En los alrededores del lago Constanza, frontera acuática entre Alemania, Suiza y Austria, las poblaciones de gorriones se han reducido en un 90% desde 1950. En el desierto de Mojave (EE UU) el raro cucarachero desértico es aún más raro de ver. Y en el delta del Okavango, en Botsuana, el número de buitres ha descendido en un 80% desde hace 20 años. Son tres datos de un fenómeno más global que está alarmando a los científicos: la desaparición de miles de millones de aves, en especial de las más comunes.
Los últimos datos del desastre los acaba de publicar la revista Science. Un estudio con datos de los últimos 50 años sobre la abundancia de 529 especies de aves que sobrevuelan los cielos de Norteamérica (Canadá y EE UU) muestra que hoy hay cerca de 3.000 millones de pájaros menos que en 1970. La cifra equivale al 29% de toda la avifauna de la región. El descenso es generalizado en casi todas las familias, dándose en casi el 60% de las especies. Pero es entre los paséridos (gorriones), aláudidos (alondras) y estúrnidos (estorninos) donde la desaparición llega hasta el 75%. Las rapaces y las aves acuáticas están entre las pocas que han ganado población.
"Esperábamos ver un declive continuado en las especies amenazadas", dice el investigador del laboratorio de ornitología de la Universidad Cornell (EE UU) y principal autor del estudio, Ken Rosenberg. "Pero, por primera vez, los resultados también muestran pérdidas generalizadas entre las aves más comunes de todos los hábitats", añade el también miembro de la organización American Bird Conservancy.
En Norteamérica han desaparecido 2.900 millones de pájaros en 50 años y en Europa 400 millones en 30 años
Estos datos, basados en avistamientos de una amplísima red de observadores, tanto aficionados como científicos, se han visto confirmados por un trabajo paralelo apoyado en la última tecnología. Los autores del estudio usaron los registros de 143 radares de la red NEXRAD de la agencia meteorológica de EE UU para detectar cambios en el volumen del flujo migratorio de las aves sobre el cielo estadounidense. Aunque no pudieron remontarse más allá de 2007, han estimado que la migración ha adelgazado en un 13,6% en ese tiempo.
La desaparición de los pájaros no es un fenómeno exclusivamente norteamericano. En 2014, investigadores europeos publicaron datos comparativamente similares. Aquel trabajo partía de 1980 y, hasta 2010, la población de aves europeas se había reducido en 400 millones desde los 2.000 estimados. Además del menor rango temporal, este estudio se limitó a 144 especies de las llamadas comunes. La tendencia, según el último informe (con datos hasta 2016) del Plan Paneuropeo para Monitorear las Aves Comunes(PCBMS), un tercio de las especies están en declive. La población total ha descendido en un 15% desde 1980 y, entre aves de pastizal, las más habituales de los paisajes abiertos, la reducción alcanza al 57%.
"De forma miope, los conservacionistas tienden a centrarse en las especies en extinción y, por lo tanto, son ciegos a, y subestiman, la importancia de las especies abundantes y aún comunes, los roles que desempeñan para nosotros en términos de servicios ecosistémicos y, muy especialmente, como barómetro fiel de la salud y sostenibilidad del ecosistema", argumenta el ornitólogo responsable de seguimiento de especies en el Centro para la Ciencia de la Conservación RSPB (Reino Unido) y supervisor del proyecto PCBMS, Richard Gregory. Entre esos servicios estarían la dispersión de semillas, la polinización o el control natural de plagas.
En España la tendencia es ambivalente. "La situación es estable, pero hay algunas especies con un descenso muy acusado", comenta el coordinador del área de estudio y seguimiento de SEO/BirdLife Juan Carlos del Moral. Como en el resto de Europa y Norteamérica, es el caso de las aves más relacionadas con el campo, que han perdido hasta 95 millones de sus efectivos en los últimos 20 años, según datos de esta organización conservacionista. En ese tiempo, solo entre las golondrinas, la población se ha reducido en 15 millones. "Ha desaparecido hasta el 74% de las codornices, pero eso aún no es extinción", añade.
El avance de la agricultura está reduciendo la disponibilidad de insectos y, con ellos, el alimento de muchas especies de aves
No hay una única causa de la desaparición masiva de los pájaros. Los autores del estudio de Norteamérica apuntan al deterioro del hábitat, la presión directa humana o el avance de la agricultura y, en especial, su intensificación. Un reciente estudio español relacionaba la desaparición de prácticas agrícolas tradicionales como el barbecho con el descenso de las poblaciones de aves de pastizal. También la sofisticación de los insecticidas está dejando sin alimento a las especies insectívoras. Otras causas apuntadas podrían ser la deforestación en las zonas tropicales o el trastorno provocado por el cambio climático, en especial entre las aves que anidan más al norte.
Pero no hay demasiados datos para saber si el fenómeno es realmente global o se limita a las regiones más alteradas por los humanos, al menos en cuanto a las aves más comunes. La ornitóloga de Cornell Viviana Ruiz, que no ha intervenido en el estudio de Norteamérica, recuerda en un correo que, en América Latina, la situación es "igual de intensiva o peor, en porcentaje sobre la población total". Y da algunos datos: el 44% de las 1.156 especies de aves residentes en Centroamérica están amenazadas, con un 14% en estado crítico.
"En África no tenemos la capacidad para estimar fielmente los cambios en la abundancia de los paseriformes [los pájaros]. Por razones prácticas, el esfuerzo se centra en las especies más grandes, como las rapaces, de las que tenemos series históricas", explica en un correo el profesor del Instituto Fitzpatrick de Ornitología Africana de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) Arjun Amar. "Sin embargo, también es cierto que los paseriformes que proliferan en algunas partes de África podrían estar sufriendo un declive a gran escala, pero, a diferencia de Europa o Norteamérica, no tenemos las herramientas para monitorearlo y detectarlo", añade.
Se produce la paradoja, al menos en Europa y Norteamérica, de que mientras las aves más comunes desaparecen por millones, las tradicionalmente más amenazadas se están recuperando. Según el estudio de Science, en EE UU y Canadá hay ahora 250 millones más de rapaces, aves acuáticas y otras tradicionalmente de caza, como pavos y faisanes. Los esfuerzos conservacionistas y la regulación cinegética explicarían esta recuperación que también se está observando en diversas especies icónicas de los cielos europeos.
Miguel Angel Criado para elPAIS
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