Tetrabrik de agua 100% reciclable. Botella de plástico para agua 100% reciclable. Envase de plástico para sándwiches 100% reciclable. Resulta llamativo la falta de control para poner este reclamo ecológico en los productos en España. Sin embargo, según la empresa madrileña Dríade SM, que acaba de presentar una novedosa metodología para medir con rigor cuánto se puede reciclar de un envase, hoy en día no hay ninguno que puede considerarse realmente 100% reciclable. “Para nosotros lo máximo es un envase cinco estrellas, que se pone a partir de un 85% de reciclabilidad, eso ya es mucho, pues hay que descontar el tapón, la etiqueta, las tintas…”, detalla Raquel Iglesias, directora general de Dríade SM, que especifica que ellos no solo miden la cantidad real que se recicla de un envase, sino también la calidad del material resultante y su capacidad para sustituir materia prima virgen “en casi idénticas condiciones”.
Cuando se analiza cuánto se pueden reciclar realmente los distintos envases del mercado con una metodología como esta, que cuenta con el apoyo científico de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, nos encontramos con muchas sorpresas.
Envases con 0 estrellas
La metodología de Dríade SM diferencia primero aquellos envases que, aunque estén fabricados con materiales reciclables, ellos mismos no pueden reciclarse. Es el caso de productos de reducido tamaño, como los envoltorios de pequeñas porciones de mantequilla, por ejemplo. Al ser tan pequeños no pueden ser recuperados en las plantas de selección de residuos. “Aunque estén hechos con materiales reciclables, para nosotros son 0% reciclables”, comenta Iglesias.
Envases con 1 o 2 estrellas
En esta categoría entraría un tetrabrik. Estos envases son complicados de reciclar porque están formados por distintas capas de cartón, plástico y aluminio. Teóricamente, se suele considerar que estos envases se reciclan en un 75%, la parte correspondiente al cartón. Sin embargo, con la metodología de Dríade SM el porcentaje estimado resulta bastante más bajo. “Parte de las fibras de papel de un tetrabrik se quedan con el aluminio y además las fibras se acortan en el proceso de reciclado, toda esa pérdida de material la cuantificamos, por eso sale muy bajo”, señala la directora.
Envases con 3 o 4 estrellas
Por lo general, los envases de un solo material son más fáciles de reciclar que los multimateriales o multicapas, aunque luego es muy importante el diseño. Hay muchas variables que pueden hacer que un buen envase de un solo material no se recicle tanto como se espera por cuestiones como las etiquetas, las tintas, el color del material… Como se ve con esta nueva metodología, una botella de plástico de color rojo, azul o rosa para agua, por ejemplo, va a reciclarse peor que otra transparente. También se reducirá la proporción de material reciclado si los tintes van en el propio plástico en lugar de en una etiqueta o si el adhesivo utilizado no permite que la etiqueta se separe con facilidad en el proceso de reciclado. “Es importante que las tintas no destiñan en el proceso, pues pueden contaminar las balsas de lavado”, especifica Iglesias.
Envases con 5 estrellas
Aunque habría que ver caso por caso, la directora de Dríade SM explica que un envase certificado como 5 estrellas en reciclabilidad podría ser una lata de aluminio, una botella de vidrio, un envoltorio de cartón o una botella de plástico PET transparente en la que no se mezclen otros materiales, se puedan separar bien las tintas y la materia obtenida del reciclado pueda aprovecharse para fabricar otros envases.
Hay casos que pueden llegar a un porcentaje muy cercano al 100%. Pero, como incide Iglesias, hasta ahora siempre han encontrado algo que descontar del total reciclado. Incluso en una botella de vidrio que no lleva etiqueta todavía hay que quitar el pequeño plástico del interior de la chapa, que no se recicla. Y en una lata de aluminio hay que descontar un porcentaje mínimo de las tintas. "Hay envases que llegan a un 99,9%, pero no a un 100%", destaca.
“Otra de las cuestiones que mide nuestra metodología es si los envases se pueden vaciar bien del todo, algo importante en productos como dentífricos”, comenta. “Cuando las etiquetas de los envases plásticos son muy grandes (ocupan más de 2/3 de la botella) y de distinto material al del envase, podrían ser mal clasificados en las plantas de selección, por lo que su reciclabilidad es muy baja”.
Como cuenta la responsable de esta metodología, que ha sido presentada de forma reciente en Barcelona en el foro ‘Sustainability in Packaging Europe 2019’, ya llevan un tiempo certificando la reciclabilidad de envases de distintas empresas siguiendo estas pautas.
“Nos hemos encontrado con empresas que quieren mejorar y otras que solo buscan que digamos que reciclan el 100%, si no es 100% no les interesa”, recalca Iglesias. “También nos ha pasado que alguna compañía que lo hace realmente bien nos ha dicho: cómo vamos a poner un sello con un 90% de reciclabilidad si nuestro vecino de al lado pone el 100% y sabemos que no tiene ni un 30%”.
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