Aunque nuestra civilización se haya empeñado en vivir de espaldas a la naturaleza, la nuestra es una especie más de mamíferos en ella -dicho sea de paso, una bastante mediocre si tenemos en cuenta que en un siglo hemos contaminado mares de forma masiva, deforestado el planeta, provocado el calentamiento global y extinguido a más del 60% de los animales salvajes-, que necesita el contacto con el medio natural para sentirse viva y conectada.
En un interesante estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, los investigadores trataron de identificar la "dosis" más efectiva de la naturaleza que necesitamos para hallar bienestar en el contexto de la vida diaria normal. Sin duda, se trata de un dato muy interesante: ya hay médicos en la actualidad que recetan naturaleza a sus pacientes en países como Escocia, mientras que numerosas terapias contra la ansiedad y la depresión incentivan a practicar horticultura o jardinería.
"Sabemos que pasar tiempo en la naturaleza reduce el estrés, pero hasta ahora no estaba claro cuánto es el mínimo suficiente, con qué frecuencia hacerlo o incluso qué tipo de experiencia en la naturaleza nos beneficiará", dijo la autora principal MaryCarol Hunter, profesora asociada en la Escuela de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Michigan. El estudio mostó que para reducir la presencia del cortisol, también conocida como la hormona del estrés, es fundamental pasar entre veinte minutos y media hora al día en un espacio natural.
En el pequeño experimento, 36 habitantes de la ciudad fueron solicitados para tener experiencias en la naturaleza de al menos 10 minutos tres veces por semana durante ocho semanas. Cada dos semanas se recopilaron muestras de saliva de los individuos para medir los niveles de cortisol, tanto antes como después de recibir su pequeña dosis diaria de naturaleza. Veinte minutos se mostraron suficiente para reducir significativamente los niveles de estrés. El efecto fue más eficiente entre 20 y 30 minutos, después de lo cual los beneficios continuaron acumulándose pero a un ritmo más lento.
En otro estudio llevado a cabo en Reino Unido tras analizar las rutinas de aproximadamente 20.000 personas se llegó a una conclusión similar: pasar al menos un total de dos horas semanales en un parque o bosque mejora con creces el bienestar y la salud física y mental. Otra investigación, publicada en el International Journal of Environmental Health Research determinó que pasar 20 minutos en un parque urbano puede hacerte más feliz, independientemente de si usas ese tiempo para hacer ejercicio o de la edad y capacidad física.
En otra revisión publicada en Frontiers in Psychology, investigadores de la Universidad de Cornell examinaron los resultados de 14 estudios que se centraron en el impacto de la naturaleza en los estudiantes universitarios. Pasar de 10 a 20 minutos sentado o caminando en la naturaleza ayudaba a los estudiantes universitarios a sentirse más felices y menos estresados. Razones de más para impulsar la presencia de más espacios verdes y cuidar los que ya tenemos.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.
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