Marte es el planeta rojo. Mercurio y Saturno son de color amarillo. Y
Urano y Neptuno, verdosos. Los demás componentes del sistema solar, excepto la
Tierra, son blancos. Sólo la Tierra es azul vista desde las aeronaves.
La vida depende de
que se mantenga el conjunto de ecosistemas que le sirven de soporte, de que se
conserven los equilibrios básicos de la naturaleza. Por eso tiene tanta
importancia lo que en el medio natural se está haciendo día a día, así como lo
que se hará en el futuro. En ese sentido comentaremos las expectativas –del
lado de los países menos y más desarrollados-, para después nombrar algunas
cuestiones concretas de conservacionismo ecológico.
Posición
de los países menos desarrollados
El punto de vista de
los países menos desarrollados (PMD) no es homogéneo. Pero a parte de esto, lo cierto es que hay unas
ciertas posiciones comunes.
Joao Augusto de
Araujo Castro, Representante Parlamentario que fue de Brasil en las Naciones
Unidas, ha sido uno de los mayores portavoces de los PMD.
Araujo sostiene que, los principales problemas ecológicos se dan en
los países industriales (PI), en los cuales, en muy poco se ha pasado de la más completa
despreocupación por el entorno a una especie de verdadero culto a la
naturaleza.
Por otro lado, el
problema fundamental no es el que identifica la crítica neo-malthusiana, que en
general lo polariza todo en el crecimiento demográfico en los PMD, sino que radica en la ostensible
y creciente contaminación de la
abundancia, característica de los PI, así como en el despilfarro en gastos militares.
Por todo ello, una
política ecológica de ámbito mundial, requiere al propio tiempo todo un compromiso mundial
al desarrollo, que tenga en cuenta la relación existente entre la preservación
del medio ambiente y la urgente necesidad de acelerar el progreso
socioeconómico en los PMD, a fin de lograr, en definitiva, que se atiendan simultáneamente
ambos aspectos.
La
actitud de los países desarrollados
Los argumentos de
Araujo en pro de los PMD también son susceptibles de réplica, en palabras de los ecólogos de
los PI que no
son tan primarios como para polarizar su obsesión malthusiana en poner término
a la proliferación de tercermundeños. En este sentido los testimonios más
validos son los de los Ehrlich. Sus conclusiones resumen el punto de vista más
progresivo de los PI:
El planeta está
fuertemente superpoblado, y el crecimiento demográfico dificulta la resolución
de sus problemas. Gran parte de la humanidad se encuentra mal alimentada, y en
algunos aspectos es deterioro del medio ambiente es posible que ya sea
auténticamente irreversible.
La solución al
panorama que se ha ido generando de esta forma es una serie de cambios rápidos en las actitudes humanas, especialmente en las relacionadas con el
comportamiento reproductivo, el crecimiento económico, la tecnología, la
preocupación por el entorno, y la resolución pacífica de los conflictos
internacionales.
Resumiendo, en el
fondo, los puntos de vista de los PMD y de los elementos más progresivos de los PI no se encuentran tan alejados
entre sí. Los razonamientos de Araujo, difícilmente podrían contrarrestar la
argumentación más reciente de los Ehrlich.
Nacimiento
y progreso del conservacionismo ecológico
Mucha gente no había
oído hablar de preocupación por el medio ambiente hasta la Conferencia de
Estocolmo. La reunión de 1972 fue el comienzo de una nueva etapa de universalización de las
preocupaciones medioambientales.
Esto no quiere decir que no hubiera
habido planteamientos muy anteriores sobre las necesaria preservación del
entorno.
En el plano internacional, el primer proyecto de cooperación con fines
conservacionistas se debe al Dr. Paul Sarasin quien consiguió que se aceptara
su propuesta de formar un comité con el fin de esbozar lo que podría ser una
Comisión internacional o mundial para la protección de la naturaleza. El
proyecto fue inviable debido a la tensión existente en 1914.
En Julio de 1928 se creo la “Oficina Internacional para la protección de la Naturaleza”
gracias a un acuerdo de los países europeos. Pero la Segunda Guerra Mundial
acabó con el proyecto.
