El informe fue presentado en Davos durante la última reunión anual del Foro Económico Mundial, y en él se destaca el amplio margen existente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la aplicación de principios circulares (reutilización, refabricación y reciclaje) a sectores clave como el de la construcción.
Sin embargo, también señala que la mayoría de los gobiernos apenas consideran medidas de economía circular en las políticas dirigidas a cumplir el objetivo de la ONU de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Cambio climático y el uso de materiales, ligados
Para Circle Economy, el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales solo puede lograrse mediante una economía circular, por lo que la agenda circular y la agenda de reducción de carbono son complementarias.
La extracción de materiales ha impulsado el progreso económico desde la Revolución Industrial, pero a la vez es una de las principales causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre.
Se calcula que el 62% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (excluyendo las provenientes del uso de la tierra y la silvicultura) se liberan durante la extracción, el procesamiento y la fabricación de bienes para atender las necesidades de la sociedad; solo el 38% se emite en la entrega y el uso de productos y servicios.
En las últimas cuatro décadas, el uso global de materiales casi se triplicó, de 26,7 mil millones de toneladas en 1970 a 92,1 mil millones de toneladas en 2017, no solo significando un aumento del uso de materiales sino una aceleración en el mismo.
El marco ‘masa – valor – carbono’
El concepto de economía circular está estrechamente relacionado con la idea del metabolismo material e incorpora estrategias para cerrar los bucles materiales.
La transformación de materiales ofrece la posibilidad de agregar valor financiero en cada paso de la cadena de suministro, desde materiales básicos simples hasta productos complejos.
Como parte de ese mismo proceso, sin embargo, se generan emisiones y residuos. Por lo tanto, al considerar la actividad económica de manera más integral, el informe propone que se deben adoptar tres enfoques diferentes: masa, valor y carbono, para analizar las entradas y salidas combinadas de estos pasos y comprender completamente cómo estas actividades contribuyen a satisfacer nuestras necesidades sociales.
La vivienda, nutrición y movilidad en conjunto representan más del 82% de la huella material total.
A partir del estudio de ese marco ‘masa – valor – carbono’ se derivan una serie de gráficos muy detallados y llenos de información, que pueden resumirse en las siguientes principales conclusiones:
- La economía global es solo un 9% circular, solo 8.4 Gt de materiales son entradas cíclicas, frente a 84.4 Gt provenientes de recursos extraídos.
- De los materiales sin ciclo, la mayoría se pierde más allá de la recuperación, ya sea dispersos en forma de emisiones o desechos no recuperables.
- La vivienda, nutrición y movilidad en conjunto representan más del 82% de la huella material total.
- La mayoría (60%) de los materiales ingresan a la economía en forma de “productos que fluyen” y una fracción más pequeña como “productos que duran”.
- La entrega de servicios es responsable de más del 60% de todo el valor agregado, en comparación con menos del 40% para la fabricación de productos.
- Solo el 4,6% de todo el valor agregado se presenta en forma de valor de material residual que reingresa a la economía para reemplazar los recursos extraídos.
- La movilidad y los consumibles son las necesidades sociales cuyas cadenas de valor tienen la mayor huella de carbono, seguidas de vivienda y nutrición.
- Cuando se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, hay un sutil equilibrio entre mantener los activos existentes o acelerar su reemplazo con tecnologías más eficientes en el uso de la energía.
La importancia de los gobiernos en la economía circular
Según el CEO de Circle Economy, Harald Friedl, las estrategias de cambio climático de los gobiernos se han centrado en las energías renovables, la eficiencia energética y evitar la deforestación, pero han pasado por alto el gran potencial de la economía circular.
Se deberían rediseñar las cadenas de suministro hasta los pozos, campos, minas y canteras donde se originan los recursos para que se consuman menos materias primas. Esto no solo reducirá las emisiones sino que también aumentará el crecimiento al hacer que las economías sean más eficientes.
El informe hace una llamada a los gobiernos a tomar medidas para pasar de una economía lineal de ‘extraer-hacer-desperdiciar’ a una economía circular que maximice el uso de los activos existentes, mientras reduce la dependencia de nuevas materias primas y minimiza los residuos.
Argumenta que la innovación para extender la vida útil de los recursos existentes no solo reducirá las emisiones, sino que también reducirá la desigualdad social y fomentará el crecimiento bajo en carbono.
La innovación para extender la vida útil de los recursos existentes no solo reducirá las emisiones, sino que también reducirá la desigualdad social y fomentará el crecimiento bajo en carbono.
Entre los consejos a los gobiernos que aporta el informe están:
- Abolir los incentivos financieros que fomentan el uso excesivo de los recursos naturales, como los subsidios para la exploración, extracción y consumo de combustibles fósiles.
- Aumentar los impuestos sobre las emisiones, la extracción excesiva de recursos y la producción de desechos, por ejemplo mediante la implementación de un impuesto al carbono que aumenta gradualmente.
- Reducir los impuestos sobre trabajo, conocimiento e innovación e invertir en estas áreas. Los impuestos laborales más bajos fomentarán las partes intensivas en mano de obra de una economía circular, como los planes de devolución y reciclaje.
Se acaba el tiempo para reducir las emisiones
Incluso si todos los países dieran cuenta de sus ambiciones de mitigación, las emisiones globales seguirían aumentando, en lugar de disminuir, y alcanzarían los 53 mil millones de toneladas de CO2e para 2030.
Esto dejaría una brecha de 29 mil millones de toneladas de CO2 en un escenario de emisiones consistente con el aumento de 1.5°C a nivel mundial.
Por lo tanto, además de acelerar y expandir la implementación de estrategias que respaldan los compromisos actuales, se necesitan “urgentemente” nuevas y diferentes estrategias que puedan complementar este paquete.
Entre esas nuevas estrategias el informe sugiere por ejemplo prolongar la vida útil de los productos y mejorar su intensidad de uso. Al extender la vida útil de un producto, reutilizarlo o compartirlo, se necesita menos producto para responder a una demanda determinada.
Como resultado, se reducen las emisiones de la cadena de valor es los pasos ‘tomar, procesar, producir’ y quizás incluso ‘proporcionar’. En conjunto, estas estrategias representan aproximadamente una cuarta parte del potencial de mitigación circular en las industrias europeas.
También se propone mejorar el reciclaje para utilizar los residuos como recurso. (Vid. España no sabe reciclar envases)
Aproximadamente la mitad del potencial de mitigación circular en las industrias europeas radica en utilizar los residuos como un recurso.
Para la gran mayoría de productos y materiales que se usan, producirlos a partir de materiales primarios produce emisiones de gases de efecto invernadero mucho mayores que producirlos a partir de materiales reciclados.
Realizar un diseño circular de los productos con una reducción del uso de materiales y una priorización de aquellos que son bajos en carbono es otra de las indicaciones del informe.
Sustituir los materiales intensivos en carbono con alternativas de baja emisión de carbono y potencialmente biológicas es otra estrategia prometedora que apenas se ha explorado hasta el momento.
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