Entre el 1 de enero y el 11 de julio, 182 ballenas grises han aparecido muertas o varadas en las costas pacíficas de México, EEUU y Canadá. Eso son cinco veces más que la media de la última década, pero ni siquiera así tenemos una idea completa del problema. Porque, como explica Jeffrey Boehm, las ballenas encontradas en tierra suponen solo un 10% de las ballenas que mueren.
Tras años de persecución de la caza de ballena, según los expertos, la población de ballenas grises ronda los 27.000 ejemplares algo nunca visto desde la edad de oro de la industria ballenera. Sin embargo, este "episodio de mortalidad inusual" ha puesto a las autoridades en alerta. Sobre todo, porque nadie sabe qué está ocurriendo.
Justo cuando las ballenas recuperaban la población
Mucho ruido, pero pocas nueces: En los últimos días, la prensa norteamericana está especulando sobre qué pasará con las ballenas y algunas de las teorías con las que trabajan los investigadores están ya en el debate público.
¿Y si son demasiadas? Algunas teorías nos dicen que lo que vemos es una consecuencia directa de la superpoblación de ballenas. Según parece, durante estos meses se ha dado un aumento significativo de varamientos por malnutrición y muchos expertos creen que podemos estar presenciando el agotamiento de las regiones donde se alimentan estos animales (las llamadas zonas bénticas).
¿Y si hay poco alimento? Sin embargo, no todos los investigadores fían la explicación a la superpoblación. En el último año, el aumento de las temperaturas han reducido el hielo marino en el estrecho de Bering hasta mínimos históricos. Esto, para muchos expertos, plantea la hipótesis de si no serán las temperaturas cálidas (el cambio climático, en general) las que están dañado los hábitats bénticos donde se alimentan las ballenas
Malditos barcos. El gran enemigo histórico de los animales marinos han sido los barcos. Y en el caso de las ballenas grises más aún, porque, a diferencia de otros animales como las orcas, son muy torpes detectándolos. La mitad de los ejemplares encontrados muertos lo han sido por un impacto de este tipo. No obstante, como señalan los expertos, no está claro por qué ahora se están produciendo tantos golpes más.
Muchas incógnitas Sea como sea, la verdadera razón que hay detrás del problema de las ballenas grises sigue siendo una incógnita. Es probable que la respuesta se encuentre en alguna combinación de esas tres teorías y que la falta de alimento (por ambas causas) obligue a las ballenas a acercarse más a la costa (donde están más expuestas a colisiones fortuitas). Sin embargo, es pronto para afirmar nada, pese a que las playas sigan llenándose de cetáceos.
Javier Jimenez
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