Analizamos las políticas de cinco ciudades ejemplares que han apostado por una movilidad verdaderamente sostenible.
A menudo, los que nos movemos en bicicleta por nuestra ciudad y hemos tenido la oportunidad de viajar a otros lugares del mundo nos hacemos una pregunta: ¿Cómo es posible que no se imiten más las políticas que funcionan en esas otras urbes? ¿Acaso los políticos no viajan y se dan cuenta de cuál es el camino a seguir?
Con el objetivo de responder a esas preguntas y, de paso, ponérselo un poco más fácil a nuestros responsables públicos, te traemos un pequeño listado de lugares en los que no sólo la bici tiene más protagonismo, sino que la ciudadanía al completo disfruta de un aire más limpio y respirable. Cinco ciudades ejemplares que marcan la pauta de lo que debería ser el futuro para el resto de áreas urbanas del planeta.
OsloLa noticia, de la que nos hicimos eco en Ciclosfrera, sorprendió a muchos. Y al mismo tiempo provocó sonoros aplausos entre los que estamos convencidos de que el abuso del vehículo privado a motor es una lacra para nuestras ciudades. En 2015, el parlamento de la capital noruega se marcaba un horizonte: 2019. Un año en el los coches quedarán prohibidos en el centro de la ciudad, que pasará a ser territorio exclusivo de peatones y ciclistas con pequeñas excepciones: el transporte público, los vehículos de personas con capacidad reducida y la carga y descarga, siempre con unos horarios determinados.
HamburgoDos palabras mágicas, Green Network, y una fecha: 2034. Es el nombre del proyecto y el plazo que se han dado los mandatarios de la ciudad alemana para llevarlo a cabo. Green Network, del que os informamos con todo detalle en el momento de su presentación, hace ahora dos años, pretende aumentar de forma significativa las zonas verdes hasta que éstas alcancen el 40% de la superficie de la ciudad, potenciar el transporte público, peatonalizar calles, fomentar el uso de la bicicleta y, ante todo, expulsar definitivamente a los coches del centro de la ciudad. Todo ello, para convertir a la segunda ciudad más poblada de Alemania en una de las más amables, verdes y sostenibles de toda Europa.
ChengduA menudo asociamos Asia, y más en concreto China, a inmensas ciudades atestadas de coches, atascos kilométricos y un aire irrespirable. Pero por fortuna, también hay lugares donde se están intentando hacer las cosas bien. Uno de ellos es Chengdu, en el sudoeste del país. Una ciudad para la que se ha diseñado un plan que que establece que, como mucho, se podrá dedicar la mitad de la calle al paso de vehículos motorizados, y sólo en algunas calles. El objetivo es que sea siempre más cómodo y rápido moverse a pie o en bicicleta. Eso sí: aunque el proyecto se presentó en 2012 y estaba previsto finalizarlo en 2020, parece que sufrirá retrasos y aún queda tiempo para que se haga realidad.
HelsinkiDe nuevo, Escandinavia. La capital finlandesa ha puesto en marcha un ambicioso plan que, si bien no contempla la prohibición del coche como en el caso de sus vecinos noruegos, sí trata de ponérselo mucho más difícil, de cara a que sea mucho más práctico moverse en bicicleta, a pie o en transporte público. Las autoridades quieren potenciar precisamente este último hasta un punto casi revolucionario, con una aplicación móvil que aglutine todas las opciones disponibles, incluso las de vehículos compartidos, para avanzar en un singular proceso de desmotorización.
Vitoria-GasteizNo podía falta en esta lista una ciudad que, consideramos, está haciendo bien muchas cosas en materia de movilidad. Aunque aún esté lejos de algunas de las medidas como las anteriormente mencionadas, Vitoria-Gasteiz se ha puesto las pilas, especialmente desde su denominación como Capital Verde en 2012. Y su presencia habitual en las páginas de Ciclosfera así lo atestigua. La red Bici-Amigo fomenta que los comerciantes pongan facilidades a todo aquel que llegue en bicicleta a sus establecimientos. Los robos de bicicletas se han reducido de manera significativa, gracias a la puesta en marcha de un registro municipal y diversas charlas en los colegios. Y el tamaño asequible de la ciudad y la amable orografía provoca que el uso del coche sea inferior al de otras urbes. Sí: nos gusta Vitoria.
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