más respetuosa con el medio ambiente.
Ten en cuenta que la reducción de tus residuos no va a ser un cambio en tu vida de la noche a la mañana, pero es importante hacer un esfuerzo. El planeta te lo agradecerá.
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