La instalación de placas solares ha aumentado en los últimos
años. Los avances tecnológicos y la reducción de costes hacen de esta energía
ecológica una opción cada vez más interesante para los consumidores. España es
el tercer mercado mundial de la fotovoltaica, aunque en 2009 su enorme
crecimiento se ha frenado en virtud de una nueva normativa. En cualquier caso,
según sus defensores, la solar fotovoltaica será una de las energías claves en
el siglo XXI. Nabuo Tanaka, director de la Agencia Mundial de
la Energía,
asegura que entre el 20% y el 25% de la electricidad mundial podría tener
origen solar en 2050.
Las ventajas de la energía solar fotovoltaica son numerosas.
En primer lugar, son sistemas silenciosos, limpios y respetuosos con el medio
ambiente, en el caso de los sistemas domésticos, suponen un gran ahorro en el
traslado de energía, puesto que se encuentran en el punto de consumo. Su
mantenimiento es mínimo y tienen un gran periodo de vida útil, de manera que la
inversión inicial se amortiza en pocos años. Su uso implica un suministro de
energía continuo y fiable sin depender de las fuentes de energía convencional,
basadas en los contaminantes combustibles fósiles. En el caso de las centrales
fotovoltaicas, se requiere poco tiempo para su construcción.
Según Lucía Dólera, de la Asociación de la Industria Fotovoltaica
(ASIF), los paneles solares son muy versátiles, muy sencillos de operar, rápidos
de instalar, se obtiene electricidad en cualquier parte del mundo, no necesitan
infraestructuras y no se mueven ni cambian en ningún aspecto visible.
En cuanto a los inconvenientes, las instalaciones
fotovoltaicas tienen unas limitaciones que deben llevar a sus usuarios a la
moderación en el consumo y al empleo de aparatos con elevados rendimientos. La
aplicación de este tipo de energía solar en viviendas aisladas de la red
requiere, además de paneles, un sistema de acumulación, ya que el consumo no siempre
coincide con los momentos de luz o se da cuando las condiciones atmosféricas
son desfavorables. Dólera recuerda además su impacto visual y, por ello,
recomienda que la obra se integre al máximo posible en el medio que le rodea.
El precio de las instalaciones fotovoltaicas es cada vez
menos un inconveniente. Tomás Díaz, responsable de comunicación de ASIF,
sostiene que aunque el panel supone un desembolso económico fuerte de entrada,
"el consumidor lo amortiza en diez años y estará en su tejado de 25 a 40
años". Además, la tendencia del mercado marca precios cada vez más bajos. Juan Laso, presidente de la Asociación Empresarial
Fotovoltaica (AEF), recuerda que los paneles se han abaratado más de un 40% en
los últimos dos años.
Judith Tobeñas
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