El carbón se ha convertido, en estos días de crisis, en el combustible fósil más caro del mundo, por encima del petróleo. El desplome de los precios del barril de brent en el último mes ha propiciado esta situación.
La crisis del coronavirus ha dado la vuelta a la balanza también en términos energéticos. El carbón, el que acostumbra a ser el combustible fósil más barato se ha convertido, en estos días de crisis, en el más caro del mundo, por encima del petróleo.
Han sido una serie de reacciones en cadena las que han propiciado esta situación, empezando por el desplome de los precios del barril de brent en el último mes. El índice de referencia del crudo registra, ahora, unos precios por debajo del carbón, según informó Bloomberg.
El precio de los futuros del Carbón de Newcastle (Australia) se situó en 66,85 dólares por tonelada métrica el pasado viernes, equivalente a 27,36 dólares por barril. En paralelo, los futuros del petróleo cotizaban a 26,98 dólares el barril.
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El carbón ha ido reduciendo su peso en la balanza energética europea y estadounidense en favor de un gas natural más barato (y menos contaminante) y las renovables. Sin embargo, el aumento de la demanda en los países asiáticos lo ha convertido en una fuente atractiva por su bajo coste.
La nueva clasificación del precio de los combustibles fósiles, responde más a la caída de los precios del petróleo que a un aumento de la demanda de carbón. El el vaivén de los precios del carbón de Newcastle se basa en fundamentos de oferta y demanda diferentes a los del crudo. Las cancelaciones de vuelos y restricciones de viajes han derivado en una caída del 20% del consumo de petróleo aunque Arabia Saudí y Rusia continúan inundando el mercado de suministro adicional.
*Artículo original publicado por Lidia Montes en Business Insider
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