18 de diciembre de 2017

Las 4R del reciclaje

Las 4R del reciclaje
Son muchas las veces que hemos hablado en ecologiaverde de las 3 "Erres" básicas a adoptar como premisa en nuestro día a día para llevar una vida ecológica. Consiste en gestionar nuestros objetos y desechos pensando en el bienestar del planeta. Si todos adoptáramos este estilo de vida -que se consigue con un esfuerzo mínimo y envuelve múltiples ventajas prácticas- se reduciría considerablemente la cantidad de basura que tanto contamina actualmente al Planeta.
Esta propuesta de las "3R" comenzó de parte de la asociación Greenpace y sugiere minimizar la producción de residuos para intentar cambiar los grandes problemas ecológicos de la sociedad actual. R, de Reducir (no comprar en grandes cantidades, intentar ser responsable con lo que adquirimos). R de Reutilizar (en lugar de deshacernos de aquella ropa u objetos que ya no necesitamos, darlos un nuevo uso que impida que acaben en la basura y, así, evitar además adquirir productos nuevos) y R de Reciclar, (una de las premisas básicas en ecología, separar los desechos por material correctamente y destinarlos a puntos válidos de reciclaje para que puedan ser usados de nuevo). Ahora mucha gente habla de las 4R del reciclaje, una R más que se añade a las 3 preexistentes. En el siguiente artículo de ecologiaverde te explicaremos en qué consisten las medidas de las 4R y cómo podemos ponerlo en práctica.
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Qué son las 4 erres del reciclaje

Ahora, en los últimos años, los ecologistas adoptan una nueva "R": Recuperar. Se trata de usar la materia prima para la creación de otros objetos. Podemos aplicar esta regla, por ejemplo, fomentando la compra de los objetos creados con materiales reciclados. Esta "R" también se relaciona con el "recomprar", o ayudar a esta industria para que esta práctica crezca y se haga mucho más común. A continuación, te explicaremos pautas para comenzar a Recuperar y Recomprar mucho más eficientemente.
Mucha gente habla de una quinta "R": Repensar. Es decir, cambiar por completo nuestra manera de reflexionar sobre la vida y poner siempre por delante al medio ambiente en cada opción de compra o de gasto que vayamos a hacer para estar verdaderamente comprometidos con la ecología.

Reduciendo

Es la más obvia, pero también la más importante. No se trata de comprar y gastar sin mirar y después reciclarlo todo, el comportamiento responsable también comienza antes del consumo.
¿Cuántas cosas hemos comprado en nuestra vida que no hemos necesitado o a las cuales no hemos dado buen uso? En el Planeta viven millones de personas y muchas de ellas tienen más cosas de las que necesitan verdaderamente. Esto se aplica, por ejemplo, a la ropa, a los libros, a la comida, que muchas veces, se nos pasa de fecha y acabamos tirando. Es sencillo mentalizarnos para evitar comprar en exceso, con prácticas tan fáciles como:
  • LibrosCDs de músicapelículasjuegos y similares: no tenemos que prescindir de ellos en absoluto, sino encontrar alternativas ecológicas como alquilarlos en bibliotecas y ludotecas, hallar asociaciones donde se intercambien, etcétera. ¿Para qué queremos almacenar en estantería libros que ya no vamos a leer una vez los hayamos terminado?
  • Aparatos electrónicos: no es necesario cambiar de móvil ni de ordenador cada año para estar a la última. Intenta darles un uso responsable y cuídalos para no tener que comprarlos muy a menudo.
  • Ropa: combinando la ropa con estilo, creando nuestros propios vestidos a partir de otros que ya no nos sirvan, eligiendo ropa de buena calidad que no se nos vaya a romper enseguida y adquiriendo prendas en tiendas de segunda mano reduciremos el daño que este sector produce al medio ambiente.
  • Comida: no compres más de la que necesitas. Planifica de antemano el menú de la semana para reducir gastos y evitar tirar alimentos. Cultiva tú mismo/a algunas frutas y verduras. Asegúrate de que vas a consumir los alimentos perecederos antes de que se estropeen. Igualmente, puedes intentar no consumir comida precocinada para minimizar el uso de los envases.
También puedes poner en práctica cosas como ir a comprar siempre con tu propia bolsa de tela, intentar generar menos basura y limpiar la casa o asearte con productos que no sean tóxicos, siempre buscando un consumo más natural.
Además de ser responsable durante el proceso de compra, también debemos intentar usar menos recursos, como el agua (ahorra lo máximo posible, no la derroches e instala ahorradores de agua en la cabecera de la ducha), energía (no abuses de la luz eléctrica, no dejes aparatos enchufados y elige electrodomésticos eficientes) o gasolina (no uses el coche para todo, puedes reemplazar el transporte urbano por la bicicleta, coger más el transporte público, y hacer prácticas como compartir automóvil para los viajes largos).

