En su informe Maldito Plástico, Greenpeace demuestra que Ecoembes miente: España apenas recupera el 25% de los envases plásticos, lo cual es mucho menos de lo que dice Ecoembes (77%).
Después de ver tantísimos envases tirados en cualquier sitio (calles, papeleras, ríos, mares…) es fácil deducir que Ecoembes miente. A esta empresa le interesa que todos pensemos que su trabajo es excelente. Ecoembes es un gigante poderoso que paga estudios y cátedras universitarias, y que tiene periodistas aduladores, como José Luis Gallego (@ecogallego), quienes nunca dicen nada en contra del sistema de reciclaje actual, aunque sea desastroso. No solo tienen periodistas afines sino medios completos:
- Efeverde (de la agencia Efe): Esta es una buena web de noticias ambientales, pero nunca dirá nada contra Ecoembes porque tienen acuerdos entre ambos (por ejemplo, para formar a periodistas supuestamente ambientales).
- La Vanguardia: Este medio tiene su propia sección para cantar las alabanzas del reciclaje en España y de Ecoembes.
- El Asombrario: Tiene una sección llamada El Asombrario Recicla (pero no El Asombrario Reduce o Reutiliza), y todas las noticias son fantásticas respecto al reciclaje.
- La Sexta: Los titulares de los artículos de su tag Ecoembes dejan claro su optimismo en el reciclaje y que son un altavoz de Ecoembes.
- Onda Cero: Este medio reserva un espacio personal para José Luis Gallego y sus reportajes también son siempre optimistas con el reciclaje de Ecoembes.
Si uno lee los artículos sobre reciclaje de los medios anteriores, parece que hablan de un país distinto al que se refiere el informe de Greenpeace. Es fácil deducir en qué lado puede estar la verdad. Ecoembes pretende engañar a la gente para justificar su trabajo y seguir ganando dinero. Pero no engañan a todo el mundo. Sabemos que Ecoembes es una empresa privada que cobra de las empresas envasadoras sin importar si los envases se reciclan, si van al mar, al vertedero… o se queman en uno de los muchos incendios misteriosos. Además, los ayuntamientos tienen que pagar parte de los costes: según Greenpeace, “los ayuntamientos (los y las ciudadanas) están soportando, desde sus presupuestos, un elevado sobrecoste” y no hay ningún control sobre cuántos envases se venden y por los cuales deberían pagar las empresas. Todo apunta a que Ecoembes está al servicio de las empresas envasadoras para ahorrarles costes, a costa del medioambiente.
El informe de Greenpeace concluye que el sistema actual funciona muy mal pero resulta muy beneficioso tanto para las empresas envasadoras, como para Ecoembes y Ecovidrio, que tienen el negocio perfecto para ganar dinero, sin importarles demasiado ni el reciclaje ni la contaminación. Para el negocio de estas empresas lo importante es que se produzcan muchos envases. Luego, es suficiente con reciclar algunos para quedar bien, o buscar a voluntarios para que limpien gratis un trocito de campo. ¿Qué hacen esas empresas para reducir los envases de usar y tirar? ¿Y para evitar los incendios en plantas de reciclaje?
Greenpeace pone nombre a las empresas más contaminantes. Por orden, algunas de las más contaminantes son Coca-Cola, PepsiCola, Nestlé, Danone, Mondelez International, Procter&Gamble y Unilever. Ahora vas y compras algo de estas marcas.
En el informe mencionado destacan los problemas que se generan, como por ejemplo la contaminación de los peces del mar por plástico (y otros tóxicos). Cuando comemos pescado, estamos comiendo plástico y mercurio.
Por otra parte, en España se incineran más de 2.5 millones de toneladas de residuos municipales en las diez incineradoras de basura que aún siguen en funcionamiento. Ahí se incluyen, al menos 172.000 toneladas de envases plásticos. Cataluña es la única comunidad que tiene más de una incineradora (tiene cuatro). Además, hay que contabilizar también otras industrias que incineran basuras, tales como las cementeras. El problema de la incineración es doble: emite humos muy tóxicos (que generan cáncer al ser respirados), e impide el correcto tratamiento de los residuos (su recuperación, reutilización o reciclaje).
Según Greenpeace, “la Unión Europea (…) estaría exportando el 40% de los residuos plásticos recogidos para su reciclaje“. Dado que China prohibió recientemente importar residuos, los plásticos españoles están acabando en, por ejemplo, vertederos de Malasia. España está entre los diez países que más “plástico” llevan a Malasia. O sea, los españoles separan el plástico para reciclar pero algunos de esos envases acaban tirados en países pobres. Al bajo nivel de reciclaje en España y a los problemas del reciclaje, hay que sumar la contaminación del transporte de tantas toneladas de plásticos.
