El estómago de las vacas podría solucionar nuestros problemas de residuos plásticos.
La producción de carne de vacuno representa actualmente el 3,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero sólo en Estados Unidos. Para la FAO, este porcentaje se eleva a un 20% del total mundial.
La Unión Europea busca la manera de hacer que ganaderos y agricultores paguen por los daños que su actividad económica genera sobre el medio ambiente. Deberán pagar un impuesto por las ventosidades de sus reses, por la leche y también por la carne.
Pero mientras las vacas pueden estar matando lentamente al planeta, una nueva investigación afirma que el tracto digestivo del ganado puede tener los ingredientes necesarios para ayudarnos a mejorarlo.
Según una investigación publicada en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology, los microbios que descomponen los alimentos en el intestino de las vacas podrían ayudar a resolver el enorme problema de los plásticos en el planeta.
Una enorme comunidad microbiana vive en el retículo del rumen y es responsable de la digestión de los alimentos en los animales.
Doris Ribitsch, coautora del estudio, Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Viena.
Los intestinos de las vacas, como los nuestros, están repletos de microbios como bacterias, hongos y otros. Esta flora intestinal contiene enzimas que pueden descomponer y digerir los alimentos.
En una parte especialmente grande del estómago de la vaca, conocido como rumen, las bacterias digieren la celulosa vegetal de la hierba y el pienso que come la vaca.
Los investigadores especulan que, dado que el intestino de la vaca descompone los poliésteres naturales de las plantas, la flora del rumen podría hacer lo mismo con los poliésteres de los materiales plásticos.
Así, el equipo comprobó la capacidad del rumen de vaca para degradar o descomponer tres materiales de poliéster habituales en el plástico:
- Tereftalato de polietileno (PET) – Un plástico ligero que se encuentra en muchos tipos comunes de envases, incluyendo las botellas de agua.
- Polibutileno adipato-co-tereftalato (PBAT) – Un plástico biodegradable que se ha utilizado en envases compostables.
- Polietileno furanoato (PEF) – Un plástico fabricado con materiales renovables que sirve como alternativa al PET para las botellas de bebidas y los envases.
Resulta que el rumen de las vacas y sus bacterias son muy buenas para descomponer el plástico de forma sostenible. Los investigadores dicen que las “muestras de rumen fueron capaces de degradar los tres poliésteres probados” con éxito.
Sin embargo, los microbios del rumen fueron más activos a la hora de digerir el PEF que el PET. El PET es mucho más difícil de descomponer. El PET puede encontrarse en artículos comunes como las botellas de agua de plástico, que a menudo se descomponen en microplásticos.
Estos investigadores no son los primeros en proponer el uso de microbios para descomponer los residuos de forma ecológica. De hecho, los antiguos romanos usaban una forma de biolixiviación, que los científicos han propuesto para reciclar los metales de los residuos electrónicos usando bacterias.
En los últimos años, los científicos han sugerido utilizar desde los microbios de los hongos hasta las orugas para degradar los residuos de plástico. El rumen es sólo lo último en esta línea de investigación emergente.
Los científicos concluyen que el líquido ruminal es una “fuente barata” de enzimas bacterianas que degradan el plástico.
Este estudio nos da la esperanza de encontrar otras enzimas -que es lo que segregan estos microbios- [que] pueden ser incluso más eficaces que las encontradas en el rumen de las vacas.
Los futuros estudios deberían tener como objetivo la identificación y el cultivo de los microbios y enzimas que pueden descomponer el plástico.
Pero el principal problema no es técnico. Es económico. No hay dinero en el reciclaje de plástico, así que la inversión para desarrollar estas tecnologías es muy difícil de encontrar.
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