En 1947 Gran Bretaña y Suiza crearon la
llamada “Unión Internacional provisional
para la protección de la Naturaleza”. Esta institución quedo definitivamente
formalizada como “International Union for the Conservation of the Nature” (IUCN), en 1948 en la reunión de la UNESCO.
Desde 1968, la IUCN
ha venido realizando un trabajo modesto, sin espectacularidades, pero que ha
contribuido de forma muy positiva a la necesaria mentalización de los medios
oficiales en los más diversos países; tarea ineludible para obtener resultados
a medio y largo plazo.
Por otro lado, la UNESCO,
en su difusión de las preocupaciones ecológicas, auspició un programa de
amplios estudios sobre el medio humano que se tradujo en la “Conferencia
Internacional de la Biosfera”. En esta se apoyó la idea de que la ONU promoviera un encuentro
mundial sobre problemas medioambientales. Este fue el origen de la “Conferencia
de Estocolmo”, en la cual se decidió la creación del: “Programa de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente”. (PNUMA).
Entre 1972 y 1982
se preparó la “Estrategia Mundial para la Conservación”, (EMC),
elaborada por la “Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza y
de los Recursos Naturales”, (UICN), con la asesoría, cooperación y apoyo
financiero del PNUMA y del World Wildlife End (WWF) y con la
colaboración de la UNESCO.
La aspiración de la EMC consiste
en promover un enfoque integrado de la gestión de los recursos vivos,
proporcionando las orientaciones para su desarrollo. Se dirige fundamentalmente
a tres grupos sociales: funcionarios y asesores a cargo de la acción
gubernativa; conservacionistas y otras personas directamente vinculadas al tema
de los recursos vivos; y responsables de la política de desarrollo económico,
incluidas las organizaciones de los sectores industriales, del comercio, así
como de los sindicatos. Los puntos básicos de la EMC son:
1.- Su finalidad consiste en alcanzar varios
objetivos:
a) Mantener
los procesos ecológicos esenciales, de los que dependen la supervivencia y
el desarrollo humano.
b) Preservar
la diversidad genética, es decir, la gama del material genético que se encuentra en los organismos
vivos de todo el mundo por su trascendencia en multitud de sistemas.
c) Asegurar el
aprovechamiento indefinido de las especies y de los ecosistemas, que constituyen
la base vital para millones de comunidades rurales, así como para industrias de
gran importancia.
2.- Estos objetivos
han de cubrirse con rapidez, pues:
a) La
capacidad del planeta para sustentar a los seres humanos está disminuyendo
irreversiblemente, tanto en los países en vías de desarrollo como en los
desarrollados.
b) En los PMD, miles de millones de toneladas
de suelo se pierden cada año debido a la deforestación y al cultivo
inadecuado; en tanto que en los PI gran parte de las mejores tierras de cultivo desaparecen cada año bajo
edificios y carreteras.
c) Centenares de millones de habitantes rurales de
los PMD se ven
obligados a la destrucción de recursos, para
liberarse en el día a día de la inanición y de la miseria.
d) La energía,
los costes financieros y otros costes de suministro de bienes y servicios, aumentan en todo el mundo. Pero
muy especialmente en los PMD.
e) La misma
base de recursos de las grandes industrias, disminuye.
3.- Los principales
obstáculos para lograr la conservación son:
a) La creencia de que el tema de la conservación de
los recursos vivos sólo afecta a unos pocos casos de alcance limitado y que,
por tanto, no se trata de un proceso que incida en todos los sectores del
medio.
b) La imposibilidad, derivada del anterior punto de
vista, de integrar conservación y desarrollo en una misma política.
c) Los propósitos de crecimiento económico, casi
siempre inflexibles y destructivos por su perspectiva ambiental inadecuada, de
falta de aprovechamiento nacional de los recursos, y de enfoques basados en
cortos intereses inmediatos; y no en una visión amplia y a largo plazo como
debiera ser.
d) La falta de capacidad conservacionista, debido a
una legislación no sólo incorrecta, y por lo demás inaplicada en muchas
ocasiones. Contribuyendo también a ello la mediocre organización de los
departamentos gubernamentales, que a menudo carecen de poderes suficientes y de
la coordinación adecuada. También son factores muy negativos la penuria de
personal competente y la escasez de informaciones básicas sobre prioridades, y
capacidades productivas y de regeneración de los recursos vivos.
e) La falta de apoyo para la acción
conservacionista, debido a la escasez y a la superficialidad de la conciencia
sobre los beneficios que de ella se
derivarían; situación que incluso se da entre quienes utilizan directamente
recursos vivos.
f) El no aplicar el desarrollo conservacionista
donde más falta hace, sobre todo en las zonas rurales en los países más
avanzados.
