El agua es imprescindible tanto para el consumo humano como para la producción de bienes y servicios. Gestionarla de forma sostenible es clave, pero, ¿hacemos un uso responsable de ella? ¿Sabemos cuánta agua es necesaria para obtener un kilo de ternera o de arroz?
Cada día somos más conscientes de que es imprescindible ejercer un consumo responsable, tanto de energía como de otros recursos. La concienciación sobre el cambio climático y la escasez de agua llevan a que nos interesemos por el impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambiente y, poco a poco, controlemos más lo que consumimos. La preocupación sobre el uso racional del agua nos lleva a plantearnos si la utilizamos de modo eficiente o si, por el contrario, la malgastamos en nuestro día a día.
Tanto a nivel particular como en pequeñas y medias empresas podemos analizar este consumo. Es la denominada huella hídrica, que se define como el volumen total de agua dulce que una empresa utiliza para producir bienes y servicios, o el volumen consumido por un individuo o comunidad. En definitiva, cuánta agua utilizamos para producir un bien teniendo en cuenta todos los engranajes de la cadena, desde la materia prima hasta que se obtiene el producto final. Este cálculo ayuda a ser conscientes del gasto hídrico que supone la actividad diaria, así como a arrojar pequeñas claves sobre los posibles aspectos donde se podría reducir su consumo.
Componentes de la huella hídrica
La huella hídrica se mide en unidades de volumen (litros o metros cúbicos) por unidad de producto fabricado o servicio consumido. Está compuesta por tres tipos de agua distintos dependiendo de dónde se obtenga y qué destino tenga tras producir los bienes o servicios.
España ha sido uno de los países pioneros en tener en cuenta la huella hídrica y aplicarla en sus políticas y normativas, tanto en las Comunidades autónomas como en las distintas confederaciones hidrográficas. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha estimado que, en nuestro país, la huella hídrica es de 2.461 m3 por habitante y año; mientras que la media mundial es de 1.385 m3. Por lo tanto, somos uno de los países del mundo que tiene una mayor huella hídrica. Desde el Ministerio han puesto en marcha diversos cursos formativos para poder analizar este impacto, mientras que entidades como Water Footprint ofrecen de forma sencilla las herramientas para que particulares y pymes puedan calcularla.
Consejos para reducir la huella hídrica
Los más básicos que podemos poner en práctica desde hoy mismo:
- No dejar correr el agua al lavar los platos
- Sustituir el baño por la ducha
- Completar la carga de la lavadora en cada uso
- Utilizar un vaso de agua para enjuagarse tras el lavado de dientes
Los que podemos empezar a practicar… cada uno en la medida de sus posibilidades:
- Ejercer una compra inteligente estudiando el origen de los productos y si el consumo de agua en su cadena de suministro es sostenible.
- Consumir vegetales que se cosechan en zonas con un consumo de agua más sostenible en relación a los recursos hídricos disponibles
- Reducir el consumo de productos procedentes de ganado alimentado intensivamente.
- Reducir u optimizar el uso de agua de riego, con el fin de no agotar el agua disponible en la cuenca
- En la actividad industrial, optimizar el uso del agua para reducir efluentes y cargas contaminantes, implementando técnicas de reutilización y reciclaje de agua.
Gorka Alonso Gil para el diario ELMUNDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario