La visión que obtenemos cuando nos interesamos por estos conceptos nos servirá de guía para saber cómo encaminarnos a ese estilo de vida sostenible y compatible con nuestro Planeta.
Ya que la mayoría de nosotros estamos llamados a vivir en una ciudad, hemos reunido esas cualidades en ese rol, el de un ciudadano responsable e informado que acomete los grandes retos globales de la sostenibilidad desde sus acciones individuales, inicialmente, y colaborativas en una instancia posterior.
Nos referimos a ese ciudadano que se plantea las consecuencias del desperdicio alimentario, se preocupa de saber el impacto tiene que su movilidad, incorpora buenos hábitos alrededor de la ecoeficiencia de su vivienda, apuesta por las opciones renovables de la energía, y está al tanto de las (importantes) consecuencias que puede tener el cambio climático en nuestras existencias.
Por aquí va nuestra propuesta sobre lo que hemos denominado el decálogo del ciudadano ecointeligente:
- Demanday comprueba información veraz, clara y rigurosa a medios de comunicación, comercializadoras de energía, asociaciones, empresas y administraciones públicas.
- Conoce la importancia del cambio climático y sabe lo que significa el aumento de dos grados de la temperatura. Entiende que el futuro del Planeta pasa por una transición energética y la desaparición del uso de los combustibles fósiles.
- Se preocupa por adquirir conocimientos básicos de temas como la sostenibilidad, cambio climático, energías renovables, autoconsumo, ecoeficiencia y ahorro energético, reciclaje, ecomovilidad, cambio climático, consumo responsable, consumo colaborativo y economía circular
- Apuesta por las diferentes energías renovables para la transición energética, y por el autoconsumo como mecanismo esencial (y racional)en este nuevo modelo energético.
- Es consciente que la sostenibilidad no es una cuestión política y reclama a los políticos actúen y no la traten como una moda.
- Adopta comportamientos de movilidad sostenibles: caminar, bicicleta, utilización de transporte público, y las opciones colaborativas, como pueden ser el carsharing y carpooling.
- Recicla por convicción, aunque es consciente que el reciclaje ya no es suficiente, hay que ir mucho más lejos para alcanzar un estilo de vida sostenible.
- Participa en la sociedad de forma activa y colaborativa, formando parte de asociaciones, movimientos sociales, con el máximo grado de implicación posible y difundiendo con el ejemplo el camino sostenible que tenemos que recorrer.
- Entiende el impacto que tiene su consumo y se preocupa de conocer indicadores, como puede ser la huella de carbono, para comparar los productos que le ofrecen. Práctica un consumo responsable y consciente.
- Es consciente del problema de la contaminación, desde la atmosféricahasta la provocada por los plásticos en los océanos, lo que le lleva a aplicar y demandar un modelo circular en los productos y servicios que demanda: Basura = Recurso.
El ciudadano ecointeligente comprende los beneficios que obtenemos y los riegos que evitamos si cambiamos YA a un estilo de vida sostenible
Y tú, ¿te apuntas a practicar este decálogo?
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