4.- En base a todo ello, la EMC:
a) Define los
modos de conservación de los recursos vivos, y explica sus objetivos de
contribuir a la supervivencia y al desarrollo humano.
b) Determina los requisitos
prioritarios para alcanzar cada uno de los
objetivos.
c) Propone
estrategias nacionales y subnacionales
para satisfacer los requisitos prioritarios, describiendo el marco y los
principios más coherentes.
d) Recomienda
una política ambiental de previsión, de conservación multisectorial y un
sistema de contabilidad nacional más
amplio para insertar en él la conservación y el desarrollo al nivel de las
decisiones políticas.
e) Propone un método
integrado para la evaluación de los recursos terrestres y acuáticos.
f) Recomienda la revisión
de las legislaciones sobre recursos vivos, y para ello sugiere unos
principios generales de organización dentro de las esferas gubernamentales;
proponiendo, en particular, la mejora de la organización conservacionista de
los suelos y de los recursos marinos.
g) Sugiere la
forma de aumentar el número de personas capacitadas y adiestradas, así como
una mayor investigación; al objeto de generar lo más rápidamente posible la
información indispensable.
h) Recomienda
una mayor participación pública en los procesos de planteamiento y decisión
relacionados con los recursos vivos, proponiendo los programas y las campañas
de educación ambiental necesarias a fin de lograr mayor apoyo público.
i) Sugiere tanto los medios para conservar los recursos vivos de las comunidades rurales, como los
modos de prestarles ayuda para aprovechar más racionalmente lo que es la base
esencial del desarrollo de que tanto necesitan.
5.- Además, la EMC recomienda una acción internacional destinada
a promover, apoyar y coordinar las actividades nacionales, con especial énfasis en la necesidad de:
a) Un
Derecho conservacionista internacional más riguroso y completo, y que preste más ayuda al desarrollo que atienda a la conservación de
los recursos vivos.
b) Programas internacionales
que fomenten la conservación de los bosques
tropicales y de las
zonas áridas, la conservación del patrimonio común universal: el mar, la atmósfera y la Antártida.
c) Estrategias
regionales para impulsar la conservación de los recursos vivos compartidos, sobre todo en la relación
de las cuencas hidrográficas y los mares internacionales.
6.- La EMC termina resumiendo los principales
requisitos del desarrollos sostenido,
indicando igualmente las prioridades conservacionistas del Tercer Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas.
En 1982 los países miembros del PNUMA se reunieron en Nairobi para
recapitular sus acciones y formular nuevas propuestas de cara al futuro.
De esta sesión
surgieron dos documentos de importancia: la
Declaración de Nairobi y una revisión global del Plan de Acción para el Medio Ambiente.
La Declaración
de Nairobi se formuló a modo de decálogo. En ella quedaron subrayados los
extremos concretos de la situación medioambiental al nivel de 1982. Un panorama nada alentador. En
esta declaración se subrayaron los siguientes puntos:
1.- La indudable influencia
de la Conferencia de Estocolmo de 1972 en la opinión y en los poderes públicos, que dio una idea bien clara
de la fragilidad del medio humano.
2.- El carácter
insatisfactorio, sin embargo, de la aplicación real del Plan de Acción surgido
de la reunión de Estocolmo.
3.- La progresiva
comprobación de que todas las cuestiones medioambientales están
interrelacionadas, de lo cual se deriva la exigencia de una metodología
integradora.
4.- La apreciación de
que los serios peligros que amenazan al medio se agravan aún más por la pobreza
y el consumo derrochador, así como por la falta de una correcta combinación de
mercado y planificación en la elaboración de la política económica.