Recuperando

Afortunadamente, cada vez hay más empresas y propuestas que utilizan materiales reciclados o hacen uso de algunos como el plástico para crear objetos nuevos. Un ejemplo de ello lo expusimos en un artículo pasado del blog, los cuadros de bicicleta hechos a partir de plástico.
Comprando en este tipo de empresas (hay muchísimas disponibles por Internet, aunque es preferible que te persones en la tienda para reducir gastos de transporte), estás fomentando la práctica de confección a partir de material reciclado.
Recuperar se basa en usar un residuo para producir otro nuevo, intentando que el tratamiento sea lo menos dañino posible con el medio ambiente. También puedes construir objetos tú mismo, para uso propio o regalarlos a tus allegados. ¡No hay regalo más personal que algo hecho por ti mismo!

Reutilizando

Recuperamos todos aquellos objetos o electrodomésticos que ya no nos sirven y, ¿qué hacemos con ellos? Antes de reciclarlos (no todos los materiales se pueden reciclar), podemos pensar en darles un segundo uso. Por ejemplo, donando la ropa que ya no queremos o reconvirtiéndola en otra cosa (unos vaqueros en un bolso o en un delantal, recuperar las telas de colores para hacer un mantel, botellas de vidrio en jarrones...). Además, podemos empezar a usar objetos que sean recargables o reutilizables, como los mecheros, las pilas, botellas que podamos recargar de líquidos en vez de adquirir un envase a cada vez.
Muchos aparatos se pueden reparar. Llévalos a una tienda especializada antes de adquirir uno nuevo. Con latas de refrescos, por ejemplo, podemos crear muchos nuevos objetos que nos servirán en el día a día.
También puedes reducir el consumo de productos nuevos en las tiendas de segunda mano cercanas a tu barrio y comprando a menudo en ellas (de ropa, de electrodomésticos, de aparatos tecnológicos...)
Otras prácticas son reducir el uso del papel. Por ejemplo, los pañuelos (o pañales) comprarlos en tela en lugar de papel y lavarlos en vez de desecharlos. Igualmente, ocurre con los vasos y plásticos de papel para una fiesta. Si usas folios, cómpralos de papel reciclado y úsalos por las dos caras. Las nuevas tecnologías nos brindan igualmente la oportunidad de reducir el uso del papel.
En resumen, esta "R" nos propone intentar que la vida del producto adquirido sea lo más larga posible y alejarnos de la práctica de comprar productos desechables.

Reciclando

Ahora bien, cuando ya hemos sido responsables con nuestra compra y hemos reutilizado todo cuanto podíamos, no hay que dejar de lado la importante práctica del reciclaje, aún no presente en todos los hogares y negocios. Reciclar es importantísimo y sus efectos se sienten mucho en el Planeta. Si aún no lo haces, es el momento de comenzar. Verás cómo te sientes bien ayudando al medio ambiente y resulta muy práctico en el día a día (si bien tienes más "basuras" que sacar, una vez aprendemos cómo compactarlo todo bien, las vas a tener que sacar de casa mucho menos a menudo. Al final, sólo te molestará la orgánica, que es la que huele, pero el resto de residuos pueden estar meses almacenados en un rincón hasta que reúnas un gran número de ellos). Reciclar es un proceso que no cuesta esfuerzo y al que es sencillo habituarse, pasando a ser parte de la vida cotidiana, igual que barrer el suelo o lavarse los dientes.
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