Greenpeace deja claro en su informe tres hechos: a) reciclar no es suficiente; b) hay que reducir el consumo de envases de usar y tirar; y c) el sistema de reciclaje en España no funciona bien. Además, proponen una lista con cerca de cincuenta sugerencias muy interesantes, dirigidas específicamente a supermercados, gobiernos y ciudadanos.
Sin embargo, Greenpeace entra en una pequeña contradicción: propone un SDDRpara todo tipo de envases porque mejora las tasas de reciclaje, pero a la vez afirma que “reciclar no es suficiente”. Si reciclar no es suficiente, disminuir los materiales que deban ser reciclados debe estar por delante de aumentar el reciclaje. Para ello, un objetivo más sensato es un SDDR para envases reutilizables. Por nuestra parte, hacemos esta propuesta para atajar el problema:
- Que la gente tome conciencia y evitemos comprar cosas en plástico de usar y tirar: El plástico debe reservarse para productos de larga duración y, por supuesto, reciclables al final de su vida útil, pero no para productos que están en nuestras manos apenas unos minutos, como un envase de yogur o una lata de bebida o comida.
- Que los gobiernos legislen pensando en el medioambiente y no en las empresas: Los envases de vidrio deberían ser por ley reutilizados (con SDDR) y los envases de usar y tirar deben ser criminalizados con un fuerte impuesto ambiental. Los plásticos están matando a muchos animales y el plástico llega hasta el ser humano sin que sepamos todas sus consecuencias y sin que nadie esté pagando ni siquiera por las consecuencias ya conocidas. Pueden leerse aquí otros detalles de esta propuesta.
Por supuesto, puede haber muchos niveles de conciencia ecológica. En este tema, podemos establecer cinco niveles, de tal forma que un comportamiento ecológico sería solo el primer nivel o, como mucho, el segundo. A partir del tercer nivel, el comportamiento no es ecológico, aunque haya cosas peores. Veamos estos cinco niveles de conciencia ambiental respecto a los envases:
- Nivel 1: No comprar envases de un solo uso, salvo excepciones y nunca en compras habituales (alimentos, bebidas…). Para evitar algunos envases hay que usar la imaginación. Por ejemplo, haciendo jabón casero podemos evitar comprar champú y detergentes.
- Nivel 2: Comprar pocos envases de un solo uso y depositarlos en el contenedor adecuado para que se reciclen (si hay suerte). Pero atención, no debemos comprar nada en tetrabrik (envase que no se pueden reciclar o es muy costoso, aunque nos quieran engañar diciéndonos lo contrario).
- Nivel 3: Comprar sin mirar el tipo de envase, pero luego depositar cada uno en su contenedor para intentar que se reciclen. Ten en cuenta que muchos de tus envases no serán reciclados.
- Nivel 4: Comprar sin fijarse en el tipo de envase y no reciclar nada, pero tirarlos a la basura, junto con lo orgánico. Todo acaba en un vertedero y dificulta hasta la generación de compost.
- Nivel 5: Comprar sin atender al tipo de envase y tirar todo a donde mejor nos pille (al suelo, en el campo, en la playa…). Este nivel está demasiado extendido por la escasa atención a la educación ambiental, como se muestra en el vídeo de Greenpeace que ponemos más abajo.
¿En qué nivel estás? ¿Te costaría mucho mejorar ese nivel? ¿Te parecen suficientes las medidas de la UE?
Que el plástico es un problema grave es algo ya bien conocido. Sin embargo, se siguen vendiendo cosas en plástico de usar y tirar. Ecoembes nos miente porque quiere que sigamos comprando, y así lo corrobora también el experto Alberto Vizcaíno, quién recientemente se preguntaba que, si los ciudadanos pagamos por todos los envases que compramos y solo se recupera el 25%, ¿quién está cometiendo fraude? (léase también este estupendo artículo suyo).
Estamos ante un problema global. Tal vez por ello, pensamos que no importa comprar unos yogures plastificados o una bebida en tetrabrik, pero sí importa. No tenemos que aspirar a reciclar más, sino a comprar menos productos envasados en plástico o en lata. No es algo utópico: en Londres ya hay barrios sin plástico y en ese país ya hay 20 pueblos con la certificación “Plastic free”, SIN PLÁSTICO.
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