Sin abejorros, la polinización en la naturaleza sería casi inviable. Los ecosistemas se desmoronarían porque estos insectos, cuya presencia es indispensable en la naturaleza, trabajan durante más tiempo a lo largo del año que las abejas y polinizan una gama mucho más amplia de flores.
En realidad, “son responsables de gran parte del color que vemos en la naturaleza y en nuestros platos”, cuenta a SINC Peter Soroye, investigador en el departamento de Biología de la Universidad de Ottawa en Canadá. Alimentos como el tomate, la calabaza y las bayas son fruto de la acción de los abejorros.
Sin embargo, estos insectos polinizadores llevan años enfrentándose a una amenaza que podría poner fin a esta productiva labor: el cambio climático. Gracias a un nuevo estudio, que ha consultado una base de datos de 550.000 registros de 66 especies diferentes de abejorro en América del Norte y Europa en un periodo de 115 años (de 1900 a 2015), ahora sabemos por qué.
Los resultados, publicados en la revista Science, revelan que los abejorros desaparecen allí donde las temperaturas se han incrementado, según una nueva herramienta de predicción de extinción desarrollada por el equipo. Los científicos compararon la ubicación actual de ciertas poblaciones con la localización histórica y observaron los cambios que se han producido a medida que el clima se ha vuelto cada vez más cálido.
El modelo demuestra que en el curso de una sola generación humana, la probabilidad de que una población de abejorros sobreviva en un lugar determinado ha disminuido en un promedio del 30% –un 46% en el caso de América del Norte y un 17% en Europa–. “Al empezar el proyecto, no teníamos ni idea de que el impacto del cambio climático para generar declives sería tan fuerte”, confiesa a SINC Soroye.
“Los resultados más chocantes fueron la severidad de los declives que observamos en los abejorros y lo bien que pudimos predecirlos solo mirando cómo había empujado a esas especies más allá de lo que podían tolerar”, dice el científico canadiense. Con la nueva herramienta ahora pueden ^prever “con gran precisión”** los cambios que se producirán en especies individuales o en comunidades enteras.
España, en el punto de mira del declive
Al centrarse en los dos continentes del hemisferio norte, los científicos constataron que en prácticamente todas las regiones observadas, las temperaturas habían aumentado desde el periodo de referencia. En Europa “parecía mucho más severo que en América del Norte”, recalca Soroye.
Es sobre todo en regiones del sur como España, donde las temperaturas extremas han sido más frecuentes y donde se han excedido los rangos de temperatura históricos de las especies, que las poblaciones de abejorros se vieron más afectadas por el calentamiento.
Al mismo tiempo, estos insectos parecen expandirse hacia el norte en las regiones más frías de cada continente, pero existe poca evidencia que sugiera que los abejorros puedan adaptarse al drástico cambio climático. “Parece poco probable que su situación mejore a medida que se acelera el ritmo del cambio climático”, lamenta el científico.
El estudio muestra así que los humanos se enfrentan a un porvenir con muchos menos abejorros y mucha menos diversidad, tanto en los paisajes como en los platos. “Es difícil decir qué depara el futuro, pero si estas tendencias continúan sin ninguna acción de conservación, veremos una pérdida aún mayor de abejorros, lo que podría tener importantes efectos negativos en los paisajes y los alimentos que polinizan”, añade subraya Soroye.
Sin embargo, con la nueva herramienta los científicos esperan que se pueda de algún modo reducir o revertir el declive no solo de los abejorros, sino también de otros animales salvajes a los que se pueda aplicar el modelo.
Mientras tanto, para ayudar a estos insectos a superar los crecientes aumentos de temperatura, los investigadores sugieren acondicionar jardines con plantas nativas y microrrefugios en el caso de eventos extremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario