David Blanco Bonilla.- La deforestación por minería aurífera ha retrocedido un 78 % en la Amazonía del sur de Perú, pero sigue siendo una amenaza en una zona en la que ha causado gravísimos daños, que esta semana fueron mostrados nuevamente al mundo en una imagen captada desde la Estación Espacial Internacional (EEI).
El director del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), Matt Finer, afirmó a Efe que “en realidad la minería ilegal ha sido reducida, pero todavía sigue en algunas nuevas zonas calientes”, y destacó que desde 2019 el Gobierno peruano decidió enfrentar esa crisis, con resultados efectivos, con el Proyecto Mercurio.
Minería ilegal en la Amazonía peruana
En ese sentido, el MAAP sigue el impacto de la minería ilegal en la Amazonía, con análisis de imágenes de satélites de alta resolución, para establecer la magnitud de las áreas deforestadas, incluso en zonas cercanas a grandes reservas naturales.
Aunque el Estado peruano ya empezó desde este año a recuperar algunas área en la reserva de Tambopata, los expertos consideran que va “a tomar mucho tiempo para ver los resultados”, según acotó a Efe el biólogo Sidney Novoa, director SIG y Tecnología de la Información de la organización Conservación Amazónica (ACCA).
Miles de hectáreas deforestadas
La fotografía tomada por un astronauta desde la EEI permite apreciar numerosos “ríos de oro”, como se ha denominado a los extenso pozos que se ubican en Madre de Dios, el epicentro de la extracción y el comercio ilegal del metal precioso en el país.
La NASA remarcó que estas fotografías son muy difíciles de capturar, porque los hoyos están “generalmente ocultos a la vista de un astronauta por la capa de nubes o fuera del punto de destello del Sol”.
Crear conciencia en la comunidad internacional
Novoa consideró, por su parte, que esta información permite “nuevamente crear conciencia” en la opinión pública internacional, que “está bastante agotada, distraída por todo el tema de la pandemia y el tema económico” y ha dejado “un poco de lado esa otra fuente de interés que debería estar en la agenda de muchos ciudadanos, que es el tema ambiental”.
A pesar de que esta grave situación se presenta desde hace tres o cuatro décadas, las intervenciones de interdicción que inició el Estado peruano desde 2019 con la Operación Mercurio han abierto una luz de esperanza para controlar a la minería ilegal y recuperar parte del territorio amazónico destruido.
Novoa indicó que en los últimos años la minería ilegal ingreso a reservas naturales protegidas como Tambopata y Amarakaeri, pero la situación cambió con la Operación Mercurio, que se hizo “con muchos más recursos, más actividad, y una planificación estratégica”.
En ese sentido, el último informe del MAAP, que cuenta con apoyo de la agencia estadounidense de cooperación USAID y su Proyecto Prevenir, consideró que se trata de una intervención “sin precedentes”, que ha permitido que en la zona critica de La Pampa la deforestación por minería aurífera disminuya en un 90 %.
Al respecto, Finer dijo que en La Pampa “hubo un gran desastre, una gran crisis de la deforestación minera” y que la intervención estatal “es uno de los ejemplos mas emblemáticos a nivel mundial de un operativo de éxito de un gobierno para enfrentar una crisis”.
La minería ilegal persiste
A pesar de ello, este problema sí aumentó en nuevas “áreas clave”, conocidas como Camanti, Apaylon, Pariamanu y Chaspa, hacia donde se desplazaron mineros expulsados de La Pampa, aunque el Gobierno también ha hecho intervenciones en estas áreas.
“No obstante, la minería ilegal persiste. Registramos 1.100 hectáreas de deforestación por minería aurífera desde la Operación Mercurio en los seis sitios (frente a las 6.500 hectáreas registradas antes de la Operación)”, remarcó el informe.
Las imágenes satelitales señalaron que antes de la Operación Mercurio en La Pampa, que se encuentra dentro del área de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, se presentó “la dramática pérdida” de 4.450 hectáreas y después de la intervención la pérdida era de 300 hectáreas.
“Pero no ha parado”, subrayó antes de añadir que “esto está en actividad y esa es la razón por la cual, aún en pandemia, existan interdicciones en algunos de estos sectores”.
Impacto en más zonas
En otros lugares, como la localidad de Alto Malinowski, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, se había registrado la pérdida de 1.558 hectáreas antes de la operación y después se confirmó la pérdida de 419 hectáreas.
En Camanti, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la vecina región Cusco, el MAPP registró la pérdida de 336 hectáreas antes de la operación y después confirmó 105 hectáreas, mientras que en Pariamanu se había registrado 72 hectáreas y esto pasó a 98 hectáreas, y en Apaylon el registro fue de 73 hectáreas a 78 hectáreas perdidas.
Se alertó, además, del “caso único” de un nuevo frente de deforestación por minería aurífera en Chaspa, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, de la vecina región Puno, donde desde septiembre de 2019 se deforestaron 113 hectáreas, lo que llevó al Gobierno peruano ha ejecutar una “intervención mayor” en octubre de 2020.
Por ese motivo, el director del MAAP consideró que “es muy importante mantener este esfuerzo en La Pampa y seguir trabajando con la sociedad civil para identificar las nuevas zonas de la minería ilegal y enfrentarla en esos lugares”.
El Gobierno peruano “está en una buena ruta para seguir” con esta tarea, concluyó Finer. EFEverde
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