5.- La idea de que el
medio ambiente no se verá mejorado sino en un concreto internacional de paz y
seguridad, en el que se potencie la lucha contra actitudes atávicas del tipo
del racismo y del colonialismo.
6.- La necesidad de
una estrecha cooperación entre Estados, para resolver los problemas que
simultáneamente les afectan y que hunden sus raíces en las mismas causas.
7.- La constatación
de que los problemas medioambientales más graves se dan en los países menos
desarrollados, lo cual exige la ayuda solidaria de los más avanzados.
8.- La evidencia de
que la disminución de los recursos naturales exige planificar su mejor
aprovechamiento.
9.- El énfasis en
prevenir los daños al medio, en vez de por negligencias inadmisibles esperar a
su materialización, para después tener que acometer la compleja tarea de
repararlos a un elevado coste, o de simplemente resignarse a aceptar su
irreversibilidad.
10.- La acuciante
obligación de los Estados, de las organizaciones de todo tipo, y de los
individuos, de apoyar el Plan de Acción y de contribuir al fortalecimiento del PNUMA.
En resumen, la
Declaración de Nairobi constituyó todo un llamamiento. Marcó sobre la
precedente de Estocolmo la idea de que la situación era peor que diez años
antes, y que por ello mismo la verdadera acción no podía demorarse por más
tiempo.
El Plan de
Acción aprobado supone un esfuerzo para sistematizar la lista de futuras
acciones. Los puntos más importantes son:
I. Los logros principales del Plan de Acción. El balance crítico del
decenio 1972-1982 revela importantes desfases entre previsiones y realizaciones, y la
disminución, en consecuencia, de las holguras para la acción futura. El tiempo
apremia.
II. Nueva percepción de las cuestiones ambientales. De cara a los años 80 y al 2000, se plantea la necesidad del
desarme, la prudente utilización de los recursos, la búsqueda imaginativa de
nuevos modelos de desarrollo con una planificación que reconozca los límites
externos, la conveniencia de no privatizar el patrimonio genético, y la
precisión ineludible de analizar las raíces profundas de la pobreza.
III. Tendencias principales y problemas potenciales relativos al medio
ambiente a plantear al sistema de las Naciones Unidas para el período 1982-92. Prioridades para el PNUMA. En esa parte del Plan de Acción se
examinan, caso por caso, las tendencias y
los problemas en los distintos aspectos de la realidad ambiental,
marcándose las prioridades para el siguiente decenio en todo lo relativo a
atmósfera, océanos, litosfera, biótica terrestre y sistemas bioproductivos,
población y asentamientos humanos, salud, energía, desarrollo industrial y
económico, así como la cuestión crucial de la paz y la seguridad en relación
con el medio ambiente. Esta sección constituye, pues, el núcleo de todo el Plan
de Acción.
IV. Orientación básica del PNUMA para 1982-1992. Es una formulación de las
funciones del PNUMA: vigilancia y evaluación de los problemas medioambientales a escala
mundial; promoción de la gestión racional de los recursos, especialmente en los
PMD; fomento
de la ampliación de sus capacidades de respuesta; y sobre todo, mejor gestión
del uso de la tierra y el agua, para luchar contra la desertificación y la
deforestación.
V. Planificación y ejecución de las actividades ambientales. En este
pasaje, el PNUMA insta a los gobiernos a reforzar sus sistemas de vigilancia
medioambiental; y asigna al Director Ejecutivo del propio PNUMA la tarea de velar por la
aplicación efectiva del Plan de Acción, en coordinación con todo el sistema de
las Naciones Unidas y los programas nacionales.
VI. Disposiciones institucionales relativas al PNUMA. Se refieren, sobre todo, al reforzamiento del esquema institucional
del PNUMA, muy en
especial del Fondo para el Medio
Ambiente.
El problema del Plan de Acción es su escasa
concreción a nivel territorial, y su carácter no vinculante. Constituye más
bien un programa indicativo, y la verdad es que con esas limitaciones no parece
que pueda frenarse el deterioro del planeta. Por eso, el principio del PNUMA habrá de adquirir mayor rango entre
los organismos de las Naciones Unidas, asumiendo poderes ejecutivos para las
diversas cuestiones concretas.
Begoña Hernández Rubio
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