El cambio climático no está tratando a todos por igual. Un estudio que relaciona la evolución de las temperaturas regionales con el crecimiento económico señala que algunos países del norte más ricos están sacando tajada del calentamiento global. Sin embargo, los países más cálidos, en su inmensa mayoría los más pobres, son los paganos en esta historia: con una menor responsabilidad en las emisiones de efecto invernadero (GEI), su economía ha crecido hasta un tercio menos que si no existiera el cambio climático.
En ramas de la ciencia como la ecología y la climatología hay un concepto que es el de óptimo climático. Aunque es relativo y conflictivo, se refiere a unos valores de temperaturas y lluvias más o menos abundantes y estables que favorecen las actividades básicas humanas. Cuanto más extremos sean esos valores, más complicada será la vida. El cambio climático, con el aumento generalizado de la temperatura y la proliferación de eventos extremos, está trastocando la distribución geográfica de ese óptimo climático.
Ahora, dos investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) le han puesto precio a este trastoque. Con los datos de temperatura media anual y variaciones del producto Interior bruto (PIB) de 165 países desde 1961, pudieron determinar la relación entre temperaturas y crecimiento económico. Entonces se preguntaron, ¿cómo le habría ido a cada país si no existiera el cambio climático? Aunque el margen de error en un experimento con un pasado alternativo es inevitable, usaron los principales modelos climáticos para realizar más de 20.000 simulaciones para minimizar ese margen. El trabajo, publicado en la revista científica PNAS, encontró un patrón casi universal.
Canadá, Noruega, Finlandia e Islandia, los países a los que les ha favorecido más el cambio climático en términos económicos
"Nuestros resultados muestran que la mayoría de los países más pobres de la Tierra son considerablemente más pobres de lo que lo hubieran sido sin el calentamiento global", dice el profesor de ciencias de la Tierra y coautor del estudio Noah Diffenbaugh. "Al mismo tiempo, la mayoría de los países ricos son más ricos de lo que lo hubieran sido", añade el científico climático en una nota.
Entre las naciones más beneficiadas están algunas de las más frías del mundo. Finlandia, Noruega y Canadá, por ejemplo, han tenido un incremento del PIB del 48,2%, el 34,3% y el 32% respectivamente mayor del que hubieran tenido sin que el cambio climático suavizara sus temperaturas. Rusia y buena parte de los países de Europa del este también se han visto beneficiados, aunque aquí solo hay datos desde 1991.
Dejando a un lado las monarquías petroleras del Golfo, la práctica totalidad de los países más desarrollados se encuentran en la franja templada del planeta. Aquí, los impactos son más suaves y de signo más incierto. Así, mientras España hubiera crecido un 2,9% o EE UU un 0,2% más de no mediar el calentamiento global, Francia ha subido su PIB en un 4,2%.
En el extremo contrario están los países tropicales y cercanos al ecuador. El valor medio de pérdida del PIB en presencia del cambio climático llega al 30%. Pero hay lugares como Mauritania o Níger donde el impacto ha sido de más del 40%.
"Los datos históricos muestran claramente que las cosechas rinden más, la gente es más saludable y somos más productivos cuanto las temperaturas no son ni muy altas ni muy bajas", recuerda el profesor Marshall Burke, también coautor del trabajo. "Esto supone que en los países fríos, un poco de calor puede venir bien. Y sucede lo contrario en los lugares que ya son cálidos", añade.
Los países peor parados económicamente están entre los que menos responsabilidad tienen en las emisiones de CO2
La injusticia se completa al constatar la relación inversa que hay con las emisiones. Entre 1961 y 2010, los 18 países con menos emisiones GEI acumuladas han tenido un impacto negativo en su PIB del 27%. Sin embargo, 14 de los 19 países con más emisiones de CO2 han visto crecer su PIB gracias a ellas en un 13%. Y se trata de responsabilidades muy diferentes. Las emisiones de los más ricos superan las 300 toneladas de CO2 por persona en los últimos 50 años, frente a las menos de 10 toneladas de los más pobres.
"A la localización geográfica, estos países han de añadir su mayor vulnerabilidad climática y menor capacidad de enfrentarse al cambio climático", comenta el economista de la Universidad Autónoma de Barcelona y especializados en cambio climático y emisiones, Emilio Padilla. Y pone un ejemplo: "Cuando tienes una infraestructura sanitaria ya precaria, una variación de la temperatura que conlleve un ligero cambio en la distribución de insectos vectores de enfermedades puede suponer un desastre". Padilla, que no ha participado en este último estudio, recuerda que los Acuerdos de París ya incluyen mecanismos para reducir esta desigualdad climática, pero también recuerda que se trata de un compromiso voluntario.
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