Ayer, más de 11.000 científicos de todo el mundo se unieron para declarar una “emergencia climática”. Su paper, publicado este martes en la revista Bioscience, explica toda la ciencia que hay detrás de esta emergencia y plantea soluciones que podemos tomar para lidiar con ella.
Los científicos no son los primeros en hacer una declaración de este tipo. Una nación tribal en el Yukón canadiense, Reino Unido y algunas zonas de Australiahan llegado a la misma funesta conclusión. En los Estados Unidos, los miembros del Congreso han presionado al gobierno federal para que haga lo mismo, pero ya sabemos lo que opina Donald Trump de todo esto. De todos modos, este anuncio de los científicos es importante porque no lo hacen por motivos políticos o como una protesta emocional sin fundamento. Están declarando una emergencia climática porque la ciencia respalda esta afirmación.
Los firmantes, que provienen de 153 países, señalan que la sociedad ha tomado pocas medidas para prevenir el desastre climático. Sigue ocurriendo lo mismo desiempre, a pesar del consenso científico de que quemar combustibles fósiles y conducir automóviles está perjudicando gravemente el medio ambiente (el mismo entorno en el que todos tendremos que vivir en un futuro no muy lejano). Los gases de efecto invernadero continúan llegando a la atmósfera y, si no detenemos esto, estaremos condenados.
Los científicos ofrecen diferentes indicadores —más allá de la temperatura global, que los líderes mundiales deberían mirar de vez en cuando— como el crecimiento de la población, el consumo de carne, el consumo de energía y las pérdidas económicas anuales por eventos climáticos extremos. Esto puede ayudarnos a ver lo que hemos hecho para abordar esta crisis climática. La disminución de las tasas de natalidad y el aumento de las energía renovables son sinónimo de que las cosas están mejorando. Sin embargo, una disminución del número de árboles o el aumento del número de ganado estabulado indican todo lo contrario. Pero aun hay tiempo para actuar, y estos científicos nos instan a prestar atención a su aviso.
“Aunque las cosas están mal, no todo está perdido”, dijo Thomas Newsome, firmante e investigador de la Universidad de Sydney, en un comunicado de prensa. “Podemos tomar medidas para abordar la emergencia climática”.
Estos pasos implican reemplazar los combustibles fósiles con energíasrenovables, reducir los contaminantes que agravan el calentamiento (como los hidrofluorocarbonos), restaurar los bosques, cambiar a una dieta centrada en vegetales, estabilizar la población mundial y transformar la economía. Nuestra economía centrada en combustibles fósiles tiene que cambiar si pretendemos revertir el cambio climático. Esto escribieron los propios científicos:
“Mitigar y adaptarse al cambio climático al tiempo que se honra la diversidad de los seres humanos implica grandes transformaciones en las formas en que nuestra sociedad global funciona e interactúa con los ecosistemas naturales. Esta reciente preocupación nos alienta. Los organismos gubernamentales están declarando una emergencia climática. Los estudiantes van a la huelga. Los juicios por ecocidios están en los tribunales. Los movimientos de ciudadanos exigen cambios, y muchos países, estados, provincias, ciudades y empresas están respondiendo.Como Alianza de Científicos del Mundo, estamos listos para ayudar a los que tengan que tomar las decisiones para una transición justa hacia un futuro sostenible y equitativo. La buena noticia es que un cambio tan transformador, con justicia social y económica para todos, promete un bienestar humano mucho mayor a largo plazo. Creemos que las perspectivas serán mayores si los que toman las decisiones y toda la humanidad responden de inmediato a esta advertencia y a esta declaración de emergencia climática y actúan para mantener la vida en la Tierra, nuestro único hogar.
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